Un nuevo comienzo ( Adrianette/ con contenido adulto/ en proceso)

No existen las casualidades

La claridad comenzó a percibirse a través de su ventana y Adrien giró una vez más en su cama cubriéndose la cabeza con la almohada.
Segundos después fijaba su vista en el techo con irritación.

La preocupación lo carcomía...
La ausencia de su padre era inusual e inexplicable, el comportamiento de Natalie también lo era. Desde hacía varios años, los misterios rondaban a su familia y siempre venían acompañados de dolor y de pérdida.

No había podido dormir en toda la noche. Si bien aparentemente no había descubierto nada demasiado alarmante o concluyente, ese presentimiento anclado en su pecho había sido el causante de su desvelo.

Cuando pensaba en la ausencia de su padre y en la falta de ese peculiar broche... la ansiedad lo desbordaba.
Por enésima vez pensó en aquel objeto...

tan antiguo...
tan peculiar...
guardado como un objeto de gran valor...

Una idea pasó fugazmente por su cabeza. Miró su reloj, faltaban aún un par de horas para el comienzo de las clases en el instituto. Tenía que ver al maestro cuanto antes...

.........

El calor de la taza de té lo reconfortaba y el aroma a jengibre y canela le ayudaba a reflexionar sobre los recientes acontecimientos.

La charla con Daichi había sido muy reveladora, y cómo solía suceder lo había dejado con más incertidumbre que certezas.

Flashback

—Ya veo —había dicho el antiguo guardián. —Al igual que tu, no me parece que el portador de la mariposa haya dejado de existir.
—Noroo confirmó que ya no se percibe la fuerza vital del portador.
—Por lo tanto podemos estar seguros de que no se encuentra en este plano de la realidad. Viejo amigo, bien conoces el principio que rige en la magia de los miraculous. El equilibrio, el balance, es la base de todas las fuerzas ancestrales y naturales que atraviesan este mundo. Si hubo una fuga de energía desde esta dimensión hacia otra... es muy posible que otra energía igual, opuesta o complementaria haya ingresado a este plano, para no desequilibrar el universo.
—Solo podemos esperar que se manifieste —había reflexionado en voz alta el actual guardián de los miraculous —Aunque todavía no lo entiendo... esto es algo sin precedentes... ¿Acaso puede un miraculous transportar a un hombre hacia otra dimensión?
—Un miraculous no... pero tal vez su portador...
—Marinette...
—¿Qué sabes de esta muchacha, viejo amigo?
—Ella es extraordinaria... Tiene una gran intuición, por momentos parece entender a los kwamis más que yo. Es intachable, con un gran sentido de la justicia y dispuesta a ayudar a quien lo necesite, aún a costa de su propia seguridad
-—Unas cualidades más que sorprendentes —afirmó el viejo portador del poder de la tortuga —Pero... ¿qué sabes de su familia?
—Bueno...

Fin del flashback

Wang Fu regresó de sus cavilaciones. La verdad es que no sabía nada de los antepasados de la heroína.
Había elegido a Marinette luego de observar su comportamiento. Y a pesar de que estaba seguro de su elección, ahora se preguntaba qué tan espontánea había sido.
¿Acaso "el destino" lo había hecho encontrarse con la joven, justo cuando buscaba alguien para confiarle el miraculous de la creación?

"No existe la casualidad, ni las coincidencias, nosotros caminamos hacia lugares y personas que nos esperaban desde siempre"

Tal vez Marinette fuera la clave para resolver todo aquel embrollo de una buena vez.

Repentinamente una presencia inesperada lo distrajo de sus pensamientos...
—Maestro ... —dijo con asombro Wayzz
acercándose a su portador —siento la presencia de...
—Si lo sé —contestó el anciano —¿Me pregunto cuál será la causa de su visita?

En ese preciso momento unos firmes golpes se hicieron escuchar en la puerta.

—Adelante Chat Noir.

La puerta se entreabrió y un asombrado Adrien entró en la habitación, algo confundido.

—Hola. Buenos días maestro. Yo... ¿ya sabía que era yo?
—Una de mis habilidades como guardián es poder percibir la energía de los kwamis cuando se encuentran cerca —explicó con una sonrisa.

En eso, una pequeña figura negra salió disparada de la camisa del chico y levitó frente a los ojos del oriental.

-—Saludos Maestro Fu —Dijo Plag con una reverencia —Que bueno que vuelvo a verlo. Verá, este chico no me alimenta como es debido... tendrá por aquí, tal vez, un poquito de queso?

Adrien rodó los ojos

—Creo que Wayzz te podrá ayudar con ese problema Plag. ¿Por qué no vas con él a la cocina?

Algo en la presencia del anciano hacía que el pequeño felino negro hiciera grandes esfuerzos por comportarse con corrección.

—¡Gracias Maestro! —dijo con otra reverencia y desapareció.
—Plag puede ser un poco difícil a veces, —afirmó el anciano —pero todo parece indicar que se siente muy bien a tu lado.
—Si —dijo el muchacho alzando los hombros —él es genial. Siempre logra sacarme una sonrisa.
—Pero no has venido hasta aquí para hablar de tu kwami ¿verdad?

Adrien dudó un momento. Había actuado de forma impulsiva al venir a ver al guardián. Sí, estaba preocupado. Y sí, había indicios, conjeturas, que de confirmarse serían verdaderamente terribles. Obligándose a interrumpir sus pensamientos, negó con la cabeza y se quedó observando al anciano con intensidad.

El maestro Fu, por su parte, adivinando que el joven se encontraba en una especie de encrucijada, se retiró hacia la cocina y regresó con otra taza de té.

—Bebe esto. Te hará sentir mejor.

Adrien dio un sorbo a la infusión, dejándose apaciguar y buscando en su mente las mejores palabras para trasmitirle al maestro sus sospechas.

—Yo... necesito su ayuda. —volvió a dar otro sorbo a su té.- Han sucedido algunas cosas, en mi casa, que me tienen intranquilo. Y me gustaría poder analizarlas con usted.

El venerable guardián aguardó pacientemente a que el joven continuara.

—A decir verdad... no entiendo porqué estoy tan alarmado. Y es posible que me esté apresurando. ¿Me entiende?
—Adrien, no por nada el poder de la destrucción está representado por un felino. Los gatos son criaturas extremadamente sensibles e intuitivas, Muchas veces perciben energías o situaciones que permanecen ocultas para el resto de las personas.

Eso lejos de tranquilizar al muchacho lo agitó.

—¿Por qué no me cuentas lo que descubriste, a ver si te puedo ayudar?
—Hace más de 24 hs que no tengo noticias de mi padre —soltó el muchacho de sopetón. —Sumado a eso, he podido observar que Natalie, su asistente, se ha estado comportando de una forma muy extraña. Esta noche la descubrí revisando los objetos personales de mi padre con desesperación. Temo que mi padre esté desaparecido y que ese objeto que buscaba Natalie, tenga relación con su desaparición.

El oriental miró al muchacho con asombro.

—¿Y tú tienes idea de lo que esa mujer estaba buscando?
—Solo son conjeturas —contestó el muchacho rígido y con la misma intensidad en su mirada —Pero creo que están buscando un broche azul con forma de abanico.