Jueves otra vez, era mi hora libre y estaba sentada en el pasillo escuchando música.
Vi a Matt aparecer por la esquina y me puse de pie.
- ¿no deberías estar en Biología? - pregunté cruzándome de brazos y alzando las cejas.
- belleza, ya te dije... eres mas importante que eso - se puso en frente de mi acorralándome entre él y los casilleros.
- repetirás otra vez - repuse con sorna y este frunció el ceño.
- ¿quién te lo dijo? - pregunto acercándose más a mí, intentando intimidarme.
- tienes diecisiete y estas en segundo de preparatoria - puse los ojos en blanco.
- sabes el por qué de eso. Faltaba mucho a clases - me di cuenta que no había sido porque su coeficiente intelectual no era tan alto, sino porque había estado "trabajando".
- lo siento - bajé la cabeza para mirarme los pies, avergonzada.
- no - repuso el levantándome la cabeza con su dedo para que lo mire - quería decirte algo...
Levanté ambas cejas e iba a decir algo, pero sus labios me lo impidieron, uniéndolos en un beso. Sus manos fueron directas a mi cintura y las mías al rededor de su cuello. Poco a poco, Matt empezó a subir sus manos por mi cuerpo, hasta mis hombros y recorrió mis brazos con ellas hasta llegar a mis manos enredadas en su nuca, entrelazo sus dedos con los míos y bajo sus brazos a cada lado. Se separó de mí.
- no quiero que seas solo una diversión mas - me susurró apoyando su frente con la mía - tu eres diferente.
- no te entiendo...
- que me has hecho sentar cabeza - mi corazón se aceleró más de lo debido - quiero que estemos, Brisa Evans, quiero estar contigo.
Me quedé callada ante lo dicho por Matt, él me estaba pidiendo ser su novia. Ni sabía qué responder.
- no... No puedo - dije por fin soltando mis manos de las suyas - es... complicado. Me lo tienen prohibido.
Sentí que mis ojos me empezaban a picar. Pero no, no podía ser cierto, no podía estar llorando por Matt. No me podía enamorar y manos de un humano como él.
- ¿recuerdas lo que te dije en tu casa después de la fiesta de Reagan? - negué con la cabeza - lo prohibido es más divertido.
- pero... no es tan fácil - solté un suspiro y miré a los dos lados del pasillo a ver si alguien venía.
- ninguna relación es fácil - susurró casi inaudible pensando que yo no lo había escuchado, pero no fue así. Lo miré con los ojos entrecerrados - belleza... me encantas ¿OK? Me... haces sentir diferente, como si nada mas importase más que tu, que ninguna otra chica me va a enamorar como lo has hecho tu y que...
No lo dejé terminar de hablar, sin siquiera pensarlo me lance hacia él, cogiendo su rostro con mis dos manos y estampé mis labios con los suyos. Él al principio se quedó quieto por la sorpresa, pero después empezó a moverlos al mismo tiempo que yo. Me levanto del suelo por la cintura y yo me aferre más fuerte de él.
No conté cuanto tiempo pasó hasta que me dejo caer delicadamente en el suelo y yo me separé.
- ¿y eso que fue? - fruncí el ceño y lo miré mal - bien, bien, fue una pregunta estúpida. A lo que me refiero es que ¿aceptas?
- tú qué crees - volví a acorralar su cara entre de manos y le deposité un breve beso en los labios - pero nadie puede saber, ni mi hermano. Esto es arriesgado ¿sí?
ESTÁS LEYENDO
Atrapada entre dos mundos
Fantasy¿se imaginan que un día unos soldados irrumpen tu casa y te llevan a un cuartel cuando solo tienes ocho años? Eso nos pasó a mi hermano y a mí Y ahora estamos metidos en una estúpida misión Para aprender sobre los humanos Porque nosotros no lo somos...