18. Fase uno: El laberinto

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La primera reacción de Boscha al levantarse fue soltar un murmullo incomprensible, al instante, una mano helada le cubrió la boca.

— ¿Qué? - la voz de Willow sonó de mal humor.

— Durmió toda la mañana, Adelfa, el almuerzo estará listo. - y la voz de Jerbo sonó del otro lado de la puerta.

Boscha le mordió la mano en un intento de que la soltara.

—  Suel... - Willow quitó la mano con asco y la miró mal —. En un rato bajo, J.

Oyeron los pasos del chico cuando se alejó, la azabache se levantó de la cama estirándose, sus cicatrices se lucieron bajo el sol.

Mierda, no fue una pesadilla.

— ¿Y tú qué? Andando, fuera de la habitación, tengo cosas que hacer. - le arrancó las sábanas.

— Buenos días, también.- se quejó levantándose.

— No tengo tiempo para tus mariconadas.- gruñó Willow tomando una camiseta —. Anda, mueve el trasero.

— Temblabas. - la pelinegra se detuvo en su quehacer.

Era la segunda noche que Boscha dormía en su cama, la vez pasada la había arrullado con caricias en la espalda, esta vez, su excusa había sido que 'En mi habitación no hay buena calefacción'.

— No empieces...

— ¿Tuviste pesadillas?

— No.

— No me mientas, Willow.

— No te miento, en serio no tuve pesadillas, temblar es algo que mi cuerpo hace inconscientemente.- se quejó.

— ¿Y porqué ahora no tiemblas?. - a modo de respuesta, Willow sacó su baratija del bolsillo trasero.

- Marilyn.- dijo agitando el frasco, haciendo que el líquido que contenía se moviera de un lado a otro.

— ¿Tu cachivache tiene nombre? - Adelfa se encogió de hombros.

— A veces, no lo sé, suelo olvidar qué nombre le pongo.

— ¿Te han dicho que eres rara?

— Millones de veces. - sonrió abrochandose el cinturón —. Bueno, yo bajo a comer, siento que dormí años.

— ¿Volveremos a la ciudad hoy?

— No, iremos a otra, hay que conseguir uniformes falsos y todo eso.

— ¿Por qué no simplemente los buscamos en internet?

— Porque me aburre, además, es una pésima idea. - lo descartó.

Ambas bajaron y se unieron a Jerbo y Edric, Lucia bajó después de un rato, y los cinco comenzaron a devorar sus fideos.

— ¿Algo de Confirmación?

— Nada. - suspiró la castaña con cansancio —. Tuvo una caída de azúcar y casi se cae de la moto.

— ¿Y no la dejaste caer?. - murmuró Edric mirando a la puerta, cerciorandose de que no lo oía.

— Uh... No se me ocurrió ¿En serio vamos a matarla?

— Puede morir accidentalmente...

— Solo necesitamos aumentar las posibilidades de riesgo.- acató Boscha.

— Puede resbalar porque se me cayó agua justo delante de la escalera...

— O olvide cerrar el gas... - volvió a sugerir Boscha.

Al Diablo Con El Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora