13: in this life

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Septiembre 2020
Monte Carlo, Mónaco

Paso toda la noche pensando en lo sucedido mientras tocaba en el restaurante, creo que puse triste a todos los comensales. Canté Video Games de Lana del Rey en una versión mucho más depresiva, pero la verdad así de mal me sentía.

Cuando llegué a casa empecé a escribir cada pequeña frase que se me ocurriera y para este momento, creo tener ideas para un par de canciones más. Pasé toda la noche despierta, es obvio que tengo muchas ideas listas.

Aún así, siempre suelo terminar escribiendo cosas lindas sobre Charles, porque no me puedo quejar, siempre fue un amor conmigo. Claro, un amor que nace de mentiras no puede durar mucho. El monegasco se había aparecido en casa en la tarde, pero cerré con llave y me quedé escuchando sus llamados pegada a la puerta, dejando que las lágrimas cayeran por todo mi rostro. Ayer no fue mi mejor día, sin duda alguna.

Chiara y Zoey habían pasado todo el día de hoy escribiéndome, pero ni ganas de usar esa cosa tenía. Solo quería sentarme frente al piano, tocar mi guitarra y escribir. Volver al inicio, a cuando no conocía a este chico, más nada.

No, no puedes hacer eso, Fleur.

Sí, ya sé que no puedo y mucho menos sabiendo todo el bien que Charles me hizo. Sin embargo, pase lo que pase entre nosotros de ahora en adelante, no puedo dejarme ir. No ahora que me volví a sentir viva de nuevo.

Mi celular empieza a sonar con una llamada entrante y veo el nombre de Charles en el identificador. Respiro profundo y declino la llamada al instante. Busco el collar de mi madre en mi cuello y recuerdo que no lo consigo por ningún lado. Unos minutos luego, tenía un mensaje nuevo.


Charles
Flo, por favor, te quiero ver



•••



charles's pov


—¿Charles, dónde estás?

Bloqueo enseguida mi celular luego de enviar el mensaje y espero a que mi novia aparezca en la sala para darme la vuelta en la silla del piano. Charlotte me regala una sonrisa de lado y se acerca a mí, pasando sus brazos por encima de mis hombros y posando su mandíbula en mi cabeza.

—Te extrañé muchísimo, amor.

—Yo también —murmuro cerrando los ojos y respirando profundo—. Voy a dormir un rato, ¿sí?

—Te acompaño y sigo viendo la serie, mientras duermes.

Asiento con la cabeza, sin ánimos de nada, y me voy a la habitación, recordando las veces que recorrí este mismo camino con Fleur. Sus tropezones, las risitas, sus hermosos ojos marrones. Dios, doy todo por verla.

—¿Estás bien? Estás muy distraído últimamente —dice mi novia sentándose en el lado derecho—. Si quieres, podemos hacer otra cosa.

Me quedo callado, intentando crear excusas que suenen lo suficientemente creíbles para decirle. La castaña se acerca lentamente y pasa su mano por mi mejilla antes de unir sus labios con los míos. Cierro los ojos e intento seguirle el beso, pero todo me recuerda a ella. Absolutamente todo.

—Flo...

¿Lo pensé o lo dije?

—¿Qué dijiste?

illicit affairs | charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora