♡--Nuestras miradas cruzaron.
Mis orbes de topacio y sus
orbes de oro están echos para
estar uno al lado del otro.
Pero....
¿por que me da una sensación
nostálgica?
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Una niña pelinegra terminaba de vestirse. Llevaba puesto un lindo jardinero negro, junto a una camiseta menta corta, de color blanco. Se terminó de poner sus zapatitos y bajo al primer piso.
— al fin llegas – dijo su madre, mientras la cargaba en su brazos.
—¡Ya quiero juntar muchos huevos de chocolate! – grito un niño de siete años.
— ¡Yo te ganaré! – grito su gemelo.
Ambos fueron corriendo a la entrada principal, estaban ansiosos por ir a Tokio, a casa de su abuela.
— son idiotas – murmuró la niña de cuatro años.
Su madre la regaño por decir eso. Luego llamo a Hiro y Shiro para desayunar, ellos se negaron diciendo de que tenían que ir ahora a Tokio, pero al final aceptaron.
Los hermanos se sentaron, esperando su desayuno. arroz, sopa de miso, tsukemono, pescados y huevos. La familia desayuno feliz y tranquila, cantando, como siempre.
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Los gemelos corrieron rápidamente a los brazos de sus abuelos, ellos los adoraban.
La pequeña pelinegra, por otro lado, se quedó parada allí, sin hacer nada. Sostenía fuertemente a su muñeco de trapo, representaba un doctor de la peste negra. de verdad esa muñeca daba miedo para sus hermanos, para ella le parecía tierno.
— Yashiro ¿No vendrás a saludarnos? – pregunto su abuela, con sus brazo extendidos.
Ella negó, no les gustaban los abrazos. Su abuela la miro con tristeza, su abuelo igual.
— ¿Podemos jugar al pocker? – pregunto la pequeña, con un brillo en los ojos.
Sus abuelos aceptaron. A pesar de su corta edad, ella tenía un inteligencia superior y analítica, así causo no tener amigos.
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La familia se encontraba en un parque, con muchos árboles y demás. Muchas familias estaban alli, había un pequeño evento de búsqueda de huevos de chocolate. Los gemelos fueron rápidamente a buscarlos, por otro lado, Yashiro se quedó sentada debajo de un árbol, hablando con su muñeco de trapo.
