CAPÍTULO XX (EDITANDO)

68 2 0
                                    

Me acerque en suspenso al chico, debería de ser rápido si no quería que Elena empezará a sospechar.

No me podré divertir a gusto contigo porque tengo el tiempo en juego pero te dejaré algo que sin duda jamás podrás olvidar — dije con poca cordura.

Me acerque sigilosamente al cobarde frente a mi que se arrastraba como una rata y yo era la serpiente.

Lo hacía con la más pura intención de provocarle miedo.

Te doy cinco segundo para correr, ¡uno! — el chico se levanta rápidamente del suelo corriendo por su vida.

Percibo tu miedo imbécil, eres presa fácil.

¡Dos! — camino entre los árboles y el suelo rocoso y resbaladizo, recientemente había llovido — ¡Tres! — creo una bola de fuego dorada y con diversión en mi sistema la lanzo logrando, escuchar el grito del chico — ¡Cuatro! — río cínicamente.

Me estaba divirtiendo.

Estas muerto, ¡cinco! — cerrando mis ojos me transportó en frente del chico logrando provocarle pánico en su sistema — Eres presa fácil chico — con magnitud lo aviento al tronco de un árbol utilizando a la madre naturaleza como trampa, las ramas atrapan los brazos y piernas del chico impidiéndole moverse.

Estás loco, déjame ir imbécil — río con demencia mientras le borro la boca de su rostro logrando asustarlo.

Ladras mucho — le cortó la respiración con telequinesis y me meto en lo más profundo de su mente.

¿Que es lo que atormenta a un niño por la noches?

Si, las pesadillas.

Sus miedos y eso lo volverá loco.

Sería hipócrita de mi parte decir lo siento, pero lo lamento por lo que verás — sonreí de lado mientras arañas salían del suelo y de los árboles y se metían por los pantalones del chico.

¡Sacame de aquí, porfavor! — me río bajo — están entrando por la puerta mierda, porfavor — los elevadores también son tu miedo ¿he?

Te convertiste en tu peor pesadilla imbécil — le repetí las imágenes de esas chicas siendo violadas y asesinadas a sangre fría.

Mataba por diversión y sentirse identificado con ellas.

Su padre abuso de el cuando tenía sólo doce años y se volvió su fetiche.

— Lo que te estoy haciendo es muy poco de lo que vivieron esas chicas, lo que acostumbro hacer es peor, pero estamos corto de tiempo — le guiño el ojo volviéndolo a asfixiar, las hojas de los árboles las transformó en navajas y las aviento al cuerpo del chico provocando gritos de dolor y de ayuda.

Solo en sus muñecas y muslos, al igual que sus víctimas.

Seamos sinceros nadie sabe que estas aquí — vuelvo a reír tirando su cuerpo al suelo y transformando todo a su forma original.

Lo tomó del cuello y nos transporto estrellando su cuerpo en la pared de una habitación, nos transporte a su casa.

Deje que se tirara al piso.

Escúchame — lo cojo de su barbilla obligándolo abrir sus ojos — Lo que viviste fue una más de tus pesadillas, olvidarás mi rostro y mi voz — observó sus ojos dilatados por la hipnosis — Además eres un adolescente, con problemas psicológicos, dirás quien eres y que eres el responsable de las desapariciones de aquellas chicas, darás la ubicación de los cuerpos y que buscando una solución trataste de suicidarte ¿Entendido? — asiente como estúpido y lo suelto con asco.

DEMON BLOOD [KTH] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora