Capítulo 6

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            Cuatro palabras. Solo cuatro palabras han bastado para destrozarme la vida entera. Hace ya una semana que sé que Endou tiene novia. No he vuelto a ir a los entrenamientos con la excusa de que tengo problemas en casa. Evito cruzarme con él de todas las maneras posibles. No he subido a la azotea a almorzar desde entonces. No he abierto la puerta de mi casa cuando él ha llamado y he apagado todas las luces de mi casa para que no supiera que estaba dentro. Casi podría decir que he huido de él... he huido de mi fuente de dolor... Si le veo sé que no podré soportarlo y romperé a llorar... Se supone que solo me gustaba un poco... ¿Por qué estoy sufriendo de este modo...? ¿Una persona puede llegar a enamorarse tan pronto...? Parece que sí... Hoy el día está nublado. Parece que va a llover incluso... así que dudo que Endou vaya a la azotea... Necesito un poco de aire fresco... Si veo que Endou está allí me iré por donde he venido. No lo dudo. No quiero verle. No... Al menos por ahora... Sin más, en cuanto suena el timbre para anunciar la hora del almuerzo, cojo mi bento y me dirijo a las escaleras, subiéndolas con disimulo, como siempre. Me encuentro a algunos compañeros por el camino, pero simplemente hago como si no les hubiera visto, y consigo pasar desapercibido. Al llegar arriba, abro la puerta de la azotea muy despacio y miro con cuidado hacia fuera. No hay nadie, como era de esperar. Hace mucho frío y amenaza con llover. Seguro que Endou se ha quedado en casa, o en su despacho, o dondequiera que sea que está él mientras no le veo. Paso a la azotea y cierro la puerta, caminando entonces hacia las rejas. Me siento como lo hacía antes, mirando hacia afuera, dando la espalda a la puerta. Pero estoy atento a cualquier sonido. Abro mi bento y empiezo a comer. Ahora entiendo por qué siempre venía él a mi casa... Lo que no entiendo es una cosa... ¿por qué ha jugado con mis sentimientos de este modo...? Me ha tratado así, que parecía que realmente yo era especial para él, para nada... Mientras como, noto que las lágrimas van cayendo por mis mejillas. Sí... he empezado a llorar otra vez... ¿Cuántas veces van ya en esta semana? Varias veces por día, pero no puedo evitarlo... Consigo comer un poco más, pero no tengo hambre. Cierro el bento y aprieto los dientes, cerrando los ojos con fuerza y sollozando por lo bajo.

            -Endou... eres un idiota... ¡eres un completo idiota! –Grito para intentar desahogarme, pero no lo suficientemente alto como para que alguien pueda venir.

            -Si vas a insultarme, prefiero que sea cara a cara.

            Abro los ojos de golpe al oír esa voz. No... Pero si estaba atento a la puerta. ¿Cuándo...? Me doy la vuelta de golpe y le veo ahí, de pie, a unos metros detrás de mí. Endou... Me levanto de un salto, con mi bento en la mano, y salgo corriendo hacia la puerta, rodeándole para huir de él. Agarro el pomo para abrirla pero... no gira. Lo intento una y otra vez, pero nada.

            -No te molestes en seguir intentándolo –dice llamando mi atención con un sonido metálico, por lo que miro a su mano y ahí están las llaves que supongo que son de la azotea...-. No te asustes, solo quiero hablar contigo.

            Endou empieza a acercarse a mí y yo me pego a la puerta, respirando de forma agitada.

            -¡N-no te acerques! ¡Pienso gritar, Endou!

            -Si gritas, el que va a salir perdiendo eres tú. No se puede estar aquí durante el almuerzo.

            Eso era cierto... Estoy perdido... No me queda más remedio que encararle... por lo que antes de que termine de acercarse, soy yo quien va a por él, y me paro justo delante, mirándole a los ojos.

            -¿Por qué me has hecho esto...? ¿Por qué has jugado conmigo así...? –Mi voz se va quebrando por cada sílaba que digo, hasta que al final rompo a llorar sin poder contenerme, cerrando los ojos y apretando los puños-. Todo este tiempo... creía que yo era especial para ti y... que realmente me querías... aunque solo fuera un poco... Cuando venías a cenar conmigo parecía que sentías algo por mí y... eso me hacía feliz... Yo te quiero... demasiado... –Hago una pequeña pausa antes de morderme el labio inferior, sollozando-. ¡Maldita sea, Endou, te quiero! ¡Me he enamorado de ti, ¿vale?! ¡Y yo sé que lo has notado y que por eso me preguntaste aquello la última vez! ¡Pero para rechazarme no tenías que traer a tu novia y hacerme daño...! ¡Te amo, Endou...! ¡Y me duele mucho...! ¡No sabía que dolía tanto algo así...!

            Pero mis palabras se ven interrumpidas por un abrazo inesperado. Endou me rodea con sus brazos y me atrae hacia él, abrazándome con fuerza. Sin dudarlo, correspondo con todas mis ganas, llorando desconsoladamente en su pecho. No sé en qué momento ha sido, pero ha empezado a llover y nos estamos empapando. Y eso no parece importarle a Endou.

            -¿Me dejas hablar a mí ahora...? –Me pregunta con poca voz, sin soltarme ni un segundo. Yo asiento un par de veces, como puedo, y espero su respuesta-. No me interrumpas hasta el final, por favor... Kazemaru, eres muy especial para mí, eso es cierto. Te quiero. Mucho. Creo que incluso más que tú a mí... –Sus palabras hacen que pare de llorar de golpe y abra los ojos de par en par... No puedo creerlo...-. Me di cuenta a los pocos días de conocernos. “Sí... es él”, pensé... Pero no podía dar el paso... ¿Por qué...? Es ilegal... Yo no puedo hacer esto si tú no lo consientes... Kazemaru, soy ocho años mayor que tú... ¿sabes lo que eso significa...? –Hace una pequeña pausa antes de seguir, pero sé que no está esperando a que responda-. Por eso te pregunté aquello... Si tú me quieres, todo cambia... Es distinto... Si es correspondido, sí que puedo lanzarme de verdad... –Me suelta poco a poco del abrazo y pone las manos en mis mejillas. Me separo levemente del abrazo y le miro a los ojos-. Y por Natsumi no te preocupes... pienso dejarla en cuanto me respondas a esto... Kazemaru... ¿tú me quieres...?

            Las palabras no salen de mi boca... La voz se me ha quebrado... Pero mis lágrimas vuelven a salir. Ahora no de tristeza, sino de felicidad por sus palabras...

            -S-sí... sí.... te quiero... no solo eso... te amo, Endou... mucho más que amarte... es... es algo indescriptible...

            Pero poco dura mi pequeño discurso, pues Endou me interrumpe con un beso, acercándome a él con sus manos en mis mejillas. La lluvia nos está mojando, pero eso a mí me da igual... Cierro los ojos y correspondo a ese maravilloso beso, abrazándole y apegándome a él... Todo es tan perfecto que me da miedo de que sea solo un sueño. Nos llevamos así unos minutos... y cuando se nos acaba el aire es cuando nos separamos, jadeando con suavidad mientras nos miramos a los ojos.

            -Te amo, Kazemaru... con toda mi alma... no puedes imaginar cuánto... Te has convertido en la persona más importante de mi vida...

            -Yo también te amo, Endou... demasiado... –Respondo en un susurro, aún llorando, pero esta vez de la felicidad. Una felicidad rebosante que no puede ser expresada con palabras. Endou se separa un poco, pero muy levemente, de mí y me sonríe.

            -Le diré al director que te llevaré a casa. No quiero que cojas un resfriado por mi culpa.

            -Pero no podemos decir que hemos estado aquí...

            -No te preocupes. Les diré que te he estado dando un entrenamiento rápido durante el almuerzo y que nos ha pillado la lluvia –comenta con total tranquilidad, sonriéndome de esa manera que me encanta, que me enamora...

            -Está bien... Muchas gracias, en serio...

            Endou me besa la frente con cariño, acariciándome las mejillas con los dedos suavemente.

            -Lo que sea por ti... Quiero que estés bien... que no te falte de nada...

            Y así acabé yéndome a mi casa gracias a la explicación de Endou. Aunque al director le extrañó bastante no habernos visto en el campo de fútbol a la hora del almuerzo, se lo acabó creyendo por suerte. Endou me acompañó, pero no quiso quedarse a pesar de que yo le insistí. Como mucho, pude dejarle un paraguas. Pero me alegro de que lo aceptara, porque me dijo que, si lo quería de vuelta, iba a tener que ir a su casa... Por fin... Por fin podré ir a su casa... La felicidad interna que siento es enorme... indescriptible... Voy a ir a casa de Endou... Cada vez parece más un sueño... pero no quiero despertar...

Inazuma Eleven FanFiction - Amor... ¿imposible? [EnKaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora