06.5- Bucky Barnes

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MAGGY

Cuando salí de la habitación ocurrieron cosas raras. Sam escupió lo que bebía, y Bucky... su expresión me dio risa. Aunque tal vez fueron mis nervios los que me hicieron reír.

—¿Cómo me veo?

—¿Qué...? ¿Por qué te pusiste eso? —jadeó mi vecino.

Miré el vestido rojo ajustado que me había puesto. Era muy corto y tenía un escote pronunciado que parecía aumentar el tamaño de mis pechos, pero esa era la idea. 

—A nuestro excéntrico objetivo le gusta el rojo —me excusé—. Si quiero llamar su atención y conseguir lo que necesitamos, así es como debe ser. ¿Cómo me veo?

Sam se echó a reír y me dió la razón.

—Créeme, no te ves mal —ignoró la mirada asesina que le echó Bucky—, y si quieres llamar su atención, lo harás... Junto con la del resto de hombres que haya presente.

—Gracias, Sam. 

Volví a la habitación a ponerme los tacones y Bucky me siguió, cerrando la puerta detrás. Habían pasado unas horas desde el almuerzo donde él, Sam, Zemo y yo habíamos planificado todo, y pese a que hablé bastante con Bucky, era la primera vez que nos encontrábamos a solas. Eso me puso aún más nerviosa de lo que ya estaba, y no ayudó la forma en la que me observaba mientras me ponía los tacones. 

—Cuando dijiste que sabías cómo acercarte a Conrad Mack, no pensé que lo harías como un trozo de carne. 

—Tampoco soy fan de esta idea, pero...

—Podemos buscar otra forma, Maggy.

—No tenemos mucho tiempo. Lo dijiste tú mismo.

—¡Pero...! —movió la cabeza—. No quiero que te acerques a ese hombre de esta forma. No sabemos de lo que es capaz.

Yo sí sabía de lo que era capaz.

—Sé defenderme, Bucky. No me hará nada que yo no quiera.

—El mayordomo de noventa años te secuestró ayer, Maggy.

—Eso fue sólo una casualidad. Ahora, si me disculpas, tengo que retocar mi maquillaje.

Bucky intentó discutir, pero Sam tocó la puerta.

—Maggy, ¿estás lista? 

—¡Dame un minuto!

—Bien, estaré en el auto.

Escuchamos los pasos de Sam alejándose, y Bucky tomó mi brazo con una delicadeza que contrastaba con la ansiedad en su expresión.

—Al menos deja que te acompañe. 

—¿No confías en Sam? —pregunté sorprendida.

—Hay noches en las que no puedo confiar ni en mi propia mente. No es Sam el problema. Soy yo. Si algo sale mal y debes huir, podrías necesitar un poco de mi fuerza.

Lo pensé por un momento, y debí admitir que tenía razón.

—Bien. Pero tienes que actuar como planeamos, o todo se complicará.

 Pero tienes que actuar como planeamos, o todo se complicará

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Steve Rogers / Bucky Barnes ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora