Aquel día los dos regresaron a casa de Gaara juntos. En su cita todo había transcurrido normal, Gaara no pensaba mucho en el asunto de su relación, en realidad todo estaba yendo muy rápido para él, sin embargo Lee lo pensaba demasiado. Se torturaba a si mismo imaginando como lo rechazaría Gaara, cada que volteaba a verlo lo notaba sereno como si él no pensara en la situación. Esos recuerdos de él sudando en plena cita y Gaara tan neutral le provocaban mareos.

-- ¿Lee? --.

-- ¡¿Q-qué?! --.

-- ¿Qué te pasa? Te he estado llamando, incluso sacudía tus hombros pero... No contestabas ¿Te sientes bien? -- era cierto, estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera se tomó la gentileza de escuchar a Gaara esta vez.

-- Solo pensaba en algunas cosas -- aún estaba confundido, no sabía que hacer, estaba dolido y algo estresado. Había tratado de calmarse después de haber quedado con Gaara en una relación dudosa, sin duda alguna ansiaba algo formal.

<<jejeje... ¿Deseas algo formal cuando todo esto ha sido gracias a una sucia apuesta? Yo no considero muy apropiado que te sientas o te hagas la víctima, tú y yo sabemos que la única víctima aquí es ese pelirrojo ¿No?>>

¡Joder! Su conciencia lo atacaba de nuevo, después de tanto tiempo volvía a atormentarlo con verdades ¿Por qué ahora?
Miró a Gaara, se sentía vulnerable, dentro de muy poco no sería capaz de sostenerle la mirada.

-- Lee, puedes pasar a mi casa, no luces bien -- sin esperar respuesta tomó a Lee de la mano guiándolo hasta la casa y al estar dentro de la misma los dos jóvenes se sentaron en un sillón suave de una tonalidad hueso.

Gaara estaba muy preocupado, nunca vio a Lee tan decaído de un momento a otro, lo que fuera que lo hiciera sentir así, sin duda era grave. Se levantó del sillón y se puso detrás de Lee para después comenzar a sobar sus hombros, era algo que lo relajaría.

-- hey... ¿Qué haces? -- el masaje lo había tomado por sorpresa, los dedos de Gaara recorrían parte de sus hombros apretando algunas zonas que sin duda lo hacían suspirar de lo bien que se sentía. ¿Debía decirle ya? ¿Le contaría lo de su apuesta? ¡No! ¡No! ¡Todo menos eso!

-- Ahora que estamos más tranquilos ¿Podrías decirme qué te pasa? Si fue por no dejar en claro nuestra relación te lo puedo aclarar yo mismo ¡Justo ahora! -- Lee volteó hacia Gaara con una mirada apagada. Estaba siendo cobarde, ese bajón en su ánimo no era por la duda de su relación (en parte si) pero lo que más lo atormentaba era la mentira, claro, él estaba muy enamorado de Gaara, aún así seguía estando la "apuesta" de por medio.

-- No es eso, no te preocupes -- ¡Vamos Lee piensa algo que desvíe el tema! -- El club ha estado muy mal estos últimos días, me refiero a que cada vez me siento menos motivado a instruir... No es propio de mi decir esto, ¿Verdad? -- Gaara abrazó a Lee del cuello pegando su cabeza al mismo.

-- Sabes que siempre vas a contar con mi apoyo, no importa lo que sea, yo voy a estar para ti, nunca se te olvide que en mi encontrarás una persona que te ayudará y sostendrá ¿Ok? -- esta vez el pelinegro se permitió llorar en frente de alguien, derramó lágrima tras lágrima al oír a Gaara, era dulce y sincero. Jamás sintió una vibra tan hermosa salir de una persona, siendo honestos, jamás creyó encontrar a la persona de sus sueños ¡Y ahí estaba! Abrazándolo, diciéndole que todo estaría bien... Alguien estaba a su lado, un muchacho incondicional.

-- G-gracias Gaara, no merezco todo esto, no merezco que seas tan bueno conmigo --.

-- No digas esas cosas, mereces esto y mucho más... Porque me has hecho una persona feliz, alguien más abierto con sus sentimientos y gracias a ti he podido saber que no todo el mundo se reduce en una cápsula, es por ti que pude ver más allá. Gracias -- Lee se levantó del sillón y fue directo a Gaara para abrazarlo, lo acogió entre sus brazos aún con los ojos llorosos. Gaara también tenía unas cuantas lágrimas en sus ojitos.

Apuestas (Gaalee, Leegaa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora