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Noel

Mierda. Mierda, mierda y triple mierda.

¿En qué me había metido?

Miré la caja fuerte frente a mí y suspiré profundo. Ya estaba hundido hasta el cuello.

—Ojalá puedas perdonarme, hermano.

Digité de memoria la clave que Silas utilizaba para todos sus dispositivos y la puertecilla se abrió. Tomé el dinero que allí había y emprendí mi viaje rumbo a la habitación de Melissa. En la tarde había tomado una seria decisión, hablaría con ella y le diría toda la verdad sobre su cuñado y los motivos por los que mi hermano la mantenía en la casa.

<<Ya no podemos callar más.>>

En el pasillo casi llegando a la habitación que le habían designado a mi compañera, me encontré de frente con un disturbio con los invitados a la casa. Un grupo de al menos seis personas se mantenía en medio de la pasada.

Maldije en mi interior. Ellos ya se iban y yo debía apresurarme, era media noche y todavía me quedaba despertar a Melissa y a su madre.

—¿Cómo sabes que eso funcionará si la vampiresa no es tu mate? —decía un vampiro de traje elegante. Silas se mantenía firme en su postura. —¿Estarías dispuesto a arriesgar su vida y la del bebé en su vientre para lograr tu propósito?

<<¿Qué dicen?>>

<<¿Hablan de nuestra compañera?>>

Mi padre tomó la palabra y de manera despectiva le contestó;

—La mujer es de linaje puro, no una hembra común y corriente —miró a una pequeña mujer que se mantenía en silencio del brazo del otro tipo. —Si algunas "pudieron" ... no veo por qué... —pero sus palabras murieron allí mismo al sentir el agarre del vampiro en su cuello.

—Thanos, no...—decía su compañera ofuscada. —Baja al Alpha, él no quiso...

Dos gemas color turquesa centellaron peligrosas bajo las luces de nuestra sala y él le sonrió a mi padre. El resto de los invitados se vieron notoriamente incomodados.

—Lo diré una sola vez porque al parecer no me conoces o eres demasiado estúpido para entender la seriedad de tus palabras—miró a todos los miembros de nuestra manada. —Estoy en esta maldita reunión debido a que mi hermano fue atacado, esa mujer que ves allí se llama Milena y es mi esposa, mi compañera y súbdita. Además de la madre de mis hijos. Piensa siquiera en insultarla una sola vez y me encargaré de eliminar toda tu jodida descendencia ¿Estamos claros?

Silas se interpuso entre ellos.

—Corfú no puedes venir a mi casa a insultarnos y lanzar amenazas contra nuestra familia...

El tipo se irguió en toda su altura y sacó a relucir sus garras. Otro hombre de barba y de acento ruso calmó las aguas.

—No Silas... Alpha —se corrigió, —su padre ha estado haciendo comentarios desafortunados y para nada apropiados a la esposa del señor Corfú durante toda la cena. Vinimos como representantes del Consejo por explicito pedido suyo, y nos encontramos con desplantes —miró a mi padre negando. Tras una profunda exhalación dio su veredicto. —Yo Klaus Reinch, presidente del Consejo Sobrenatural de las especies, no apruebo las medidas que el Alpha Silas ha propuesto para retornar la jerarquía que los lobos perdieron hace siglos. A partir de este momento la concepción de los descendientes de esta manada será exclusivamente con mujeres u hombres destinados por su divinidad, la Luna.

No me quedé a ver la respuesta de mi hermano o mi familia. Corrí a la habitación de Melissa, pero no la encontré allí. En su lugar una pequeña nota estaba sobre la cama.

FUEGO EN LA SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora