¿ᴠɪᴅᴇᴏᴊᴜᴇɢᴏꜱ?

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𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎
♡: ʸ ᵃ ᵗ ˢ ᵘ ᵐ ⁱ ʳ ᵒ _ ᶜ ʰ ᵃ ⁿ

𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎♡: ʸ ᵃ ᵗ ˢ ᵘ ᵐ ⁱ ʳ ᵒ _ ᶜ ʰ ᵃ ⁿ

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Abri mis ojos, me encontraba en una habitación  blanca, que parecía  no tener fin.

—¡Kodzukeeeen!

Una niña atravesó mi cuerpo, yo era como un fantasma. Volteé  a ver a la niña, era yo. Agudice  mi mirada, mi yo pequeña  corría  a un niño. Kodzuken, niño conque siempre estaba en el parque.

(PD: si leyeron el especial sabrán que se tratara, si no lo leyeron les recomiendo  a que lo vayan  a leer)

Sonreí,  de verdad  extrañaba a aquel niño. Mi yo pequeña se tiro arriba del niño, abrazándolo. Kodzuken me sostuvo y me abrazo fuertemente.

Aún  recuerdo  nuestra promesa...

"— nunca te olvidaré Yatsumiro, siempre te amaré , siempre,  siempre,  siempre.
— yo también te amaré por siempre, Kodzuken, prometo amarte por siempre.
— yo también  lo prometo, Yatsumiro.
— de grandes nos cansaremos ¡jugaremos muchos videojuegos!
—¡podemos tener 20 gatos!

Lagrimas salieron de mis ojos, mojando mis mejillas. Mi corazón pertenece  solo a Kodzuken, se que nos encontraremos,  en algún  futuro...se que lo encontraré.

— ¡Yashiro!

Una voz lejana se oyó.  Un temblor en aquella habitación. Todo se volvió  negro, cerre mis ojos fuertemente.

Al abrirlos me encontré con la cara de Kenma, se notaba preocupado.

— ¿Ken...ma?

—¿te encuentras bien? Estas llorando.

Mire a mi alrededor,  estaba en la habitación  de la enfermería. Luego sentí un gran dolor en mi  cabeza  y me sentía decaída

— ¿qué...sucedió?

— te desmayaste en medio de gimnasio,  así que te traje aquí...la enfermera te reviso tenia una fiebre muy alta.

— no puede ser... – dije mientras  me pegaba en la frente, esta estaba algo tibia – ¿qué  hora es?

— 1:30 de la tarde.

Abri mis ojos sorprendida. Kenma se levantó  de la silla, ya que estaba sentado. Se acercó  a mi, me abrazo fuertemente.

— no vuelvas a hacer eso, me preocupaste mucho – susurró en mi oído.

Correspondí a su abrazo, escondiendo mi cabeza en su hombro. El empezó a acariciar mi cabello. Fue una sensación  tan agradable. Solo lo abracé más fuerte, el hizo lo mismo.

𝐎𝐑𝐎 𝐘 𝐓𝐎𝐏𝐀𝐂𝐈𝐎 - 𝐊𝐞𝐧𝐦𝐚 𝐊𝐨𝐳𝐮𝐦𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora