ADAPTACIÓN | 𝐁𝐀𝐍𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀 | 𝐭𝐚𝐞𝐠𝐠𝐮𝐤.

Capítulo 02.

TaeHyung cerró la puerta detrás de él mientras suspiraba, había regresado del hospital y el doctor le había pedido muchas disculpas con respecto a su muestra de esperma, a pesar de que el moreno le había pedido el nombre y número del chico que ahora cargaba un bebé suyo, el doctor se lo había negado pues era información privada de sus pacientes.

Al menos era un buen doctor con respecto a la privacidad de sus pacientes. Pero ese no era el caso, con su pareja habían soñado tanto tiempo con eso, con casarse y tener un bebé, estaban en el mejor momento de su vida y era por eso que TaeHyung se fue a hacer los estudios. En serio quería poder estar completamente seguro de poder tener hijos.

HoSeok apareció en el marco de la puerta, mirándolo con una bonita sonrisa, vestía una camisa celeste con rayas blancas, con unos pantalones cortos color blanco que se miraban más que cómodos, en su cintura mantenía un mandil y TaeHyung supo que se encontraba haciendo el desayuno, era por su vestimenta y también por el delicioso aroma que inundaba la casa.

Sus facciones cambiaron por una sonrisa, HoSeok brillaba tanto, lo amaba demasiado, con una sola de sus sonrisas podía ser tan condenadamente feliz. Caminó hasta él y lo envolvió en sus brazos para acercarse a sus labios.

Las pequeñas manos del pelirrojo lo tomaron de su rostro mientras sus labios seguían el ritmo del moreno. Cuando se separaron TaeHyung besó su frente. La sonrisa de HoSeok resplandecía, y solo con eso TaeHyung recordó porque hacía todo lo que hacía por él.

—¿Qué pasó en el hospital TaeTae?—. Le preguntó sin apartar la mirada de sus ojos.

TaeHyung dejó de mirarlo mientras suspiraba. HoSeok lo dejó pasar y se quedó en espera de que el mayor hablara.

—No me dieron ningún papel...—. HoSeok llevó una mano a su rostro mientras lo acariciaba con amor. —Creo que la impresora del doctor se quedó sin tinta, pero está más que confirmado, puedo tener hijos—. Lo miró mientras sonreía nervioso.

Los ojitos de HoSeok brillaron mientras su sonrisa se hacía más grande, se lanzó a sus brazos emocionado mientras le repartía varios besitos en su rostro.

TaeHyung se sintió mal por eso, se había enterado que podía ser padre, de una mala manera y estaba seguro de que cuando se lo dijera, rompería por completo el corazón de su bonito mayor.

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JungKook se recostó en su cama mientras sonreía, llevó una mano a su vientre y suspiró feliz, dentro de él comenzaba a crecer una nueva vida.

Cerró sus ojos por unos momentos mientras tarareaba una canción de cuna, podía sentir a su bebé ahora, se sentía tan diferente por dentro, tal vez solo era su perspectiva al saber que dentro de unos meses sería padre o en verdad lograba sentir un cambio, pero JungKook estaba más que feliz.

Su celular comenzó a sonar, haciendo que saliera de su propia burbuja para levantarse y tomarlo ya que sonaba con urgencia encima de su mesita de noche.

Era el número del hospital, contestó y saludó al doctor con felicidad.

—Buenos días JungKook.

—Buenos días doctor ¿Qué sucede?

—Necesito hablar contigo urgentemente... Es sobre tu bebé

Y el mundo de JungKook se vino abajo al escuchar eso. ¿Su bebé? ¿Qué tenía su bebé? Aún era muy pequeño ¿Por qué tendrían que hablar de él?

—¿Qué sucede con mi bebé?

Su voz tembló y el doctor lo escuchó, sintiéndose mal por eso.

—Él está bien, ya tenemos agenda da tu próxima consulta pero quiero hablarte sobre el padre de tu bebé.

—¿Qué? Yo soy su único padre, lo demás solo fue una inseminación.

—Lo se JungKook pero no te puedo hablar de esto por aquí, necesito que regreses, ya mandé a uno de los enfermeros por ti, te prometo que será rápido

—¿Qué sucede?

Su respiración se comenzaba a acelerar y sus ojos le picaban.

—Ya te dije, no puedo hablar por aquí, ellos ya deben de llegar, y perdóname por tomar tu información sin tu permiso, necesito hablar de esto contigo urgentemente.

JungKook asintió sabiendo que el doctor no lo miraba. No dijo más y terminó la llamada mientras caminaba por toda su habitación mordiendo sus uñas. Una manía fea pero que no podía evitar hacer cuando estaba a punto de entrar en pánico.

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