- ¿Por qué me haz convocado a estas horas de la madrugada? -consultó de mala gana James.
- Necesito arreglar unos buenos asuntos contigo, hermanito -contestó, sin tener intención de querer tener algo de cortesía- Estoy demasiado molesto contigo, ¿por qué haz asesinado a Doro, la única mujer que he amado de verdad?
- Porque con esa guerra iban a derribar a Dinamarca, yo me quería casar con la princesa Sunniva, quedarme con su Reino y el nuestro, pero ya no, podría arrepentirme de matarla. Ya no vale la pena la zorra de Sunniva, no, para nada, no vale la pena en ningún sentido.
- Pudiste haberme dicho, hubiéramos frenado la guerra.
- No me mientas, si atacaron ese país, era porque querías ganarme, casarte tu primero, ¿no es así?
Dave suspiró, dirigiendo su vista hacia el río donde se reflejaba la luna llena brillante.
- Sí, es así. Lo lamento mucho, hermanito. Te he convocado para conversar todos esos problemas que hemos tenido, quiero que seamos una familia unida nuevamente. ¿Te parece? -le negó.
- No quiero que seamos más hermanos, no sé qué es lo que quiero pero lo quiero ahora.
- Suenas como los rebeldes anarquistas que se van en nuestra contra y los mandamos a la horca.
- El problema es que yo quiera o no vivir, no lo sé, no me hallo capaz de gobernar Inglaterra, tú tampoco, por cuestión de pena, dejaré a Jason, se nota que ella ama a la princesa Sunniva, dejaré que estén juntos, a final de cuentas, sé que ellos lo harán bien, la fortuna, la fama... no me sirven de nada en mi amargada vida.
- ¿Y qué piensas en hacer al respecto?
- No permitirte gobernar, di tus últimas palabras, "hermanito".
- ¿Planeas asesinarme? Oh, hermanito, si ese es tu ideal, mis últimas palabras llenas de orgullo serán: Siempre serás mi hermano menor, al que más quise. Nunca olvidaré aquellos momentos junto a Cliff en nuestra tierna infancia -cerró los ojos con una sonrisa enorme plagada de nostalgia. James sacó la cuchilla que guardaba entre sus ropas, las manos le temblaban a su vez que acercaba el arma a su familiar-. Me cuestionaría miles de veces acerca de qué te pasó. ¿Dónde quedó el chico tímido al que siempre debí defender? Ahora es un hombre frío que no tiene sensibilidad por nada del mundo. ¿A dónde quedó la felicidad? ¿A dónde quedó la...?
Al percibir la hoja de la cuchilla atravesar su abdomen, ni siquiera los gritos de dolor pudieron escaparse. Silencio absoluto. No tomó tiempo para abrir los ojos, se dejó llevar por el sufrimiento a su vez que recibía numerosas puñaladas llenas de ira por parte del rubio, hasta que se cansó y lo dejó caer al suelo. La adrenalina recorrió toda su espina dorsal en forma de un choque eléctrico. Por como iba el tiempo, suponía que pronto iba a amanecer, nadie podía percatarse del asesinato, necesitaba deshacer la evidencia.
Observó que estaba muy cerca del río; culpa y miedo lo invadieron, se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Cogió el cadáver, lo arrojó al río para que se hundiera y la gente creyera que se ahogó. Después se sentó en el pasto, muy cerca a la embocadura, trató de buscar con la vista el cuerpo del pelirrojo, ya no había caso, lo perdió al cien por ciento.
El rayo electrificante que lo torturaba psicológicamente; desde la pobre infancia, cuando los adoptaron, su hermosa infancia junto a Cliff... su corazón aceleraba el pulso. Los juegos, cuando le permitían ganar a propósito puesto que él era el menor y no querían que se sintiera mal. La adolescencia igual de alocada, huyendo de su propio pueblo para buscar diversión y continuar jugando entre los tres. El fatal accidente que dejó a Cliff muerto, siendo él también víctima no tan grave, lo sabía, todavía no desaparecía la cicatriz en un costado de la oreja, siempre la ocultó con su cabellera larga. James era consciente acerca que dentro de muy poco tiempo su padre moriría por su enfermedad terminal, se distanció de Dave hasta el punto de matarlo, el odio irracional a Jason hasta el último minuto. No podría soportar toda esa carga hasta el final de su vida.
Llorar por el acontecer sería muy poco, el sol comenzaba a salir. Tenía que hacer algo más. Se levantó para ponerse de espaldas al río, se inclinó hacia atrás. Levantó el arma blanca hasta un costado de su cráneo, calculó muy bien para que en el momento en que se apuñalara a si mismo, también cayera adentro del río para desaparecer por siempre.
De los tres herederos legítimos para Inglaterra y el Reino Unido en sí, los tres muertos estaban. Sólo quedaba Jason.
Era de mañana ya, el sol estuvo algo radiante, conservando el frío clima usual de Dinamarca. Jason y Sunniva llegaron al acuerdo de decírle primero a Lars acerca de su boda, después al Reino públicamente. Era el momento perfecto creían ellos.
- Ah, veo que dormiste con... ese plebeyo -ella soltó una risa burlesca al entrar a la habitación real y ver sobre la cama de su hermano a él y a Kirk. Jason simplemente guardó silencio, esperando afuera de la habitación.
- Para tu información: Es el príncipe de Filipinas y ahí te queda la boca -reprochó con desprecio su medio hermano-. ¿Qué es lo que quieres ahora?
- Comunicarte que he ganado la competencia.
Aquella oración rebotó como una bala adentro de la mente de Lars, su corazón se partía en miles de pedazos; primero dejar ir a Kirk y luego que se quede como un simple sirviente en el Reino sin posibilidad alguna de volver a ver a su amado. Mordió su labio inferior para retener el dolor que lo mataría en ese mismo instante.
- Primero vístanse los dos, que quiero ir a contarles algo pero que sea en el salón Real, en donde realizamos todas las ceremonias, nuestro padre aún no despierta así que, le contaré luego. Apúrense, por favor -su sonrisa llena de satisfacción era la razón de un tremendo agujero de rabia en el ex heredero y ahora próximo sirviente de Dinamarca.
Lars intentó ser fuerte, en el momento en que ella salió de la habitación, sabía que no existía forma para mentirle sobre sus sentimientos a Kirk.
- ¿Te irás luego de eso? -una pequeña lágrima se escapó, cual limpió con rapidez.
- Lamentablemente, sí -el príncipe de Filipinas ya sentía la presión en su pecho que lo obligaría a quedarse, cosa que deseaba hacer con toda su alma, pero no quería hacerlo porque no podía seguir traicionando a su pueblo.
Al finalizar de vestirse, Lars dijo:
- Por favor, ve tú primero, yo necesito buscar algo, de ahí te alcanzo, tú ya sabes donde queda, ¿cierto? Espero que no tengas problemas...
- ¿Qué necesitas? -le miró intrigado.
- Nada, cariño, tú sólo ve... de ahí te alcanzo...
Kirk asintió, el solo hecho de saber la situación le costaba respirar, ni siquiera podía forzar una sonrisa, nada.
- ¿Y tu "noviecito"? -se burló Sunniva, Jason le dio un pequeño golpe en el brazo para que se tranquilizara y dejara esas bromas pesadas.
- Dijo que ya viene, bueno, ya lo veo desde aquí y... -murmuró al ver a Lars por detrás acercándose a ellos junto a un arma.
- Me voy a casar con Jason, seremos la pareja más feliz del Reino, así que, tú y Lars pueden ya irse a la...
Tras el enorme sonido del disparo, el mutismo reinó por el shock, nadie esperaba que ésto y lo siguiente ocurriera.
El verdadero final más que asegurado, fue sacado de contexto y guión, bajo las reglas de Lars Ulrich él creó el suyo propio, uno que no estaba seguro si el resto del mundo iba a poder aceptar.
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Imperio Metal (Metallica, KLARS)
Fiksi PenggemarCorría el siglo XVIII, cuando el Reino de Dinamarca y el Reino de Noruega se unificaron, con única misión de que, Lars Ulrich, príncipe y heredero de Dinamarca, protegiera a su media hermana, princesa de Noruega, la cual era muy codiciada por los ho...