Llego al aeropuerto completamente agotado, pero aún no puedo descansar. El corazón se me va a salir del pecho. Jamás había corrido tanto. Jamás había sentido esta necesidad de llegar a un sitio en concreto para hacer algo así... Miro a todas partes buscando a Endou. Nada. Ni rastro... Corro hacia las pantallas donde notifican los vuelos y... no... no puede ser... El avión hacia Costail está a punto de partir... Están embarcando... Leo rápidamente toda la información... Puerta de embarque número dos. Está bien. Sin dudarlo ni un segundo más, me dirijo hacia allí, corriendo como si me fuera la vida en ello. La gente me mira como si estuviera loco, corriendo sin maletas hacia alguna parte del aeropuerto. Además, en la zona de salidas... Pero eso me da igual. Necesito llegar a la puerta dos antes de que Endou entre... Giro una esquina, casi derrapando en el suelo, y echo a correr de nuevo. Está al fondo del pasillo... Con las fuerzas que me quedan, aumento la velocidad, adelantando a la gente que camina por ahí. Algunos se quejan y me gritan a la espalda, pero no pienso inmutarme por ello. Tengo un objetivo en mente más importante que ellos.
-Su billete, por favor –pide una de las encargadas de revisar los datos de los pasajeros. Endou se encontraba ausente, por lo que la chica tuvo que pedírselo un par de veces más, hasta que acabó por desesperarse-. Señor, por favor, su billete. La gente empieza a impacientarse y el vuelo tiene que salir.
El castaño da un pequeño respingo cuando vuelve a la Tierra, mirando su mano con el billete y su pasaporte.
-Ah... sí, disculpe, señorita...
Murmura Endou antes de tenderle el billete. La chica lo observa, junto con el pasaporte, y asiente.
-Puede pasar. Que tenga un buen vuelo.
-¡Endou! –Exclamo en cuanto atravieso la puerta que lleva a la sala que conecta con la puerta de embarque. Todos los presentes se me quedan mirando. Pero... ni rastro de Endou... no puede ser... Llego tarde... Me quedo paralizado, notando que las piernas me flaquean. Me voy a caer al suelo... Los ojos se me llenan de lágrimas poco a poco, por lo que voy perdiendo la visión nítida de mi alrededor. Todo lo veo borroso. Bajo la mirada al suelo y me echo a temblar. He perdido a Endou... Le he perdido...-. He llegado tarde...
-¿Kazemaru...? –En ese momento, le oigo... Abro los ojos de par en par, alzando la mirada para buscar de dónde ha venido esa voz. Hasta que doy con él... Las lágrimas comienzan a caer de mis ojos. Sin poder esperar, salgo corriendo hacia él y me lanzo a abrazarle. Endou corresponde después de unos segundos, como si se hubiera quedado en shock después de verme, pero me estrecha con fuerza-. ¿Qué estás haciendo aquí...?
-Quería verte... necesitaba verte... no quería seguir ni un segundo más sin estar a tu lado... y menos tras saber que ibas a irte... –Explico con un hilo de voz, temblando. Noto que Endou se muerde el labio inferior y me abraza con un poco más de fuerza.
-No puedo verte... –Susurra antes de hacer una pequeña pausa, suspirando suavemente-. Supongo... que el director te habrá contado todo...
Asiento un par de veces entre sus brazos. Jamás pensé que fuera a sentirlos de nuevo... no después de haber creído que le había perdido para siempre...
-Lo siento... –Le digo con la voz temblorosa, sollozando por lo bajo-. Lo siento tanto... ¡Lo siento, Endou...! ¡Lo siento mucho...! ¡Todo ha sido por mi culpa! ¡Tenía que haber parado a Miyasaka antes de que pasara nada...!
En ese momento, Endou se separa ligeramente de mí, agachándose lo suficiente como para poder mirarme cara a cara, a los ojos. Con una sonrisa leve, utiliza sus dedos para secarme el rostro. Sus manos... son tan ásperas, pero a la vez tan suaves y perfectas... Cierro los ojos sin poder dejar de llorar, sollozando. Endou me acaricia el rostro con sumo cuidado, sin dejar de sonreír. Él también tiene los ojos humedecidos.
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Inazuma Eleven FanFiction - Amor... ¿imposible? [EnKaze]
FanfictionKazemaru, un adolescente de quince años, estudia en el instituto Raimon. Su vida transcurre normalmente día a día. Vive prácticamente solo porque sus padres se pasan la vida viajando, pasa las tardes en el club de atletismo... Hasta que un día, un e...