Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

Los chicos habían dejado a V y al cachorro en el edificio de Lucía después de repasar con él el plan que habían construido entre todos. No pasó mucho para cuando Lucía volvió a casa. Se veía sonrojada, probablemente había tomado.

- Hola Tae-Tae-. Lo saludó tambaleándose un poco al caminar. Definitivamente había tomado y lo cierto es que a V le resultaba muy adorable verla así.

- Hola, Lu. ¿Cómo te fue? -Preguntó Tae, intentando mantener su tono de voz lo más neutral posible. Sus amigos y él habían decido que V hablaría lo menos posible para evitar delatarse, al fin y al cabo, Lucía nunca lo había visto tomado, así que pensaría que Tae era una de esas personas que el alcohol las apagaba.

- Muy muy muy bien-. Dijo ella, se sentó en el sofá junto a Taehyung y el cachorro corrió a sus brazos. -James es perfecto, Tae-.

- Ah, ¿sí? -V sintió cómo la garganta se le hacía un nudo.

- Sí, es muy interesante, atento. Es una persona muy centrada, trabajadora, es dueño de una cadena de restaurantes, pero no es presumido en lo más mínimo-.

Lo que me faltaba, pensó Taehyung. Ahora resulta que el tipo es rico.

- Y está tan guapo-. Suspiró Lucía.

Por alguna razón eso le caló a V aún más que los demás comentarios.

- Me alegra que la hayas pasado bien-. Fue todo lo que comentó él.

- Incluso me besó-. Dijo Lucía. El alcohol siempre la volvía muy platicadora y, aunque Tae y Lu se lo contaban todo, nunca entraban en detalles.

- Ah, okay-.

- Pero ¿y tú? -Le preguntó a su amigo. – ¿Dónde está Jimin? Me dijo que estaba aquí-.

- Tuvo que irse-.

- Vino, te emborrachó y luego se fue-. Se rio Lucía. – Qué mal amigo, ¿ahora cómo vas a volver a casa? –

- Puedo pedirle a Kookie que venga por mí-. Tae se encogió de hombros.

- Nah, puedes quedarte aquí, ya es tarde para que lo despiertes-. Dijo Lucía.

- Okay, gracias-.

- Nunca me imaginé que fueras un borracho callado-. Rio Lucía. – En realidad, no puedo creer que Jimin te haya convencido de tomar, eres tan disciplinado con eso-. Lucía caminó a la cocina y sirvió dos vasos de agua. – Aunque, pensándolo bien, no eres tan callado porque me dejaste muchos mensajes-.

- ¿Los escuchaste? -Preguntó Tae sorprendido. Él en realidad no estaba tan seguro de que sus amigos tuvieran razón y esos mensajes fueran una mala idea. Todo lo que decía esa canción era una frase "It's definitely you" y era exactamente lo que él había descubierto en las últimas semanas, Lucía era esa persona hecha para él.

- No-. Dijo Lu, mientras le pasaba un vaso de agua a su amigo. -Sé lo que es mandar mensajes después de tomar, no se lo deseo a nadie, así que no te preocupes, los borré todos-.

Tae rio. -Gracias-.

- Te voy a traer sábanas y una almohada-. Dijo ella abriendo el armario. Luego le entregó las cosas para que él se instalara en el sofá y unos minutos después ella salió del baño con su pijama puesto y la cara lavada. Tae tendría que dormir con la ropa que traía puesta. Luego se despidieron y apagaron las luces.

Taehyung no podía conciliar el sueño, no dejaba de pensar que tal vez debería apresurarse, confesarle todo a Lucía antes de que ella se encariñara con el tal James. Pero, al mismo tiempo, sabía que era una mala idea hacerlo. Tae tenía un mal historial cuando se trataba de las citas de Lu.

Cuando estaban en preparatoria todos los chicos de la escuela se acercaban a Lucía todo el tiempo, ella siempre había sido bonita, pero, cuando alguien se interesaba en ella, le coqueteaban, la invitaban a salir, Tae siempre espantaba a esos chicos, aunque de forma involuntaria. Lucía y V iban juntos a todos lados, todo el mundo lo sabía y, cuando en una ocasión Tae amenazó a uno de sus "amigos" de que no se le fuera a ocurrir romperle el corazón a su mejor amiga, se corrió el rumor en la escuela de que V le pondría una paliza a cualquiera que se le acercara a Lu. Tae jamás golpearía a nadie, pero no hizo nada por desmentir los rumores. Sí quería proteger a su mejor amiga de que le rompieran el corazón y si ese rumor la protegía, entonces que siguieran hablando, no había problema.

Aunque ahora, con todo lo que Tae había descubierto, fue consciente por primera vez de que en realidad siempre había estado enamorado de ella y por eso no soportaba la idea de verla con alguien más. Pero no era justo, él sí que tenía citas y novias todo el tiempo. No podía esperar que ella se quedara sola mientras él vivía rodeado de chicas.

Así que, eventualmente, cuando el rumor llegó a Lucía, ella se enojó con él por querer controlar su vida amorosa. Y tenía toda la razón, ¿quién era él para decidir por ella? Tuvieron una gran pelea al respecto y Lucía dejó de hablarle por semanas. Era la única vez que ellos se habían peleado de verdad.

Después de un tiempo, Lucía aceptó las disculpas de Tae y se habían prometido el uno al otro no volver a opinar jamás sobre las citas del otro y así había sido desde entonces. De forma que, si Tae decía algo justo en ese momento, cuando ella comenzaba a salir con alguien, estaría faltando a su promesa, pasando sus límites, era su mejor amigo, pero no tenía ningún derecho a opinar sobre con quién salía su amiga. Lucía no se lo perdonaría. Así que Tae tendría que esperar por lo menos un tiempo antes de decir cualquier cosa.

Una hora después, Taehyung escuchó a Lucía levantarse y correr al baño. Su estómago era débil y no toleraba bien el alcohol.

- Lu, ¿estás bien? -Preguntó Tae recargado en la puerta del baño. - ¿Puedo pasar? -

- Sí, pasa-. Respondió ella. -Creo que me voy a morir. Te quedas a cargo de Yeontan-. Dijo, se le veía pálida.

Tae rio, ella siempre decía eso. -No seas exagerada-. Su amiga volvió a devolver el estómago, pero esta vez Tae estaba ahí para sostenerle el cabello y acariciar su espalda para calmarla. Una vez que ella se recuperó un poco, Tae fue a la cocina por un vaso de agua y se lo dio a Lucía.

Ella estaba sentada en la cama con los ojos medio cerrados. Tae se sentó junto a ella para asegurarse de que se bebiera toda el agua, luego se levantó para dejar el vaso en la cocina.

- Tae-. Lo llamó Lucía. -Vuelve, no quiero morir sola-.

Taehyung no podía evitar reírse del dramatismo de su amiga, pero volvió a su lado. - No te vayas-. Pidió Lucía, luego recargó su cabeza en las piernas de él. Tae acarició su cabello hasta que escuchó que su respiración se volvía más profunda.

- No me voy a ningún lado, Lu-. Susurró. 

Sweet nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora