Un nuevo comienzo ( Adrianette/ con contenido adulto/ en proceso)

La cita

La angustia recorría cada fibra de su cuerpo. Algo estaba muy mal.
Era muy inusual no tener noticias suyas... y temía que algo malo hubiera sucedido.

Llegó a la mansión como todas las mañanas y entró con su llave por la puerta principal.
El encargado de servicio la saludó con cortesía, a lo que ella correspondió brevemente, y se encaminó hacia el estudio de Gabriel.
No tenía noticias de él desde la noche anterior. Sabía de sus planes para liberar ese nuevo akuma, uno verdaderamente poderoso, pero a juzgar por lo que había escuchado en las noticias, Ladybug y ChatNoir habían logrado vencerle, nuevamente.
Tal vez, el enojo y la frustración por la nueva derrota, habían evitado que se comunicara con ella...

Llegó frente a la puerta del atelier y se detuvo bruscamente. Con el corazón en la garganta dio tres golpes secos y seguros.
Deseaba escuchar la voz de su jefe pidiéndole que ingresara al lugar y así ver su determinado rostro. Pero nada de eso sucedió. Con un nudo en la garganta ingresó al recinto.
Todo estaba en perfecto orden y no había rastro de Gabriel por ninguna parte.

..........

—¿Por qué no usas el vestido rojo?
—Demasiado provocativo.
—Mmm... entonces unos vaqueros con una blusa.
—Demasiado común
—¡Ya está! Esta falda es hermosa... y te hace ver espectacular.
—Si, a mi y a mi madre. Era de ella...
—Bueno, ya sabes lo que dicen, lo retro esta nuevamente de moda...

Marinette se dejó caer en su cama, con una expresión desesperada en el rostro, ante la mirada divertida de su amiga.

Ella y Adrien habían acordado encontrarse en la cafetería a las 18:00, así tendrían tiempo de ir a sus casas a dejar sus mochilas y cambiarse de ropa.
Pero eso estaba siendo más difícil que derrotar un akuma... Hacía 20 minutos que sacaba diferentes prendas de su ropero, sin lograr decidirse por ninguna.

Ella y su enorme bocota. ¿Cómo se había metido en ese lío? ¿Cómo iba a lograr encontrar algo decente para usar en su cita?

... su cita...

¿De verdad iba a tener una cita con Adrien?

Su pulso se aceleró y comenzó a sentirse algo mareada. Se paró de golpe y empezó a caminar por su habitación, a gran velocidad, y sin un rumbo fijo.
Alya reconoció los nervios de su amiga y rodó los ojos.

—Marinette...
—No puedo. Voy a llamarlo y le voy a decir que... que no me siento bien —tomó rápidamente su teléfono, pero la morena se lo arrebató de las manos. —¡Dame mi teléfono!
—Tu no vas a llamar a nadie Marinette Dupang-Cheng
—¡Alya, por favor! No puedo dejar que me vea así. Soy un manojo de nervios... ¿De qué voy a hablarle? ¿Qué voy a ponerme? Falta solo media hora para las 6 y todavía no me bañé...

La morena suspiró, había estado esperando el desborde de su amiga.,.
—Respira —le dijo poniendo las manos sobre sus hombros.—Lo que no puedes hacer, es dejar plantado al chico de tus sueños una vez que te animas a invitarlo a salir.
—Pero...
—Así que date media vuelta y ve a bañarte. Ya me quedaré yo revisando esto que llamas ropero.

Marinette hizo una mueca y salió directo al baño. Su amiga tenía razón. Ella no era una cobarde. ¡Todo el tiempo se enfrentaba a las peores situaciones! Una simple cita... con el chico más maravilloso del mundo no podía asustarla...
En ese momento la imagen de Adrien se apareció en su mente y tuvo que agarrarse de la puerta del baño para no caerse.

—¿Estás bien? —preguntó la voz de su amiga desde su cuarto
—Si —Contestó ella. "Bien al borde del colapso"

Sin pensarlo demasiado entró a la ducha y dejó que un chorro de agua caliente corriera por su espalda. Todavía no entendía bien cómo había logrado meterse en ese lío. Si bien su relación con Adrien era mucho más "normal" que cuando se habían conocido, aún se sentía muy nerviosa cuando estaba con él. ¡Si tan solo pudiera ir a su cita como Ladybug! Claro que si se transformaba en la heroína, seguramente Chat vendría a molestarla y no le permitiría disfrutar tranquila de la compañía de su príncipe...
Aunque pensándolo bien... Chat nunca había estado presente cuando ella estaba con Adrien... ¿Qué raro? ¿Es qué Adrien y Chat no se conocían? Por un segundo la imagen de su compañero de batallas y la del modelo de sus sueños, se aparecieron juntas en su mente...

—¡Marinette! ¡Ya sal de ese baño!

¡Se le estaba haciendo tarde!

Alya la ayudó a maquillarse y finalmente, eligieron el atuendo ideal. Antes de salir, comprobó su imagen en el espejo y sonrió confiadamente. ¡La verdad se veía muy bien!
Tomó su bolso y se despidió de su amiga con un abrazo.

Por su parte Tikki había permanecido escondida debido a la presencia de la aspirante a periodista. En cuanto sintió a su portadora ponerse en marcha, asomó su pequeña cabeza por la apertura de su bolso y sonrió.
Esto no se lo perdería por nada del mundo.

..........

Adrien llegó a la cafetería 17:55 y se dispuso a esperar a su amiga.

"Justo a tiempo"

Había ido a su casa a cambiarse y a alimentar a cierto gato amante del queso.
Pero un minuto antes de salir, Plag se plantó adelante de sus ojos con una expresión seria.

—No pienso ir —había dicho el felino.
—Vamos Plag... ya sabes que no puedo salir sin ti... ¿Qué pasa si tengo que transformarme?
—No me importa. No pienso volver a meterme dentro de tu ropa solo porque a ti se te ocurrió tener una tonta cita.
—¡Ya te dije que no es una cita! —le había contestado el chico con nerviosismo.
—Claro que es una cita, con una chica muy linda, si me permites decirlo, pero tú estás demasiado ciego para verlo.
—Marinette es una amiga y tú sabes de sobra que yo solo tengo ojos para my lady.
Plag lo había mirado con fastidio.
—Ciego. Rematadamente ciego.

Ahora que lo pensaba bien no entendía por qué su Kwami había tomado esa actitud. Incluso había tenido que rogarle para que lo acompañara, prometiéndole una bolsa llena de su queso favorito, en cuanto regresaran.

Cuando por fin Plag había accedido. Natalie lo había interceptado.
Aparentemente buscaba a su padre para consultarlo sobre un asunto urgente.
Los ojos del muchacho pasearon distraídos por la cafetería mientras recordaba el encuentro con la asistente.
Algo es su actitud se veía extraño, inusual. Natalie siempre sabía dónde se encontraba su progenitor...

—Hola —saludó una voz melodiosa a su lado.

Adrien alejo sus pensamientos y le sonrió a su amiga, que se veía... verdaderamente deslumbrante.

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Bueno quise dividir este capítulo porque estaba demasiado largo.

Creo que así mejora, aunque en esencia es el mismo. Disculpas a todos a quienes despiste con este cambio. Prometo recompensarlos y subir un nuevo capítulo mañana.

No me maten 🥺😘