ʜᴜᴍɪʟʟᴀᴄɪᴏɴ

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𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎
♡: ʸ ᵃ ᵗ ˢ ᵘ ᵐ ⁱ ʳ ᵒ _ ᶜ ʰ ᵃ ⁿ

𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎♡: ʸ ᵃ ᵗ ˢ ᵘ ᵐ ⁱ ʳ ᵒ _ ᶜ ʰ ᵃ ⁿ

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Finalizar las vacaciones y volver a clases es algo horrendo. Pensar que tengo que levantarme y volver a mi rutina de siempre es algo que me estresa, no es un estrés alto, pero tampoco bajo.

Pero, hay algo que me ilusiona: hacerle la mejor broma a idiota de Mai. Tengo todo perfectamente planeado,  todo calculado.

Se que a la salida del colegio, en uno de los callejones más cerca del este, me tiene planeado golpear.

¿Por qué?

Por sus pésimas notas, debido a que hacia mal sus trabajos.  Esa es otra broma que influye en la broma principal.

Es una de las mejores bromas que he echo, más bien, que haré. Mis cómplices están preparándose para esto, algunos no querían, así que los tuve que convencer.

— ¡Oye,  Yashiro! – allí, en los pasillos de la preparatoria,  fue cuando escuché su irritante voz.

Esta tomo mi hombro,  al darme vuelta, me encontre con una idiota, una idiota demasiada enojada.

— ¿qué quieres?¿molestar? – dije borde.

Ella soltó un quejido de frustración, sabia que quería proporcionarme un golpe, pero ella tenía que aguantar. Se acerco a mi, me susurró en el oído:

— en el callejón nos veremos, tienes que ir, te conviene ir – dijo para luego marcharse.

Una sonrisa ladeada se formo en mi rostro,  el plan estaba marchando a la perfección.

Al rato de que se fuera otra persona volvió a tocar mi hombro,  esta vez era Kenma.

— Yatsumiro ¿quieres jugar a...a algún videojuego? – dijo el rubio, sus mejillas estaban levemente sonrojadas.

Relaje mi rostro, mis mejillas también se sonrojaron. Era una buena idea, debido a que no teníamos nada que hacer.

— claro que si, Kodzuken.

Era raro volver a llamarlo así, pero a la vez me encanta. Kodzuken...Kenma Kozume...

¿Cómo no me acordaba de su nombre?

Aunque el tampoco se acordaba de mi nombre.  Pero es porque nos acostumbramos a llamarnos por nuestros apodos. Nuestro únicos y hermosos apodos.

— Yatsumiro, gracias por volver – dijo el, mientras jugábamos – perdón por no haberte reconocido.

𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎 - 𝐊𝐞𝐧𝐦𝐚 𝐊𝐨𝐳𝐮𝐦𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora