Melissa
Misteriosamente había tenido un sueño reparador y placido. Después de que Noel dejase la habitación en la pasada noche, ningún sentimiento sombrío llegó a martirizar mis sueños.
Extraño. ¿No me sentía culpable de haberme restregado como una cualquiera y haber estado a punto de perder un control que no sabía que tenía?
La respuesta era simple y monosilábica; no. Con Noel no me sentía de esa manera.
Las comparaciones nunca fueron mi fuerte, ya que cuando se trataban de mi persona siempre quedaba en desventaja. Sin embargo, en este tormentoso momento de mi vida venían como caídas del cielo. Noel no era como Silas. Yo no me sentía de la misma manera con cada uno de ellos. Era insólito.
Durante parte de la noche, por mi mente pasearon efímeramente las palabras de mi madre, pero a diferencia de veces anteriores no me afectaron como pensé que lo harían.
—Deja de mirarme así, por favor —le pedí a mi madre mientras desayunábamos. Noel había dejado todo arreglado para que nosotras iniciáramos un excelente día con un desayuno abundante.
El lobo se hacía apreciar. Era tan difícil resistirse a ese encanto y caballerosidad natural que tenía.
—Casi muerdes al doctorcillo, Melissa.
Suspiré. Aquí se acababa mi precaria paz.
—¿Por qué? —pregunté tomándola desprevenida. —Yo nunca había tenido esa sensación de perder todo el control. ¿Mamá que sucede conmigo?
Ah, la pregunta que había hecho hacia doce años atrás y que ellos se habían encargado de camuflar con mentiras.
Mi madre bebió un delicado pero largo sorbo de su té.
—Esa etapa se denomina despertar, la mayoría de los vampiros jóvenes la sufren en la adolescencia. Es similar a la pubertad en los humanos.
—¿Y por qué recién ahora estoy experimentándola? ¿No soy una veterana ya en ese asunto?
Mi madre bajo la mirada. Esa, era señal inequívoca de que lo que sea que fuese a decirme no me agradaría.
—Debemos comunicarnos con Ernesto Casabella —respondió en su lugar, desestabilizándome momentáneamente. — Ellos nos ayudaran.
—¿A qué, mamá? ¿Por qué los Casabella podrán ayudarnos? ¿Por qué demonios nosotras no podemos utilizar nuestras habilidades sobrenaturales? — hable rápidamente, sin darle tregua. Quería la verdad, toda. —¿Por qué parecemos simples seres inmortales? ¿Qué sucede con esos poderes que beber sangre te trae? Thara y yo bebimos sangre desde que éramos adolescentes por qué nosotras no...?
Mi madre me detuvo con un simple gesto de su mano.
—Porque Thara y tu no tomaban sangre de verdad —habló con tono monótono. — Tu padre compraba un compuesto especial para nosotros... y... yo... yo pedí ayuda a los Casabella cuando ustedes nacieron...
—¿Qué?
Si mal no recordaba los Casabella eran brujos, ellos eran humanos que manejaban la magia de múltiples formas. ¿Habría llegado mi madre a...?
—Yo quería alejarlas de este horrible mundo... yo... era muy joven y ya había visto las atrocidades que los de nuestra raza habían cometido. ¿Cómo podría criarlas en ese mundo lleno de sed y rabia? Tomé una decisión por todos, lo primordial era mantenerlas a salvo.
—Tu no querías que fuésemos vampiresas ¿no? —Ella boqueo en busca de una respuesta. No era necesaria si ese fue el caso. —¿Por qué unirnos al clan de Luxemburgo? Mamá, estuvimos rogando tanto tiempo...
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FUEGO EN LA SANGRE
Vampire#2 de la saga elemental Noel y Melissa. SAGA ELEMENTAL #1 Hielo en tu mirar #2 Fuego en la sangre #3 Tierra en el corazón #4 Aire en el alma