¡Sorpresa!

262 10 0
                                    



—¡Maestro!
Marinette había finalizado su transformación, y se encontraba parada frente a la puerta de la pequeña casa. Adrien, a su lado, intentaba mirar a través de las rendijas de las ventanas. La calle estaba desierta, los comercios de la zona estaban cerrados y los parisinos que vivían en ese barrio, seguramente estaban dormidos. Por esta razón la pareja intentaba no llamar "demasiado" la atención.
—¿Crees que esté dormido? —preguntó el rubio.
—No lo sé, gatito. La verdad es que tengo un mal presentimiento.
—Yo puedo ir a ver Marinette —se ofreció Tikki, que estaba escuchando la conversación de su portadora. En sus brillantes ojos azules, también podía verse una sombra de preocupación.
—Y yo te acompaño, terroncito. —Plag apenas había escuchado a Tikki, salió disparado desde la camisa de su portador.
—Solo si te comportas, Plaga.
—¡Ey! ¡Qué no soy una Plaga! Y ademas ... ¿cuándo has tenido motivos para dudar de mi comportamiento? La pequeña catarina rodó los ojos y sin prestarle más atención, atravesó la puerta principal.

Mientras tanto los héroes esperaron. La mano de Adrien fue a parar a la espalda de Marinette, dejando una caricia en señal de apoyo. Ambos estaban nerviosos y a la vez preocupados por el maestro. Tanto silencio los mantenía en alerta.

Un minuto después, la puerta se abrió, dejando que la pareja ingresara a la vivienda.
—No hay nadie —dijo Tikki seriamente, saliendo al encuentro de ambos portadores —Ya revisamos todo el lugar y no hay señales del maestro Fu.
—¿Y Wayzz? —preguntó mecánicamente la muchacha.
—Tampoco lo hemos visto.

Adrien se adelantó observando atentamente todas las habitaciones. La casa se encontraba tranquila y solitaria, no había ningún indicio de lo que podía haber sucedido con el guardián, o con el resto de los miraculous.
—¡Adrien!
—¿Qué sucede? —El rubio volvió a donde se encontraba su compañera y la encontró arrodillada delante de un mueble antiguo. Tenía la palmas de las manos juntas, los ojos cerrados y un brillo inusual emanaba de sus aretes. —¿Marinette?
—Tranquilo Adrien, —le dijo Tikki flotando a su lado —solo está activando un compartimento secreto. A los pocos segundos una compuerta en la parte superior del mueble se abrió, dejando a la vista una caja de madera de forma heptagonal. Marinette abrió los ojos, miró brevemente la caja y la tomó con cuidado. 
—¡Aquí está!. Adrien, esta es la caja de los miraculous —exclamó asombrada la joven— ¡Que extraño!
—¿Qué sucede Bogaboo?
—Bueno... es muy raro que el maestro tomara la decisión de irse y no se la llevara ... ¿no lo crees?
—¿Te parece tan raro?
—¡Claro! Aquí están todos los miraculous que no tienen un portador permanente, gatito. Imagina lo que pasaría si está caja cayera en las manos de Hawk Moth. Además conviví con el maestro el suficiente tiempo como para saber que él no iría a ningún lado sin ella.
—Entiendo... —reflexionó el muchacho—pero tal vez por eso la dejó aquí. Si está escapando de Hawk Moth, tal vez le pareció más seguro dejarla escondida.
—Si... pero ¿porqué no nos avisó? Tu padre conoce la ubicación de esta casa, es un riesgo dejarla aquí sin protección. La llevaremos con nosotros, además podríamos necesitar ayuda para derrotarlo.
—Bien pensado Mari. Pero no podemos simplemente ir a tu casa. Que mi padre conozca nuestras identidades nos pone en una situación muy delicada. Además... creo que deberías decirle a tus padres...
—¿DECIRLES QUÉ? —alzó la voz la heroína.
—Amor, mi padre podría buscarlos e intentar atracarlos para llegar a ti.

La muchacha soltó un suspiro y se quedó viendo al techo con una expresión acongojada en el rostro. No le gustaba la idea de revelar su identidad a sus padres. Los conocía bien y sabía que iban a tratar de protegerla a cómo diera lugar, lo cual los podía poner en grave peligro.

—No volverán hasta el domingo, tal vez podría llamarlos para que se quedaran unos días más, aunque no tengo idea de cómo convencerlos.
—Ya pensaremos en algo —la animó el rubio con una sonrisa —Por lo pronto tenemos que encontrar un lugar seguro para descansar, e idear la mejor forma para vencer a mi padre.
—Si, es verdad gatito. Quiero pasar por casa a buscar ropa y mi diario. Eh escrito mucho de los miraculous en él, así que será mejor también hacerlo desaparecer. —Marinette trataba de mantenerse enfocada para no llorar, pero el nudo en su garganta se iba haciendo más y más grande.
—Tranquila bogaboo —dijo Adrien abrazándola, al darse cuenta del estado de su novia. —Todo saldrá bien.

Un nuevo comienzo ( Adrianette/ con contenido adulto/ en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora