Capítulo 19 + Epílogo: But The Memory Remains.

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  • Dedicado a A toda persona que lea <3
                                    

Lars desde hace un buen tiempo había perdido la cordura, saber que no tenía derecho a amar. Que la ley de la monarquía le prohibía hacerlo de Kirk. Que él debía irse para siempre. Que ya no existiría posibilidad de que vuelvan a verse... no podía soportarlo ni nunca superaría ese trauma. Él deseaba tener a Kirk para siempre a su lado, que sea suyo y de nadie más, no le interesaba ser el Rey de Dinamarca o la fama, las riquezas; su mente suplicaba por favor que estuviera por siempre junto al verdadero amor de su vida.

Las palabras de su hermanastra fueron el arma de doble filo más grande pronunciadas, le exigió por favor a su amado que se adelantara. Él tomó una dirección contraria, buscó entre las cosas de su padre una pistola. Que fue la primera fabricada en ese país y estaba muy bien reservada para la familia real, el pueblo aún no tenía el privilegio de conocer esta nueva arma puesto que aún estaban en medio de la producción. Suspiró, miedoso de cómo iban a resultar las cosas ahora.

Se acercó por detrás a su hermanastra, oyó las últimas palabras: que él y su amado se vayan a la...

No le permitió concluir, dio un tiro perfecto en la sien.

Kirk, aterrado, retrocedió un par de pasos.

- ¡Corre! -le ordenó- ¡Sólo acompáñame!

Lars tomó de la mano al príncipe de Filipinas, huyeron hasta llegar a su habitación.

- Lars, ¿qué fue eso? ¿Por qué huímos? -seguía mirándole aterrado, a su vez que el otro bloqueaba la puerta con varios muebles.

- No soportaré que absolutamente nadie nos separe, nací para amarte, tú también. Necesitamos permanecer unidos.

- Pero... Filipinas me...

- ¿En serio quieres regresar? ¿O es sólo porque te dan pena esos que no pueden trabajar y se mueren de hambre por flojera?

Lo pensó muy bien.

- ¿A dónde iremos?

- Lejos, muy lejos de aquí, tú y yo, por siempre lejos de aquí, felices por siempre, ¿qué opinas? -propuso a su vez que empacaba varias cosas que servirían para el viaje.

- Vámonos -sonrió y repitió-. Vámonos, el mundo puede irse derechito a la mierda si están en contra de nuestro amor.

A partir de ese instante, huyeron lo más que pudieron hasta adentrarse en el bosque y olvidarse de todo el mundo que ose a destruir su pasión. Finalmente, Dinamarca se quedó sin heredero alguno. En Inglaterra y Reino Unido en general, Jason tomó el mandato de Rey estando soltero, sin nunca más desear tener algún sentimiento amoroso desde que perdió a Sunniva. El Reino de Filipinas terminó derrumbándose solo porque al hacerlo, la reina Chefela repartió los bienes para el pueblo, estando con el corazón roto al tener la ilusión acerca de que su hijo murió en el país escandinavo.

En realidad, Lars Ulrich y Kirk Hammett, vivieron el resto de sus vidas perdidos en medio del bosque, amándose hasta que el cuerpo les soporte. Eran libres de pecar cuánto quisieran en su amor, no les importaba la vanidad, la fama ni el dinero. Huyeron con mucho orgullo, la gente los recuerda a cada uno como grandes líderes. Sin embargo, sus últimos días de vida consistieron en cumplir lo que acordaron: vivir por siempre juntos, felices y apasionados, luego de la tormenta de dolor que fue desde el miedo a las críticas hasta el asesinato de la princesa noruega, ha llegado la calma; olvidarse de todo y que su amor los proteja hasta perecer.

Cumplieron eso, Lars Ulrich de Dinarmarca y Kirk Hammett de Filipinas, el mal romance que rompió todos los estándares establecidos por los monarcas e hizo miles de locuras hasta ser eterno.

Imperio Metal (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora