Steve Rogers / Bucky Barnes ONE SHOTS

06.1- Bucky Barnes

¡Es oficial! Esta historia seguirá los acontecimientos de la serie Falcon y el Soldado del Invierno, así que si no la han visto, estos shots contienen SPOILERS. Y puede que también le agregue por ahí una que otra escena +18.

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MAGGY

James llevándome de la mano a su departamento en mitad de la noche había ocurrido antes... en mis sueños.

Ahora, sin embargo, está pasando de verdad. Cuando él cierra la puerta detrás de mí y su pecho rosa mi brazo, no puedo hacer más que mirar a mi alrededor, sin saber qué decir, hacer o cómo reaccionar ante su cercanía.

A simple vista sólo veo un televisor sobre un mueble y un sofá con una cobija. Ese es todo el mobiliario. Hacia el lado contrario de la entrada se abre un pasillo y logro ver tres puertas más: el baño y dos habitaciones; lo sé porque mi departamento tiene el mismo diseño.

—Necesito tu ayuda —su voz me trae de vuelta, y cuando me volteo encuentro su rostro a tan sólo centímetros del mío.

Está tan cerca pero a la vez tan lejos. El azul de los ojos de James luce un poco opacado por la luz del lugar, pero su rostro no deja de parecerme bonito. Sus mejillas, sus labios, su barba... Y esa mandíbula; quiero besarla.

—Uh... 

—Lamento haberte traído así, pero es urgente.

—Seguro. ¿Qué necesitas?

—Consejos, Maggy. Mañana tengo una cita.

Aaaaah.

Aah.

Auch. 

Debo admitir que no me lo esperaba. Acabo de escuchar en el restaurante que tendrá una cita con una de las chicas del local, sí. Pero de ahí a imaginar que me pediría consejos... ¿A mí? ¿Qué clase de broma está tendiéndome la vida?

—Yo... no sé...

—Por favor, Maggy. No he tenido citas en años. Eres la única chica con la que hablo y necesito que me digas qué hacer y qué no.

—Uh... —me remuevo incómoda, pero decido dejar mis celos a un lado. James está pidiéndome ayuda, está confiando en mí, no puedo defraudarlo. Por no mencionar lo desesperado que luce—. Bueno, ¿qué harías tú en una cita?

—Bueno... —frunce el ceño como si intentara recordar un momento de su vida muy lejano—, iría a buscar a la chica y le llevaría flores. Y luego la invitaría a un restaurante con vista a Central Park. O tal vez la llevaría a bailar. Eso sería agradable.

Eso sería perfecto.

Todo lo que dice sería perfecto.

—Eso está bien. Mira, no puedo hablar por todas las mujeres del mundo, James. Pero puedo hablar por mí. Y lo que dices suena excelente. Las flores, el parque, el baile... todo sería agradable. Pero recuerda que en el fondo nada es más importante que la persona frente a tí... —siento el calor de su respiración y el aroma de su perfume, tan agradables que quiero cerrar mis ojos y fundirme en ellos—. Debes sentir una conexión, y al sentirla lo demás perderá importancia. 

—Sí... sí, tienes razón...

De pronto, me doy cuenta de que la mirada de James ha bajado un poco. Mira mis labios, y me pregunto qué piensa de ellos.  ¿Cree que son bonitos, feos? ¿Por qué no dice nada y sólo me observa?

Entonces, hace algo que me sorprende.

Levanta sus brazos hacia mi cabello, quitando la goma que lo sujeta y dejándolo libre.