Steve Rogers / Bucky Barnes ONE SHOTS

11- Steve Rogers

A pesar de los cambios 

(1/3)

Nueva York, 1941

La mañana de aquel día, Phoebe consiguió trabajo en un programa del gobierno que tenía que ver con una división especial del ejército. No sabía muy bien de qué se trataba, pero necesitaban una enfermera así que postuló al empleo y quedó seleccionada; ahora ella era parte del equipo médico. Y tras esa buena noticia, estaba segura de que aquella sería una linda tarde.

Se miró al espejo una última vez, acomodando su vestido, y revisó que su labial no estuviese corrido.

Cuando todo le pareció bien, salió de su habitación y bajó las escaleras.

Iba llegando al vestíbulo cuando la puerta se abrió, y su hermano entró.

—¡Bucky! —exclamó, contenta—. ¡Conseguí el...!

Phoebe dejó de hablar cuando Bucky se corrió hacia un lado, dejando ver a Steve. Lo habían golpeado... de nuevo.

—Steve...

—Estoy bien. Sólo necesito un poco de hielo —no la miró cuando pasó hacia la cocina.

—Acabo de rescatarlo del callejón de siempre —gruñó Bucky, quitándose el sombrero y la chaqueta del uniforme.

—¿Se peleó de nuevo?

—No peleó. Se dejó golpear, es diferente. Ahora estará de mal humor toda la tarde y no querrá ir a la feria. Lo siento, Phoebs.

Phoebe caminó hacia la cocina donde encontró a Steve afirmado en el mueble, con una bolsa de hielo contra su labio inferior.

—Necesito revisar tu herida, Steve. Ven.

Le tomó la mano y tiró de él, que afortunadamente la siguió escaleras arriba sin negarse. Ya en su habitación, Phoebe hizo que Steve se sentara en la cama, ella se sentó a su lado con el botiquín de primeros auxilios sobre las piernas. Limpió su labio con cuidado y luego le untó la piel con una crema especial.

—Lo siento —susurró Steve mirando el suelo. 

Phoebe sonrió, le tomó la barbilla y dejó un beso en la comisura de sus labios.

—Te besaría con más fuerza, pero sé que te dolerá.

—Me peleé con O'Connor —a Phoebe le costó recordar de quién se trataba, era un vecino de Steve que siempre fumaba en las esquinas de Brooklyn—. Él dijo que... que una mujer como tpu no debería estar con un perdedor como yo.

Phoebe frunció el ceño.

—No me digas que te lo tomaste en serio, Steve.

—Él tiene razón. Soy...no soy lo mejor que podrías encontrar.

—No eres un perdedor, Steve. Eres un hombre estudioso, culto y dedicado que fue a la universidad, y supo salir adelante. Eres la mejor persona que he conocido jamás, estoy enamorada de tí desde que tenemos cinco años y no ha habido momento alguno en el que me arrepienta de lo que siento.

Steve tomó su mano y le dio un apretón. Parecía demasiado emocionado como para hablar, así que Phoebe decidió continuar:

—¿Recuerdas el trabajo del que te hablé ayer? 

Steve asintió.

—¡Logré entrar! 

—¿En serio? ¡Auch!