52. Es un sí (+18)

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Aunque al final me había decantado por pasar las vacaciones de Navidad en casa, a veces me arrepentía de haberlo hecho. De haberme quedado en Hogwarts, sabía con certeza que Sirius también se habría quedado. Lo echaba de menos. Sé que él se mostraba reticente a pasar todas las vacaciones en casa de los Potter. Era muy feliz viviendo allí pero a veces él tenía la impresión de que molestaba aunque James se ponía a discutir con él sobre ello.

Por eso, se escapaba tardes enteras y aparecía a un quilómetro de mi casa. James sabía donde estaba así que a última hora de la tarde me lo encontraba muchas veces sentado en el sofá de mi casa, conversando con Kara y Chelsea. En cuanto me veía entrar, se disculpaba y se marchaba apurado, y usaba los polvos flu para volver a casa, donde Sirius ya lo esperaba.

- Haces muchas excursiones al pueblo – me dijo un día Chelsea – ¿no te estarás viendo con alguien?

- Sí, con Diego y Leslie

- Ya, seguro – dijo Chelsea mirándome de reojo y volviendo a concentrarse en su revista de moda – Una cosa, ¿te ha pedido ser su novia? – como no contesté, Chelsea soltó una carcajada – Me lo imaginaba

Tuve que callarme. Sirius me había enviado una carta hoy diciendo que en los próximos tres días no podía venir porque Remus había ido a pasar las vacaciones con ellos en casa de los Potter. En tres días seria fin de año y pronto volveríamos a clase.

En los ratos en los que no estaba con Sirius o mis hermanas, me los pasaba estudiando para los TIMO. Con Kara en casa, no podía evitar sentir doble presión: la de mis padres y la de Kara.

La radio volvía a estar puesta. Era la tercera vez que lo escuchaba: Un meteorito entrará en la atmosfera a finales de febrero

- Ya lo hemos pasado una vez – dijo Kara apagando la radio aburrida de escuchar la misma noticia una y otra vez. A veces los muggles eran muy intensos y se pasaban un mes hablando de lo mismo todo el tiempo, como si el resto no importase. 

- Pero esta vez será diferente – dijo Jade – A lo mejor ahora podré congelarte del frio – se burló Jade moviendo sus manos y apuntando a Chelsea

- Tu tócame y te juro que no lo cuentas – le respondió Chelsea.

- Lo bueno es que a nuestro primo le arrebatarán los poderes de fuego por uno o varios días - apuntó Kara

- ¿Y dónde ves lo bueno? - se quejó Chelsea – Tendré que vigilarlo para que no convierta el castillo en una selva o en el Lago Negro

- ¿Seguro que no te estás describiendo a ti? – se burló Jade y Chelsea le tiró un cojín

Para su mala suerte y sobre todo la del cojín, falló y fue parar a las manos de papá. En menos de un segundo el cojín se había convertido en cenizas y mamá traía el recogedor y la escoba.

-Lo siento – se disculpó Chelsea con voz nerviosa

- Os tengo dicho que no os tiréis cosas y menos si papá está en medio – dijo nuestra madre - ¿estás bien?

Papá tenia los ojos cerrados y respiraba y exhalaba profundamente. Lo hacia cada vez que sus poderes se descontrolaban. Ser el señor del fuego no era fácil.

- Sí – dijo y abrió los ojos – Te lo descontaré de la paga.

Chelsea no pudo rechistar y las tres intentamos no reírnos.

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El legado de los Amery (Sirius Black y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora