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Las personas a su alrededor no eran muchas, unas diez o quince talvez, casi ninguna prestándole atención quizá.

Se encontraba fuera del sistema penitenciario, esperando a ser recogido, como había acordado con sus hombres, sin levantar sospechas un taxi tradicional llegó a recogerlo, llevando con sigo su teléfono el cual se le fue entregado de inmediato en cuanto ingresó.

Dentro del taxi, el chófer ignorante a su alrededor, y uno de sus trabajadores más confiables le acompañaba, sonriendole a medias penas, un tanto incómodo por la situación.

- Quiero ir directamente a casa- ordeno demandante, sintiendo de nuevo el poder en su voz, sintiéndose de nuevo el líder y jefe.

- Como ordené señor - contesto el tipo a la par suya, haciéndole una seña al chófer para que avanzara. - Es una pena que el señor Joon no haya podido salir aún- hablo de nuevo, recibiendo como respuesta solo un asentimiento.

TaeHyung se sentía extremadamente cansado, agotado por los cuatro largos años en prisión, convirtiendo su vida monótona y habitual, en la cual seguía los mismos pasos día a día.

No se quejaba porque, a pesar de estar preso, había tenido tratos mucho mejores que los demás reclusos, teniendo una habitación solo para el, bien equipado con las cosas necesarias y lo mejor,era que podía tener todas las putas que quisiera, y ni hablar del poder que había adquirido en aquella cárcel.

Agradecía infinitamente a sus trabajadores que en ningún momento lo abandonaron, en especial a Yoongi, quien a pesar de todo seguía a su lado, siendo su mano derecha y como su pilar en el clan.

- Necesito que localices a este chico - hablo entregando un folder con datos personales, - luego de que lo hagas me avisas de inmediato- le dijo al hombre a su lado quien asintió acatando la orden empezando a hacer maniobras en su móvil.

En algunos minutos se encontraba ya frente al enorme portón de metal de su mansión, divisando a una decena de hombres vigilando el lugar. Cuando se fue acercando al enorme portón, este abrió revelando a todos sus trabajadores pulcramente arreglados, casi todas esas caras conocidas le hicieron sentir un poco de sentimiento, pero no el suficiente.

Bajo del taxi, con el tipo tras el, viendo como el auto desaparecía de su vista, siendo seguido por un auto negro, el cual se encargaría de borrar todo rastro de cualquier testigo.

Se acercó a donde toda su gente estaba, encontrándose con la arrugada y empurrada cara del señor Kim, su padre.

Su vista examinó el lugar y a las personas, buscando con la mirada a su esposo, pero este no estaba, entonces pensó que quizá se encontraba cubriendo alguna misión, o asistiendo a una reunión con algún socio, y no le tomó mucha importancia, ya tendría tiempo después para disculparme por lo que había pasado en su última visita en la celda.

Ahora tenía cosas verdaderamente importantes, como por ejemplo localizar al pequeño chico de ojos café, quien en todo momento no salía de su cabeza.

Sabia que estaba mal, mierda lo sabía, no podía darse el lujo de tener un amorío con un prostituto, no cuando se encontraba casado, los matrimonios en los clanes eran sagrados, e irrompibles, los mafiosos solo se casaban una vez, podían tener miles de putas a su disposición, pero nada de relaciones sentimentales que afectaran a su pareja.

Paso una mano por su cabello al ingresar de nuevo en su habitación, como había extrañado ese cómodo lugar, encontrandolo, frio y solitario como si nadie hubiese estado allí en su ausencia, entonces se preguntó, ¿en dónde había dormido Yoongi todo ese tiempo?.

Escucho dos toques en la puerta, yendo hacia ella para abrirla.

- Señor lamento interrumpir su descanso, pero le he conseguido la información que me pidió, - el hombre extendió un nuevo folder, entregando toda la información que Tae quería sobre Hoseok- También me he tomado la discreta molestia de conseguir su dirección, esta aquí- dijo entregándole un pequeño papel.

CONJUGAL VISIT (VHOPE)+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora