XXII: Mamá Y Papá

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- Mamá y papá - susurró mi mente lentamente mientras yo los observaba, yo sabía que éstas personas no eran mi familia, pero entonces, ¿Por qué estaba acercándome?.

- ¡¡Shadow!!.

Voltee velozmente al escuchar ese sonido agudo detrás de mí, era... - María... - la fantasía era bastante bella, digna de mi atención, pero eso no era posible, ella estaba muerta, y así debía quedar.

- No me engañarás ésta vez - musite con rabia esperando que Mephiles mostrara su verdadero rostro - no mereces tomar su forma, atácame a mí, pero con ella no te metas.

Tomé fuerza y con algo de miedo lancé un ataque, eso no lo mataría, pero al menos esa ilusión desaparecería.

- Shadow.

Volvió a decir, el humo se disperso y ahí estaba, esa figura nuevamente, quizá esta vez...

_ ¿M-María? - titubee, al parecer había intentado golpear a mi chica, fantástico, me beso con la falsa e intento eliminar a la real.

- Hola, mi erizo - respondió con una sonrisa hasta llegar a mi, impulsivamente traté de abrazarla, necesitaba rodear su cuerpo con mis brazos, sentir ese suave tacto de su piel con la mía, sobre todo, oler ese aroma que le caracterizaba; era tan hermosa como el día que la perdí.

- ¿Mary? - pregunté con tristeza, sus manos estaban sobre las mías, o al menos eso parecía, ya que al unirnos, su piel se tornaba transparente, y su cuerpo atravesaba el mío como si no fuera nada, aunque bueno, ella estaba muerta, era lógico que algo así pasaría.

- Has crecido mucho - me dijo mirándome de pies a cabeza, yo no entendí al inicio, pero supongo que al final sé a que se refería.

- El dorado me sienta bien - contesté con lágrimas en mis ojos - nunca pude pedirte perdón, debí tener más cuidado aquella vez.

- No habría cambiado nada - me respondió - quiero que lo sepas.

El silencio fue predecible, el espacio se tornó a un bello ambiente de luz de luna, solo estábamos ella y yo, era la despedida que necesitaba.

- La chica rosa, me agrada - añadió guiñando su bello ojo celeste.

- Igual a mi - confirmé - aunque eso ya lo sabías.

- Shadow - volvió a decir mi nombre, solo que ésta vez fue en tono serio.

- Dime.

- Tienes que soltar todo lo malo, y concentrarte en lo bueno, ellos podrán haberte creado, pero no son tú familia.

Los recuerdos me abrumaron y yo me deje consumir, mi vida entera estaba pasando frente a mis ojos, el día que conocí a María, cuando le pedí que fuera mi novia, el día del accidente, mi vida en el departamento de Rouge, el conocer al Team Sonic, a Rose, los chicos del futuro, ellos confiaban en mi me dieron un motivo para existir, después de todo, creo que ellos eran mi familia.

- Hazlo.

_ Tengo miedo de perderte.

- Yo siempre estaré contigo.

Entonces, podría jurar que fue mi imaginación, pero pude abrazarla, para después, terminar con la misión, y destruir la cápsula con Mephiles dentro.

El caos... La luz... Todo se esparció.

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𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙚𝙘𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora