Lee había estado pensando la situación con Gaara, su relación estaba llena de confianza, sin embargo aquella pequeña "discusión" lo había hecho percatarse de que no estaba siendo la mejor persona, era verdad que debía confiar en Gaara, aunque también pensaba que poner peso sobre los hombros de otra persona era algo muy malo.

Volteó a verlo, estaba justo a su lado, se veía sereno y sus ojos se perdían en algún punto del extenso patio. Entre ellos dos no habían palabras, mas bien, no querían cruzar palabra; es verdad que ellos dos se disculparon pero la tensión de aquella mañana había sido suficiente para dañar el orgullo de ambos.
Lee sabía que debía disculparse, a fin de cuentas esa pelea había iniciado por no ser del todo sincero con sus sentimientos.

-- Gaara -- no hubo más que un "mhh" muy bajo que salió con un tono de desinterés por parte del pelirrojo. Era difícil cuando se enojaba -- La disculpa de la mañana fue muy simple ¿No? -- esta vez obtuvo una mirada confusa, el silencio que los rondaba por primera vez se había tornado incómodo -- sé que soy un zopenco, también... No he sido el mejor de los amigos al tratar de esconder lo que siento y no acudir a tu ayuda, pero quiero que sepas que de ahora en adelante trataré de confiar mis fracasos y mis orgullos solo a ti -- en los ojos de Gaara se asomaban unas lágrimas discretas, estaba conmovido, se sentía feliz de saber que una persona trataba de arreglar a toda costa sus errores.

-- También fui algo duro contigo Lee, hay veces en las que no me controlo del todo. Agradezco el hecho de que te disculpes así conmigo, sinceramente me hace sentir especial -- antes de que pudiera seguir hablando la mano de Lee lo detuvo, pues ésta se puso justo encima de la suya, no era un error puesto que el pelinegro sonreía... ¡Sus manos estaban juntas! No sabía que hacer o decir, su corazón latía ferozmente dentro de su pecho, podía sentir cada uno de sus latidos retumbando en su pecho; era una sensación de adrenalina agradable.

-- Entonces todo arreglado ¿Verdad? -- el peso en la mano de Lee se había reducido, aún así podía sentir su mano siendo cubierta por el calor ajeno.

Asintió levemente siendo abrazado por el azabache sus brazos eran cálidos. Después de aquel abrazo se separaron lentamente viéndose a los ojos. Los dos sabían que en los ojos del contrario habían sentimientos más fuertes que los de una amistad. En sus orbes se podía reflejar el amor que ambos sentían.

A pesar de algunos alumnos pasando por ahí "disimuladamente" y el ruido producido por las personas el momento era solo de aquellos jóvenes enamorados. Era el momento perfecto para...

-- Gaara -- los ojos del mencionado se posaron en los profundos ojos negros de Lee -- No sé qué pasará después de lo que te diré, tampoco sé que consecuencias habrá pero no creo poder seguir mucho tiempo con el mismo sentimiento guardado; hay algo que quiero decirte -- ¡Era el momento! Toda la atención era para él ¡Vamos Lee! ¡Es tu hora de brillar!

-- Adelante, sea lo que sea te aseguro que no perderás mi amistad -- esas palabras bastaron para que se armara de valor.

-- Tengo sentimientos muy fuertes hacia ti, mi mente ha estado intranquila desde hace mucho tiempo por el hecho de no poder decírtelo, desde que te vi en esos exámenes de historia supe que eras el indicado. Te sonará cursi, lo que quieras, sin embargo ten en cuenta que... Te amo -- sus ojos estaban apretados, no quería ver, no quería ser rechazado ¡Tenía mucho miedo! Su corazón se rindió ante Gaara, él no estaba apostando, él estaba enamorado.

Antes de marearse por tanta tensión sintió un ligero beso en su mejilla, ese roce lo hizo sentirse tranquilo, quizá por la sensación de ser aceptado.

-- Lee, no cierres tus ojos, quiero que me mires -- los abrió lentamente divisando a Gaara con un tierno sonrojo en sus mofletes -- el decir "te amo" es una expresión delicada, significa demasiado, ahora te pregunto ¿En serio me amas? -- el azabache asintió con rapidez ¡claro que lo amaba! Jamás diría eso en vano.

Apuestas (Gaalee, Leegaa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora