Jason se había encargado muy bien en ser el hombre trabajador de la casa. Siempre salía bien temprano después de desayunar para adentrarse al bosque y conseguir alimento, entre otros recursos vitales. Aveces salía al pueblo con esa misma finalidad. Siempre regresando antes del anochecer y quedarse para una agradable jornada con su amante: la princesa Sunniva, que llevaba cerca de un mes y medio desaparecida.
Cerca de mes y medio de guerra ha trascurrido.
Lars había estado perdiendo en miedo en cuánto ir a la guerra y enfrentarse directamente con el enemigo. Su amistad con Kirk después del día en que se besaron, no volvió a ser la misma. Ya no mantenían contacto físico, aveces hablaban. Muy pocas veces mantenían una conversación por un lapso prolongado. La principal razón era lo incómodo que se les hacía, sus mentes no lograban quitar el recuerdo de aquella noche; lo bien que se sintió la unión armónica de sus labios, en cómo la pasión aumentaba a medida que los segundos pasaban... Y la decepción mutua al tener que dejar al otro ir, deseaban a toda costa que la magia del momento se repitiera una y otra vez. Sin embargo, no había forma; se atormentaban por las leyes que dictaba la Iglesia acerca del amor. Se cuestionaron un sin fin de veces si lo que sentían era amor.
El príncipe danés trató de concentrarse lo más que pudo este nuevo día. Dando lo mejor de si para acabar con los alemanes e ingleses. Veía muy bien que el fin para el Reino Danés sería pronto si no decifraba quién era el líder de ese mando y acabar con éste. Su mente ya había ideado las mejores tácticas de defensa y ya estaban siendo anuladas. Como refuerzo, ahora atacan por atacar, sin pensar mucho al respecto.
Lars ya no iba al frente como siempre, ha decidido quedarse al fondo, reflexionar una y otra vez las jugadas que debía hacer. Sus pensamientos abarcaban dos aspectos: La guerra y Kirk. No podía sacarse a su amigo de la cabeza, trataba, trataba y trataba sin éxito alguno. Ya no le importaba si su tropa iba perdiendo. Ya no le parecía divertido la violencia. El aburrimiento y las ganas de aniquilar eran lo que sentía. Ocio, eso era todo. Ya no se emocionaba con las cabezas volando y los litros de sangre que chorreaban frente a sus ojos, nada. Se le hizo tan monótomo que sólo deseaba que la guerra acabase pronto.
Acabó retrocendiendo varios metros hacia atrás, queriendo concentrarse.
Despertó de golpe a la realidad en el instante en que escuchó a alguien gritar de dolor, era un sonido común y corriente en el ambiente, no obstante, en esta ocasión sintió escalosfríos por su espina dorsal con este grito en especial. Lo reconoció de inmediato.
Se acercó un poco más y logró ver por completo la escena: el supuesto plebeyo proveniente de Filipinas, con una flecha clavada en un costado de su abdomen, cayendo inconsciente de su caballo. Lars sintió como el pánico se apoderaba de él. No sabía con exactitud qué hacer.
- ¡Deténganse! -gritó, sus soldados le miraron impresionados- Vayan y ayúdenlo, ¡no lo dejen morir! -exclamó desde lo más profundo de su corazón.
Mandó a la mierda su insensibilidad con los soldados y pensó en uno solo: en su soldado favorito.
- ¡Que alguien se lo lleve a la campaña y lo cure! El resto que mate a los que puedan.
Lars agarró su arco con flechas, lanzando a todo sujeto del otro lado. Varios minutos después de que se llevaran a Kirk, dio una nueva orden:
- ¡Encárguense de averiguar la identidad del líder, que yo mismo lo asesinaré! -apretó el puño, bajando de su corcel- Iré a ver al soldado herido, ustedes continúen sin mi, ya vuelvo enseguida.
Huyó de allí, lo más rápido que pudo para evitar que le llegue un flechazo, al regresar a la campaña de primeros auxilios, a medio kilómetro de la base del mando danés, le agradeció a todo dios existente cuando vio que Kirk había sobrevivido.
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Imperio Metal (Metallica, KLARS)
FanfictionCorría el siglo XVIII, cuando el Reino de Dinamarca y el Reino de Noruega se unificaron, con única misión de que, Lars Ulrich, príncipe y heredero de Dinamarca, protegiera a su media hermana, princesa de Noruega, la cual era muy codiciada por los ho...