El legado de los Amery (Sirius Black y tu)

17. Sirius Black 🐾

Sirius Black, uno de los chicos más populares de Hogwarts, debía su fama a algo más que su apellido. De eso se había encargado él de cambiarlo. El primer día que llegó a Hogwarts y fue seleccionado a Gryffindor causó un alboroto en todo el Gran Comedor, causando que durante más de un mes no se hablará de otra cosa. Intentó evitar a varios alumnos de Slytherin de los últimos cursos que buscaban cualquier momento para molestarlo y hacerlo colgar boca abajo de cualquier lugar del castillo. Por suerte, su prima Andromeda lo salvó de muchas. Cuando llegó a segundo y su prima ya no estaba, sabía que a partir de ese momento estaba solo.

Y eso no era cierto del todo. Tenía a James, Remus y Peter, pero no quería meterlos en problemas. Fue en segundo cuando comenzó a ganarse la popularidad entre los estudiantes. Muchas chicas y chicos quería salir con él, otros querían ser como él. Junto a James ambos eran las leyendas de las bromas y los más graciosos de la clase. Aunque todo esto tenía consecuencias pues pasaban castigados gran parte de su tiempo libre. Sin embargo, no era mal estudiante y a pesar de ser uno de los más problemáticos de clase, aunque los profesores no quisieran reconocerlo, también era el favorito.

Actualmente, cursando su quinto año en Hogwarts se ganó la reputación de chico malo, mujeriego y rompedor de corazones. Pero Sirius era la leyenda que nadie conocía realmente, ni siquiera sus amigos.

Ahora tenía una reputación que mantener, pero Sirius era el más inseguro del grupo, incluso más que Remus pero sabía guardar muy bien las apariencias. Siempre se le dio bien y eso era algo que le tenía que agradecer a su familia. Una de las pocas cosas.

Ese verano, cuando dejó la mansión Black y se fue a vivir con los Potter supo lo que era realmente la tranquilidad y la felicidad. Se hizo su primer tatuaje, robó una moto, cambió su vestimenta hacia un estilo muggle, inspirado en los cantantes del momento.

Este año sería diferente y él lo sabía. Para empezar, James, Peter y él habían comenzado el duro proceso de convertirse en animagos, después de pensar sobre ello en verano y ahora en septiembre leyendo libros sobre el tema. Habían preferido mantenerlo en secreto, al menos de momento, para que Remus no los hiciera cambiar de idea. Como excusa, le decían a Remus que estaban ocupados elaborando el mapa del Merodeador, otra de las novedades de este curso, un pergamino mágico que revela todos los lugares del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Gracias a las habilidades de Remus en hechizos, a la agilidad de James para moverse por Hogwarts sin ser visto y a la testarudez de Sirius, lograron hacer el mayor invento de la historia de las bromas del mundo.

Sin embargo, el proceso de convertirse en animagos retrasaba la terminación del mapa. Como Remus estaba ocupado en sus funciones como prefecto, los chicos aprovechaban para llevar a cabo los pasos para convertirse en animagos. El día 26 de septiembre comenzaron con el primer paso. Los tres se encontraban en la habitación.

- Tenemos que estar durante un mes entero con esta hoja de mandrágora metida en la boca – explicó James.

- Espero que Sprout no se dé cuenta de que arrancamos varias hojas de una mandrágora –dijo Sirius

- ¿Qué le diremos a Remus? – preguntó Peter

- Hoy es luna llena y durante unos días Remus ni siquiera tendrá ganar de hablar demasiado. Para cuando vuelva a su estado de ánimo habitual, nosotros ya nos habremos acostumbrado a hablar con esto en la boca – dijo Sirius

- La hoja no os la podéis tragar ni sacar en ningún momento – dijo James y miró a Peter - si te la sacas o te la tragas deberás comenzar de nuevo.

- ¿Es en serio? – preguntó Peter asustado – No creo que pueda hacerlo

- Ni siquiera has empezado, Peter. Hagámoslo de una vez y terminemos cuanto antes. No quiero asistir al baile con una hoja de mandrágora en la boca – dijo Sirius y sin pensarlo más se metió la hoja en la boca