Finalmente después de dos días mas había llegado el día más esperado por los dos ¡Irían al zoológico juntos!

Gaara estaba mas que emocionado, sacudía su cerdo de porcelana comprobando que estaba completamente lleno, eran sus ahorros de un año. Se planteó sacar la mitad, pues era bastante dinero, con esa mitad podría comprarse lo que quisiera en el zoológico. Tras mirar con ojos de perro regañado a su cerdo y darle un discurso emotivo sobre por que tendría que romperlo, finalmente le ensartó un golpe preciso que hizo que se quebrara. Los billetes estaban tan hermosos, al igual que las monedas, era como un pirata babeando al ver su gran tesoro.

Con cuidado de no cortarse quitó todos los billetes que estaban desperdigados por doquier contándolos a montón, es cierto que había ahorrado bastante. Después de contar aquellos papeles valiosos prosiguió con las monedas, habían de todos los tamaños, algunas más brillosas que las otras.

Separó cantidades sonriendo con emoción, una era para el zoológico, tenía que administrarlo bien... No se podía dar el lujo de gastar demasiado pues también estaba el gasto de su domicilio, la luz y en parte el agua. Dejó de lado las preocupaciones, para después irse por la escoba y con los ojos llorosos barrer aquel cerdito de porcelana que lo había acompañado durante un año entero.

Su celular sonó logrando exaltarlo, lo atendió viendo un mensaje de Lee, el cual decía que pasaría por él a las dos de la tarde. Lo dejó de nuevo en su bolsillo, le quedaba exactamente una hora para arreglarse así que se apresuró dejando a medio barrer las pequeñas piezas blancas de porcelana que habían quedado en el suelo.

Al llegar a la ducha comenzó a desvestirse y al estar en la regadera su mente lo empezó a molestar.

Las dudas acerca de su amistad con Lee lo estaban volviendo loco. Un amigo es esa persona que se ríe de tus idioteces, te apoya en momentos difíciles y te corrige si haces algo mal. Normalmente la compañía de un amigo no debería hacerte sentir cosquillas en el estómago o un sonrojo por cada roce, eso sobrepasaba los límites de una simple amistad, le aterraba estar pensando que quizá estaba enamorado.

Recargó sus manos en la pared dándole al agua completo acceso a su cabello rojizo, aquella agua tibia se deslizaba por sus cabellos hasta acabar en el suelo. Era reconfortante sentir las gotitas caer sobre su cabeza relajando un poco su cuerpo.

-- Creo que... Me gusta Lee -- su voz un poco más aguda que de costumbre rebotó en las paredes de su baño produciendo un leve eco, el agua chapoteando el suelo había camuflado un poco su voz, pero se había podido escuchar perfectamente lo que había pronunciado. Tras decir esto se tapó la boca con ambas manos jurando que sus mejillas estaban rojas a mas no poder -- ¿Cómo pasó? Aún así, él y yo somos amigos, nunca pasará de eso, estoy muy consciente de que él es popular, digo, todos los días tiene a una chica distinta tratando de ligárselo, no soy nada al lado de esas curvas ni esas caras bonitas -- sin darse cuenta, una de sus manos se había apretado en un puño, mentiría si dijera que no estaba celoso.

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