CAPÍTULO 25
Lucía tenía un sueño recurrente: se encontraba en un callejón junto a un club en la ciudad de los Ángeles y Tae está frente a ella, los brazos de él están a los lados Lu creando una barrera que los aisla del mundo. Sus ojos negros la miran con intensidad y Lucía dice todo lo que jamás se ha atrevido a decirle estando despierta.
- Siempre he estado enamorada de ti, Tae-.
Él sonríe con picardía, satisfecho con lo que oye, luego se inclina sobre ella, acerca sus labios a los de Lu y susurra: -Pero tú y yo solo somos amigos-.
- ¿Entonces por qué me celas? ¿Por qué me pides que me vaya contigo? ¿Por qué duermes conmigo?- Exclama Lu confundida.
- Porque me gusta coquetear contigo y ver que te mueres por mí -.
- No me sigas confundiendo, Tae-.
- Esto siempre ha sido un juego, Lu y lo sabes. Tú y yo nos vamos a separar, yo haré mi vida en Corea y tú la tuya, y seremos solo un bonito recuerdo-.
- No quiero ser solo un recuerdo-.
A Lucía la despertó el sonido de la puerta cerrándose. Luego escuchó un grito: -Lu, soy yo-. Era la voz de Tae.
Lu voltó a ver el reloj enseguida de su cama y vió que eran las 8 am. En vacaciones, Lu habría querido dormir hasta el medio día, pero Tae le había pedido de favor de que lo llevara a la estación de tren.
Desde que a Lu le llegaron 6 millones de dólares cortesía del imbécil de James, muchas cosas habían cambiado.
Lo primero que hizo fue pagar el crédito bancario para deshacerse de esa deuda que la tenía con el agua al cuello. Su segunda compra fue un coche, Lu jamás había tenido un carro, en realidad, ni siquiera sabía manejar, pero anhelaba no tener que caminar o tomar el autobús para llegar de un lado a otro, podría ahorrarse mucho tiempo, cansancio y miradas por parte de hombres pervertidos. Así que compró un coche del año y le pidió a Yoongi que le enseñara a manejar. Había sido una completa aventura pues Lu no tenía miedo de pisar el acelerador y Yoongi temía por su vida cada que se subía al auto con Lu, un miedo bien fundamentado.
Luego, Lucía visitó finalmente la oficina de Jin en el veinteavo piso de la empresa, le agradeció por todo y presentó su renuncia. Jin la felicitó y le dijo que le deseaba lo mejor. Ambos sabían que, aunque era un muy buen trabajo y Lucía siempre le estaría agradecida a su amigo por ayudarla cuando más lo necesitaba, ahora que tenía la oportunidad, Lu quería poner su propio negocio.
Había soñado desde siempre con poner su propia cafetería y usó su dinero para comprar un local en una plaza comercial. Ahora trabajaba diariamente con diseñadores, mercadólogos y todo un equipo de expertos que le ayudarían a que el lugar quedara justo como ella lo había soñado.
Finalmente, compró un departamento. Lu deseaba tener un lugar que fuera oficialmente suyo y por primera vez en su vida no tener el estrés cada mes de juntar dinero para pagar la renta. Escogió un lugar en el centro de la ciudad, era pequeño, pero más que suficiente para ella. Tenía dos recámaras, dos baños, cocina, comedor y una vista a las montañas que le encantaba. Además de que estaba cerca de donde trabajaría y de la casa de sus amigos.
El resto del dinero lo usaría para pagar la escuela y ahorrar.
Taehyung tenía una copia de la llave del nuevo departamento y estaba sentado en la cocina cuando Lu llegó después de ponerse una sudadera y cepillarse el cabello para llevar a su amigo.
- ¿Qué comes?- Preguntó Lu aun medio dormida.
- Arroz, estaba en tu refri-. Dijo Tae, como si fuera la cosa más normal del mundo comer arroz frío por las mañanas.

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Sweet night
RomanceTaehyung y Lucía han sido mejores amigos por años, ambos son estudiantes de intercambio en Estados Unidos y se convirtieron en su hogar fuera de su país, pero ha llegado el momento de que Tae vuelva a Corea y la idea de alejarse lo hará darse cuenta...