Dragonfire

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La joven quedó congelada ante las palabras de su compañero. Ese hombre... ese monstruo, verdaderamente sabía quieres eran. Y aún así no ponía fin a sus planes. ¿Estaba dispuesto a pelear con su único hijo con tal de conseguir sus miraculous? Cuando pudo reaccionar de la impresión miró a su compañero. Adrien tenía en el rostro una expresión seria y aturdida. ¿Qué cosas le habría escuchado decir a su padre? ¿Cómo se sentiría?

—Emmm... ¿estás bien? —le preguntó con dulzura, acariciando con una de sus manos su mejilla.
—Bueno... algo así —le respondió él con media sonrisa. —La verdad es que ya no sé quién es mi padre. No queda nada del hombre que recuerdo que era.
—Lo siento mucho, amor
—Gracias. Yo... no se que haría si no estuvieras a mi lado.

Se abrazaron sin dudarlo. Ella quería trasmitirle que estaba ahí para él, y él quería permanecer abrazado a su cintura, sintiendo su calor y su dulce aroma.

De pronto un fuerte estruendo sonó en la otra punta de la cuidad, alertándolos. Segundos más tarde, el estruendo volvió a repetirse, pero esta vez acompañado de un poco de humo y un lejano resplandor naranja. Los dos se miraron a los ojos y adivinaron qué pensaban lo mismo.
—¿Crees que sea un akuma? —preguntó la heroína.
—Eso parece —contestó el muchacho con seriedad. —Eso quiere decir que mi padre tiene en su poder el miraculous de la mariposa.
—Lo mejor será acercarnos a la fuente de las explosiones. Tenemos que descubrir de que se trata.
—Si, y alertar del peligro al Maestro Fu.
—¡Bien, vamos! —dijo Ladybug dando por zanjada la conversación. —Si es un akuma, Paris nos necesita. Tenemos que asegurarnos de que nadie corre peligro, luego iremos a la casa del maestro. Adrien, necesito que te transformes en Chat y pelees junto a mi. ¿Crees poder hacerlo?
—Claro que sí —respondió el muchacho con decisión — Ya me conoces bogaboo, yo siempre te protegeré.
—No gatito —contestó ella uniendo su frente con la de su compañero —nos cuidamos juntos. Y si todavía existe alguna forma de ayudar a tu padre, la descubriremos.

Adrien sonrió suavemente y la besó con ternura. Sin lugar a dudas, ella era una mujer increíble. Tan capaz de enfrentarse a la maldad con fiereza, como de sentir compasión y perdonar. La miró a los ojos y solo pudo pensar en lo agradecido que estaba de tenerla. La hora de la verdad había llegado y ellos eran los defensores de París. Era tiempo de enfrentarse a su padre, una vez más.

Segundos más tarde Ladybug y Chat Noir se dirigían a toda velocidad hacia la fuente de las explosiones.
—Abre bien los ojos Chat. No estamos seguros de que esto sea obra de un akumatizado.
—Claro, my Lady.

Rápidamente dieron con la zona afectada. Se detuvieron en una azotea cercana y observaron el perímetro con detenimiento. Por toda la zona se podían observar destrozos en casas y autos. Varios vidrios se esparcían por las veredas y por las calles. Por fortuna no había señales de personas en peligro.

—Ladybug, ¡mira ahí! —señaló de pronto el felino.
Debajo de un auto dado vuelta, parecía asomar un muchacho atrapado. La joven no lo dudo ni un segundo y se abalanzó hacia el vehículo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo envolvió con su yoyó, y ayudándose de una columna cercana tiro de la cuerda para mover el auto. En un abrir y cerrar de ojos Chat llegó a su lado y la ayudo a mover el vehículo.
—¡Ladybug, Chat Noir! Gracias. No saben cuánto me alegro de verlos.
Era un joven de unos 15 años. Había quedado atrapado debajo del auto durante el ataque. Afortunadamente no estaba herido.
—¿Que sucedió aquí? —preguntó la joven heroína
—Fue mi amigo —dijo el muchacho entristecido —Tuvo un muy mal día en la escuela, verán él es... diferente. Y por eso algunos compañeros se burlan de él. Yo trataba de animarlo, cuando de pronto una energía oscura lo envolvió y entonces él... él...
—Tranquilo, nosotros nos encargaremos de ayudarlo.
—Gracias —sonrió el muchacho —Owen es un buen chico... ¡tengan cuidado!

Un nuevo comienzo ( Adrianette/ con contenido adulto/ en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora