ADAPTACIÓN | 𝐁𝐀𝐍𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀 | 𝐭𝐚𝐞𝐠𝐠𝐮𝐤.

Capítulo 41.

Una semana después.

—Aún sigo triste cuando recuerdo el final de aquella película—. Dijo suspirando.

—Yo también, pero a la vez me quiero reír mucho, éramos un desastre, tú llorando hasta que te quedaste dormido mientras yo me reía por ti y por el desastre que era en ese momento mientras a la vez lloraba—. Comenzó a reírse mientras sus mejillas se sonrojaban.

SeokJin se unió a su risa. YoonGi los miraba sin entender, habían comenzado a reírse tan escandalosamente, podía mirarlos llorar de la risa. Su novio se miraba tan feliz, eso lo hizo sonreír, a pesar de que SeokJin siempre era alegre, hacía varios meses que no lo miraba tan vivo como en ese momento.

Inconscientemente su mano se dirigió a su bolsillo donde sacó su celular, la cámara apuntó a su chico, sacando varias fotos de lo alegre que se miraba, después apuntó a los dos, era una bonita foto y momento.

—Tenemos que parar—. JungKook dijo aún riendo un poco.

Poco a poco comenzaron a parar de reír, que bonito era tener a alguien con quien reír hasta que las lágrimas salten de sus ojos, lágrimas de felicidad, porque estás disfrutando del momento y del acontecimiento y no lágrimas de tristeza.

—Jin Hyung, por favor, tenemos que repetirlo, pero ahora podemos incluir a YoonGi, él evitará las películas tristes.

El nombrado asintió, uniéndose a la plática. Su celular volvió a su sitio y su mano se volvió a entrelazar con la de su novio.

—Esta semana no creo—. Suspiró. —Bueno, sabes que esta es mi última semana, tengo mi cita de parto programada para la próxima semana pero esto puede pasar en cualquier momento. - Tembló, tenía miedo. —Pero te prometo que después del parto, cuando este recuperado de la cirugía, mi bebé, YoonGi y yo iremos a tu casa para ver esas películas—. Ahora sonrió grande.

JungKook asintió rápido, le encantaba la idea y era una promesa.

El mayor se despidió de los chicos, mirándolos salir de la pastelería. Volvió a la caja, estaba concentrado llevando las cuentas de todo lo vendió cuando la campanita del lugar sonó. Elevó la mirada para encontrarse con TaeHyung.

Su sonrisa se hizo grande, su corazón se aceleró, su estómago... Por dios, su estómago, parecía que un zoológico vivía en su estómago. Sintió a sus bebés moverse, eso siempre pasaba cuando estaba muy feliz, al parecer sus bebés también sentían su felicidad.

Salió de su lugar de trabajo para casi correr a sus brazos. En esa semana no se habían visto, sólo algunas veces o hablaban por teléfono hasta que alguno se quedara dormido.

—Kookie—. Susurró mientras lo abrazaba fuerte.

—Te extrañé Hyung—. Suspiró a punto de llorar. —No creí acostumbrarme tanto a ti, nos haces mucha falta en casa—. Acarició su vientre.

—Yo también los extrañé—. Sonrió. —Como ya sabías, tuve una semana muy ocupada pero al fin pude remodelar un poco mi casa, quité todas mis fotos con HoSeok, saqué demasiada ropa, que ahora está en orfanatos y bueno, algunas otras cosas más, pero en todo momento pensé en ustedes, también extrañé dormir juntos, nunca te dije esto pero el movimiento de tus bebés bajo mis manos, me tranquilizaba y me hacía quedarme dormido, extraño eso.

—Sabes que mi casa nos espera en cualquier momento, claro, no te estoy pidiendo que regreses porque entiendo que tienes tu propia casa pero si en algún momento deseas mucho ir a visitarnos y hacer una pijama, cuenta con ello—. Sonrió.

—Gracias—. Le miró con cariño.

—¿Y qué se te ofrece?

—Hoy tengo una visita muy importante en el trabajo y quise pasar a comprar un pastel con la excusa perfecta para venir y verte.

El mayor se sonrojó. Las palabras de SeokJin llegaron a su mente, como si estuviera viviendo el mismo momento de la semana pasada. TaeHyung era muy agradable para su vista, no lo podía negar.

—Tonto—. Dijo cubriendo sus mejillas. —Sígueme...

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—Quiero que sea una sorpresa... Perdón por recurrir a ustedes, sólo hemos tratado muy pocas veces pero creo que podemos ser amigos .

Sonrió a la ventana mientras que con una de sus manos sujetaba su celular, el paisaje se hizo presente mientras el tren avanzaba hacía su destino.

—Cuenta con ello, JiMin y yo estamos dispuestos a ayudarte, incluso te puedes quedar en su casa o en la mía, no hay problema por eso, amamos demasiado a JungKook y a los chicos, será bueno verte después de todo lo que pasó con tú ex...

—Muchas gracias NamJoon, en cuanto el tren llegue te enviaré mensaje para que nos encontremos.

—Bien, estaremos esperando por tu llegada, será una linda sorpresa.

HoSeok se despidió del chico mientras sonreía. Esa semana en Gwanju lo había hecho cambiar un poco, claro, uno no podía olvidar todos sus problemas en esos contados días pero se sentía mejor, quería ir con su Hyung, festejar con él por sus bebés, quería ver a YoonGi y estar presente para el nacimiento del pequeño Yoonie, claro, también quería ver a TaeHyung, lo había extrañado pero ya no dolía tanto.

Tampoco se quedaría por mucho tiempo en Seúl, sólo iría por unas semanas y luego tomaría un vuelo para el extranjero, ahí tenía planeado vivir por algunos cuantos años hasta que su corazón y su persona estén curados por completo. Ese era el plan.

Miró una última vez su celular para ahora mirar nuevamente por la ventana, en pocas horas el tren estaría llegando a Seúl.

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—Que bueno que están bien, me alegra demasiado que Kyung no haya seguido insistiendo.

—Está trabajando, también se que seguirá viajando, es por eso que he estado tranquilo, no quiero que me vuelva a proponer lo mismo una y otra vez—. Suspiró cansado.

TaeHyung asintió, el mayor terminó por registrar la compra del día, le entregó su cambio y el pastel en su caja.

—Bien, me tengo que ir ahora pero te prometo que hoy pasaré por ti, vendré a buscarte, no cenes nada Kook, te llevaré al mejor restaurante en Corea.

—¿Celebramos algo en especial?—. Lo miró pícaro.

—Si, que después de una semana vuelvo a tener la dicha y el honor de volver a verlos, a ti y a esos bebés—. Sonrió.

Sus hoyuelos aparecieron en su rostro, dándole una vista más hermosa y linda. JungKook casi suspiró, lo sentía por HoSeok pero TaeHyung era realmente guapo.

—Oh, digo lo mismo, así que si, vayamos a celebrar esto—. Sonrió.

TaeHyung no apartó la mirada, JungKook era precioso, sus labios tan gruesos y llamativos, sus lindos ojos parecían tan cálidos, quería admirarlos toda una vida, incluso en otra, si tenía la dicha de volver a coincidir en la siguiente.

JungKook salió de su puesto para caminar hasta el moreno. Sus mejillas se sonrojaron, TaeHyung las admiró para después tener el rostro del mayor a escasos centímetros del de él. Ambos corazones latían fuerte. Los bebés ¡Por el universo! Los bebés no paraban de moverse, sabían lo que estaba por suceder.

Los labios de JungKook al fin tocaron la mejilla de TaeHyung, dejando un suave y delicado beso. El moreno sonrió grande, no se quedó atrás y besó su frente con cariño. Se alejaron un poco para agitar sus manos en el aire, era hora de que TaeHyung regresara a su estudio y que JungKook siguiera trabajando.

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