Capítulo 7: Porque el amor persiste.

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Lars despertó de golpe al oír a varios en la corte discutir con el Rey. Se trataba de un forastero que insistía en entrar al Reino danés.

- Déjenlo entrar -ordenó el ex heredero, recién levantándose. Todavía cansado y desarreglado-. Creo que al sujeto en cuestión lo conozco -sonrió, recordando al joven con quién chocó el día anterior.

- ¿Está seguro, señor? -dijo uno de los guardias reales, Lars asintió- El forastero quiere hablar con la princesa.

- Díganle que está ocupada, yo me encargaré del resto -de una sonrisa inocente, pasó a ser una maquiavélica.

- Enseguida, señor.

A final de cuentas, lo que Lars creyó ser una mentira, resultó verdad.

Sunniva si estaba ocupada, en un salón real, conversando con uno de sus pretendientes.

- Hermoso día, ¿no lo crees, princesa? 

- Claro, James -hizo una mueca, aburrida de charlar sobre nada-, ¿y tu hermano Jason no quiso venir?

- No se lo permití -encogió los hombros de manera casual.

- ¿Y por qué? -quitó su antigua serenidad, ahora ya estaba frustrada.

- No me apetecía, mi lady, ¿no le gustaría cenar conmigo esta noche? -negó, él se ofendió- ¿Ah, sí? ¿Y por qué no?

- Tengo deberes como princesa y ah, no me apetecía -sonrió con ironía. El rubio inglés rodó los ojos.

- ¿Y otro día, tal vez? Ya sabes, más que forzarte a ser mi esposa, quiero ser romántico.

- Y bien romántico que eres -el heredero al trono inglés no captó el sarcasmo e hizo una expresión satisfactoria, creyendo que pronto obtendría victoria.

- Oh, gracias por valorar mi esfuerzo, linda.

- No es nada -desvió la vista, asqueada de siempre juntarse con él.

- ¿No deseas salir a algún lado ahora? Al pueblo, no lo sé...

- No, gracias, ser princesa no es fácil... más encima el idiota de mi hermano sigue durmiendo y eso que son las tres de la tarde, no me jodan, que sin él las labores reales no las termino de hacer nunca.

- Oh, entonces me insinuas que requieres tiempo para hacer tus labores.

- Claro.

- ¿Quieres que te deje sola? -asintió- Oh... -se decepcionó un poco- vale, comprendo.

Ambos caminaron hasta la salida trasera del castillo, se despidieron, sin que antes, James le robara un beso en los labios, tras eso, huyó de ahí.

Sunniva frunció el ceño y comenzó a hacer arcadas.

"Vale, tranquila, que pronto llegará mi Jason a rescatarme de este acosador" trataba de relajarse un poco.

- Lamento comunicarle, señor, que la princesa se encuentra ocupada -habló con mucha cordialidad Lars.

- Ah... -murmuró, muy despacio. Se sorprendió al encontrarse de nuevo con aquel hombre que le había dado diferentes direcciones- está bien. Creo que volveré en un buen rato más...

- No hace falta, señor, puede esperarla aquí si quiere -extendió su mano-. Lars Ulrich, príncipe de Dinamarca.

- ... -con timidez, estrechó su mano- Kirk Hammett, un plebeyo cualquiera.

- Se nota -señaló sus ya gastadas y sucias ropas-, sígame, prometo no aburrirle mientras espera.

- Bueno -esbozó una ligera sonrisa, todavía nervioso y tímido.

Imperio Metal (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora