Gaara es un estudiante de universidad algo reservado, casi siempre pasa desapercibido; gracias a esto se convertirá en el blanco fácil de dos jóvenes los cuales le harán pasar un mal rato jugándole sucio... Esto se trata de una apuesta entre Lee, Ne...
Al llegar Neji sonrió victorioso, en sus manos sostenía el celular con la imagen que él mismo se había enviado, se apartó un poco de todos con la mirada perdida en la fotografía, las posibilidades de ganar eran infinitas en esos momentos, entonces se acordó de la impresora. Tomó un poco de su tiempo para voltear hacia donde todos sacaban sus maletas ansiosos, Lee guiaba a algunos de ellos mientras su novio mantenía una charla por teléfono ¿Con quién? Realmente no le interesaba.
A paso lento casi como si nada fuera a apurarlo llegó hacia Kiba, el chico tenía la boca ocupada saboreando una paleta de cereza. Mantenía sus oídos ocupados en música de los 80's que se oía a kilómetros, no le sorprendería que con tal volumen sus tímpanos se fueran a reventar.
Entonces palmeó su hombro buscando un mínimo de atención, la cual le fue concedida casi al instante por su compañero, retiró uno de sus audífonos moviendo la paleta hacia una esquina de sus mejillas.
-- Dime Neji --.
-- ¿Si me dejarás usar tu impresora? -- no hubo más que un asentimiento, seguido de esto simplemente volvió a colocar el audífono envolviendo sus oídos en tal música.
Para Neji aquello solo era una muestra de superioridad, quizá todo acabaría como él planeaba, era simple... Gaara terminaría renunciando a todo bajo una presión increíble dejando su camino libre, por fin se dejarían de tonterías, y nunca más trataría de hacer estupideces.
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-- Por fin llegamos -- el entusiasmo de Lee se notaba en el ambiente, demasiado bueno para ser real, habían llegado a la Universidad de nuevo, ¿Desde cuando eso es motivo de entusiasmo? Sin decirle nada más Gaara se resignó a caminar por detrás de Lee, sin embargo y aunque su cuerpo estuviera caminando por obligación quería tirarse a una cama y olvidarse por un momento de las instalaciones, la constante sensación de que algo iba mal no dejaba su pecho en paz, retumbaba dentro del mismo en un vago intento de advertirle sobre una situación aún no comprensible. Se metió en sus pensamientos escuchando los pasos firmes de sus compañeros detrás suyo, incluso podía escuchar como los recibían, algunos choques de palmas y celebraciones eufóricas, al fin y al cabo ellos tenían más amigos que los esperaban ansiosos...
Levantó la cabeza para ver a su chico de cabellos negros, mientras caminaba las personas lo saludaban y algunas muchachas le daban cumplidos, le recordaba tanto a una celebridad, ha de ser increíble ser famoso en la escuela, aunque con toda sinceridad, no era algo que realmente le interesara.
Por otra parte sentía una ligera presión, a fin de cuentas Lee era el único que lo trataba como un verdadero amigo y pareja, como una persona que realmente le importara. A parte de sus hermanos no había nadie más en su mundo, nadie más.
Tras pensar esto una calidez que lo hizo sonreír se instaló en sus hombros, se trataba de una mano que sostenía firmemente uno de sus hombros en un intento de llamar su atención, sin muchas intenciones de emocionarse por quien pudiera ser buscó con su mirada la cara de aquella persona que lo había tocado. En su mirada se coló un rubio de ojos azulados sonriendo, era cierto, los últimos días habían estado más unidos.
