Capítulo 15

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Lunes de nuevo. Tengo que volver a clases y aguantar todas las preguntas sobre mi ausencia. Por suerte, Edgar está siendo vigilado de cerca, así que no corro peligro. Ni Endou, ni Gouenji-san, ni Kidou-san. Me alegro de que al final todo saliera bien. Las miradas se posan en mí en cuanto pongo un pie en la clase, y Fubuki y Hiroto se acercan a mí en seguida.

-Eh, Kazemaru-kun, ¿qué te ha pasado esta semana? ¿Estás bien? –Me pregunta el primero. Yo les dedico una sonrisa amable.

-Sí, tranquilos. Solo eran un par de problemas familiares. Hablé con el director y no había ningún problema con que faltara –les explico. Hiroto se cruza de brazos con aire algo serio.

-¿Estás seguro? ¿Te hace falta ayuda con algo? –Comenta el pelirrojo. Niego con la cabeza ligeramente, manteniendo la sonrisa de antes.

-No te preocupes, Hiroto. Muchas gracias.

-Bueno, al menos deja que te pasemos los apuntes, ¿no? –Sonríe Fubuki. Al oír aquella propuesta, suelto una pequeña risa y asiento.

-Está bien. Gracias a los dos, de verdad.

Al salir de la clase en la hora del almuerzo, me dirijo rápidamente hacia las escaleras. Estoy deseando poder comer con Endou como antes... Pero una voz me hace detenerme.

-¡Kazemaru-san! –Grita Miyasaka desde el otro lado del pasillo. Yo freno en seco y me doy la vuelta para mirarle. Mierda...

-Miyasaka...

El rubio llega a mi lado con expresión de preocupación, acercándose... yo diría que demasiado...

-¿Dónde has estado esta semana? ¡No puedes imaginar lo preocupado que he estado! ¡¿Qué te ha pasado?! –Exclama mirándome a los ojos. Tengo que echarme levemente hacia detrás, pero él se sigue acercando.

-No te preocupes, Miyasaka. Solo eran problemas familiares...

Pero no me deja terminar la frase. Pone las manos a ambos lados de mi cuerpo, acorralándome contra la pared. No sé en qué momento he llegado hasta aquí, pero estoy seguro de que ha sido al alejarme tanto...

-¡No me mientas! ¡Has estado con ese Endou, ¿a que sí?! ¡Dime la verdad, Kazemaru-san!

Abro los ojos de par en par al oír su acusación. ¿Acaso realmente sospechaba de nuestra relación...?

-¿P-pero de qué estás hablando...? He estado en casa, con mi familia.

-Tus padres están de viaje de nuevo. Y tú no has estado en tu casa.

¿Cómo podía saber eso...?

-Miyasaka, ¿has ido a mi casa...?

-¡No podía evitar preocuparme por ti! ¡Tenía que buscarte!

¿En qué momento Miyasaka se había convertido en un acosador...? Iba a responderle, pero una voz nos interrumpe.

-Kazemaru, te estaba buscando. Hace un rato que te estaba esperando en el club –Endou... Ambos miramos en la dirección de donde venía la voz, y allí le vemos. Tiene su sonrisa característica y está cerca de nosotros, casi para bajar las escaleras-. Vamos, tengo que mostrarte el nuevo plan para la defensa. No tenemos mucho tiempo del almuerzo.

-¡S-sí! –Exclamo y aparto al rubio rápidamente para ir con Endou-. Lo siento, Miyasaka. Hablamos en otro momento. Tengo que ir al club.

Explico antes de desaparecer por las escaleras, dejando al chico con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Endou va a mi lado y me pone una mano en el hombro al notarme nervioso.

-No sé cómo lo hago pero siempre te encuentro en los momentos en los que tengo que salvarte de tu pequeño kouhai –bromea. Pero es cierto. Directa o indirectamente, siempre ha sido gracias a él que Miyasaka ha tenido que dejarme en paz. Excepto aquella vez con Edgar... Agito un poco la cabeza para hacer desaparecer ese pensamiento de mi mente.

- Lo siento... Miyasaka me ha pillado por sorpresa y no podía deshacerme de él... –Explico mientras llegamos a la planta baja y salimos fuera del edificio de clases para dirigirnos al club.

-¿Acaso solo sabes disculparte...? –Me pregunta, justo como lo hace siempre. Le miro con una pequeña sonrisa y él me la devuelve-. Es una pena que no podamos almorzar hoy en la azotea, pero al menos tenemos el club, ¿no?

Comenta alegremente, ampliando su sonrisa. Me encanta cuando hace eso... No puedo evitar sonreír también y asiento un par de veces. Al menos, algo es algo...

-Claro. Sea donde sea, si almuerzo contigo estaré bien.

Respondo sin dudarlo. Endou se queda mirándome unos segundos más antes de apartar la vista y mirar al frente.

-No digas esas cosas cuando estamos en público porque me cuesta controlarme...

Susurra, apretando dulcemente el agarre sobre mi hombro. Desvío la mirada con un leve sonrojo, sin responderle. Por suerte, llegamos al club pocos segundos más tarde y entramos en seguida. No me da tiempo ni siquiera a soltar el bento cuando Endou ya ha cerrado la puerta y me ha girado para ponerme cara a cara con él y robarme un beso apasionado. Cierto los ojos con cierta fuerza, agarrando mi comida firmemente, correspondiendo. Al cabo de unos segundos, se separa ligeramente, agachándose un poco para ponerse a mi altura y mirarme a los ojos.

-Te amo, Kazemaru... Te amo con toda mi alma...

-Yo también te amo, Endou...

El mayor se muerde el labio inferior y me abraza. Yo solo puedo cerrar los ojos y dejar que lo haga, pues aún tengo el dichoso bento en mis manos...

-Haces que no pueda contenerme... Maldita sea, se supone que soy un hombre adulto... no debería perder el control por alguien ocho años menor... –Susurra acariciándome el pelo, besándome luego la mejilla-. ¿Quieres dormir en mi casa esta noche...?

Sin apartarme, asiento varias veces, sonriendo al oír su propuesta.

-Sí... me encantaría...

Pasamos abrazados durante unos minutos más, pero al final tuvimos que separarnos para poder almorzar. Nos sentamos en el suelo, apoyados en la pared, y abrimos mi bento. Ya es costumbre que cada día traiga uno la comida, y la compartimos. Hoy me tocaba a mí. Endou es el primero en probarla, y, por su expresión, veo que le gusta. Sonrío ampliamente al ver que es así.

-Está delicioso, Kazemaru. Te vas superando día tras día, ¿eh?

Me dice antes de acariciar mi cabeza con ternura y yo me muerdo el labio inferior con suavidad.

-Quiero impresionarte... La diferencia de edad es grande, así que intento estar a tu altura... No quiero que tengas que salir con un niño de quince años... así que quiero ser más maduro...

Admito sin pelos en la lengua, mirándole de reojo. Me observa sorprendido, y un leve rubor adorna sus mejillas. ¿He hecho que se sonroje...? Desvía la mirada, apretando un poco los dientes, y suelta la comida en el bento.

-Maldita sea, Kazemaru... Eres demasiado... demasiado perfecto, joder... –Gruñe por lo bajo, y antes de que pueda contestarle a eso, pasa su mano por detrás de mi cuello y me atrae hacia él con fuerza, besándome de forma apasionada. Cierro los ojos y noto cómo me aprisiona contra la pared y me acaricia todo el cuerpo. Yo me quedo a su merced, correspondiendo al beso con todas mis ganas. Le amo... realmente le amo...

-Lo sabía... –Murmura apartándose de la ventana del club de fútbol, frunciendo su ceño con rabia-. Pero esto va a terminar por fin. Esos dos van a separarse de una vez, y ya tengo las pruebas que necesitaba...

Inazuma Eleven FanFiction - Amor... ¿imposible? [EnKaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora