19. Fase dos: La mucama

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— Te advierto que tengo muy mal sentido de la orientación.

— Me di cuenta hace veinte minutos.

Confirmación volvió a chequear su teléfono, y se metió en un callejón.

— ¡No vengas!. - dijo volviendo, y con las manos en alto, Edric pegó un salto.

— ¿Por qué? ¿Qué hay? - preguntó con algo de nerviosismo alzando las manos también.

— Nada, vamos por otro lado.- comentó volviendo a  mirar su celular —. Bendito Google Maps, desde el satélite puedo ver todo el laberinto...

Edric se asomó al callejón, y al instante se arrepintió de ello; una gran, gigante, inmensa, abismal serpiente se enroscaba en una rama.

Si no fuera porque Confirmación le cubrió la boca, el grito del más alto se hubiera escuchado hasta en Seúl, sin más lo arrastró dentro del callejón, justo donde estaba la serpiente.

Me va a matar, Adelfa y J tenían razón, es una loca demente, me va a dejar para que ese maldito anfibio desmembrado carente tanto de sangre caliente como de corazón se devore mis huesos, y así no habrá pruebas de que me asesinó.

Clavó los talones en el suelo en un intento de salir corriendo y detener a Confirmación.

¿Cómo pude ser tan idiota de dejarme arrastrar en medio de la noche hasta aquí? ¡Sabía que era mala idea!

— Deja de hacer berrinche ¡Tenemos que cruzar por aquí!. - le medio susurró/gritó ella, apretandole la boca y acallando sus chillidos de horror.

¡Va a dejar que el perro me coma y luego ella se va a comer al perro!

Tuvieron una pequeña pelea silenciosa, tirando el uno del otro hacia direcciones opuestas del corredor de vegetación, hasta que, en una mala pasada, Edric trastabillo y ¿A dónde fue a caer?

Exactamente, justo sobre esa inmensa masa de escamas verdosas y colmillos afilados. Soltó un gritito al tiempo que saltaba lejos de la serpiente, y salía corriendo de allí.

— ¡No, espera! No te... Alejes. - la chica soltó lo último con una cara que sólo podía describirse como 'Decepcionada pero no sorprendida'.

El pálido corrió y corrió, y... Se perdió, como era de esperarse.

Ay madre ¿Y si hay mas serpientes?

— Tonto Blight, dime por el amor de dios que no te perdiste porque te juro que cuando te encuentre te cortaré lo poco que te queda de testículos.- oyó su voz por el intercomunicador.

— Eh... - dijo mirando hacia sus lados.

— Diablos.

Hubo silencio en la linea durante unos segundos.

— ¡Diablos, diablos, diablos! ¡Por mierdas como esta es que trabajo sola!. - oyó su voz enojada—. Está bien, solo hay que reencontrarse.

— Espera, ay ¿Cómo no lo recordé antes?. - se reprendió a si mismo —. Confirmación ¡Estos laberintos son muy fáciles! ¡Solo debemos seguir un lado de la pared!

— ¡¿Qué?! ¡¿Y hasta ahora me lo dices?!

— ¡Lo siento!

Y, aunque no pudieran creerlo, Blight tonto tenía razón, a causa de que los laberintos estaban construidos con un inicio y un final que eventualmente se entrelazaban, la misma pared que surgía al inicio llegaba al final, la cuestión era ¿Cuál de estas era?

Una de las paredes te llevaba a la salida, la otra te devolvía a la entrada, así que ambos se vieron a si mismos en un ir y venir de roces con las plantas hasta que al fin, Confirmación alcanzó la salida, y Edric, la entrada.

De ahí, fue cuestión de minutos hasta recorrer la pared contraria, y salir del maldito laberinto que les había quitado una hora entera del tiempo que tenían.

—  ¿Ahora qué?

— Hay que entrar.

— Vaya plan...- se quejó Blight tonto.

Solo sirves para quejarte ¿Verdad? Tonto Blight.

— Oh, mira, otra serpien...

— ¡¿DONDE?!

- Shh!. -  se apresuró a callarlo ella —. Fue solo una broma, idiota Blight, andando, debemos entrar por la segunda planta, nos ahorramos las cámaras.

— Siempre me pregunté porqué no hay cámaras en las segundas plantas... - comentó Edric al tiempo que rodeaban la casa.

— Porque en la segunda planta estan las habitaciones y los baños, y en las habitaciones, tienen sexo, y en los baños...

— ¿También?

— Iba a decir se bañan y están desnudos, pero si tu dices... - murmuró —. Mira ahí, bingo.

Una ventana estaba sobre sus cabezas, abierta de par en par, ambos se miraron con una sonrisa semejante a la del Gato de Cheshire, de Alicia en el País de Las Maravillas.

— Es como si lo estuvieran pidiendo. -  dijo el chico tronando los nudillos.

— ¿Traes la soga?

— Traigo la soga. - confirmó abriendo el cierre de su mochila, y sacando la cuerda negra —. ¿Sabes si hay alguien arriba?

— Hay una fiesta del Congreso en el centro de la ciudad, los únicos en la casa son los perros y la mucama.

—  ¿La habitación es de Matthew?

— De su hermanastra, y tengo una foto de ella en la fiesta de hace quince minutos.

— A subir entonces.

Con un movimiento casi artístico, Edric lanzó el extremo de la cuerda (al cuál se aferraba un gancho de cinco puntas) por la ventana, se oyó un golpe seco.

— Hay que apurarnos, tal vez la mucama suba antes que nosotros. - con fuerza, ambos tiraron de la cuerda hasta estar seguros de que estaba bien sujeta, y uno detrás del otro subieron escalando la pared.

La habitación era, efectivamente, de una mujer, aproximadamente de unos veintitantos años, universitaria.

— Hay que ir a la de Mattholomule. - Confirmación descolgó la soga y la guardó en la mochila.

— Shh... - el peliverde puso su índice sobre sus labios, ambos se detuvieron al oír pasos.

— La ventana. -susurró ella, Ed cerró la ventana sin hacer ruido y ambos se escondieron; Confirmación rodó hasta ponerse debajo de la cama y Edric se escondió debajo del escritorio.

Vieron los pies de la mujer, luego la vieron caminar y abrir la ventana para mirar hacia afuera.

La mochila.

Edric se sintió como en la pantalla de muerte del GTA, con los pulsos en rojo y las letras que dicen Wasted.

La mochila estaba justo a un lado del escritorio, solo tenía que estirar la mano y tomarla. Solo tenía que ocultarla de la mucama.

Confirmación le hizo señas poco especificas pero dió a entender la órden; Si llegas a hacer que nos atrapen voy a degollarte.

El peliverde necesitaba urgentemente un cuello nuevo ya que al sacar la mano para tomar la mochila, al tiempo que la mujer le daba la espalda, los pies de la mucama dieron un letal paso atrás, atrapando su muñeca bajo sus horribles suecos marrones.

Al Diablo Con El Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora