Capítulo 8: ¿Conquistar el continente o tu corazón?

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- ¿A dónde mandamos el ejército primero, cariño? -consultó la princesa Doro, señalándole un globo terráqueo.

- ¿En qué parte estamos? -Dave frunció el ceño al ver tantos países y continentes sueltos.

- Aquí, en Alemania -señaló su localización-. Y tenemos para conquistar todo ésto -señaló en un círculo todo el continente Europeo-. Con lo mal que están en Francia, no me pienso en meter ahí todavía. Por tanto, cariño, ¿dónde conquistaremos primero?

- ... -sonrió con malicia, él buscaba quedarse por siempre con la princesa y sabía que sus hermanos podrían ganarle en cualquier segundo. Por tanto, el ataque estaba seguro- Dinamarca -otra sonrisa más-. Un reino, tres países y está unificado con el reino noruego. Un buen blanco. ¿No lo ves así, mi amor?

Ella le observó por unos buenos segundos. Sonrió por la muy buena jugada que iba planificando.

- Vale, lo haz pensado muy bien, querido -cruzaron miradas y luego se besaron con ternura-. Dinamarca y todo su reino será entonces. ¿Mandamos ahora mismo a las tropas para pre atacar o planificamos fríamente cada movimiento?

- No, planifiquémoslo todo con cuidado. Que se tomen la gran sorpresa... tendremos a todo el reino destruído. Y no solo eso, prometo unificar a mis tropas con las tuyas para que salgamos cien por ciento victoriosos.

- ¿Seguro? ¿Una sorpresa total? -asintió.

- Ya verás, así tendremos a todo el continente a nuestros pies.

- Entonces... Dave, se nota que eres el pretendiente perfecto para mi.

La maldad era algo que compartía muy bien este romance.

Entretanto, en el Reino de Dinamarca...

- Señor Ulrich -se acercó uno de los guardias por la puerta-, ¿Qué hace ese plebeyo en su habitación?

- Está, ehh... -Lars tartamudeó recostado en su cama, observó fijamente a Kirk que estaba sentado en el suelo, y trató de dar alguna buena excusa- está... ¿limpiando? Sí, está limpiando el suelo a cambio de que le de dinero para que pueda comprar comida, si, eso -forzó una sonrisa llena de nervios.

- ¿Limpiando, qué?

- El... el... ¿suelo? Sí, el suelo.

- Ah -miró con asco al joven moreno-, bueno... Señor Ulrich, ¿sabe en dónde se encuentra su hermana?

- Ni puta idea... debe... ah -trató de mentir, sabiendo en dónde se encontraba su hermanastra-. Debe estar comprando vestidos, si, eso.

- ¿Seguro?

- Sí.

- Bueno, los dejo a ustedes dos ahí.

- Si, por favor, retírese...

Cuando el guardia real se fue, se mantuvo un silencio realmente incómodo.

- Lo lamento mucho, Kirk, aquí somos algo... pesados con los que no pertenezcan a la realeza.

- Ya me he dado cuenta -se levantó del suelo-... ¿puedo sentarme allí? -señaló la cama, en un lugar cercano al dónde estaba recostado Lars.

- Ah... claro. No es necesario que preguntes, hazlo.

El nativo de Filipinas sonrió con timidez y se sentó a un lado de su amigo.

- Oh, vamos, Kirk, no seas tan tímido. Estás como en tu casa, no nos conocemos desde hace mucho pero creo que tenemos suficiente confianza. ¿No es así?

- Ah, bueno...

- Vamos, acuéstaste, no tengas miedo.

- Uhh... ok.

Imperio Metal (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora