Epílogo Parte 1

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EPÍLOGO (Primera parte):

Lo único peor que no verlo era no saber nada de él.

Tae tenía poca comunicación con el exterior y la usaba para comunicarse con su familia y con Jimin. Lu no podía evitar sentir celos, ella también era su mejor amiga, ¿por qué no la llamaba? ¿por qué no le escribía?

La última vez que había hablado con Tae fue un mensaje de texto en donde él le avisaba que su vuelvo había llegado con bien a Corea y eso fue todo. Lu le había marcado y mandado mensajes el día anterior a cuando Tae entraría al servicio, pero él no respondió. Lucía pensó que tal vez no había buena señal, la casa de Taehyung estaba en una granja, así que cabía la posibilidad de que sus mensajes no hubieran llegado a él. Pero entonces se enteró que había hablado con Jin y con Jimin, así que sí tenía señal, simplemente decidía no contactarse con Lucía.

Por lo menos, Lu sabía que él estaba bien, Jimin le aseguraba que Tae incluso sonaba feliz, ya se había hecho amigo de sus compañeros.

Pero no estar en contacto con él no significaba que Lu no pensara en Tae. El chico ocupaba sus pensamientos diariamente y ella adquirió el hábito de tomar fotografías de todo lo que le emocionaba, de la inauguración de su cafetería, de su graduación, de las fechas importantes y de su día a día. Deseaba poder enseñárselas todas algún día y contarle todo, pero Lu ya no estaba tan segura de que él fuera a volver a ella. Tal vez volver a casa le había recordado lo mucho que amaba su país y no querría volver a irse.

De cualquier manera, Lucía estaba tratando de enfocarse en su trabajo. Su cafetería había abierto y era un gran éxito. Ella amaba pasar sus días ahí, rodeada del aroma a café. Sus amigos también pasaban mucho tiempo ahí, sobre todo Yoongi. Él era un gran amante del café y no podía pasar la oportunidad de tener su americano en las rocas gratis. Lu apreciaba su compañía, la pasaban muy bien y él le ayudaba cuando llegaban demasiados clientes y ella no podía hacerse cargo de todo sola.

(En la foto: Yoongi)

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(En la foto: Yoongi)

El mejor momento del negocio de Lucía llegó cuando una bloguera hizo un video entero hablando de lo mucho que amaba ese café y, de pronto, el lugar estaba siempre lleno. Lu empezó a ahorrar y, junto con lo que le había quedado del dinero de la demanda, pudo abrir dos sucursales más en la ciudad de Seattle. Esa era una de las ciudades favoritas de Lu, al punto que vendió su departamento anterior y compró una casa en Seattle para poder manejar el negocio desde ahí.

Y, tal como Tae había previsto, todos los demás chicos también comenzaron a separarse e irse a vivir a otros lados.

Jin se la pasaba viajando de una ciudad a otra por su trabajo, pero había decidido comprar una casa propia donde vivía con su novia.

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Sweet nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora