Capítulo 31

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CAPÍTULO 31:

Lucía despertó por inercia a las 7 am como hacía todos los días para ir al trabajo. Abrió los ojos y vio a Tae que seguía dormido tranquilamente junto a ella, tenía una mano bajo la almohada y la otra abrazando a Lu. Ella se tomó unos momentos para simplemente admirarlo. Jamás se permitía a sí misma hacer ese tipo de cosas porque se esforzaba mucho en ocultar sus sentimientos. Pero ahora no tenía que esconder nada, podía tomarse su tiempo. Acarició los rizos de su cabello desordenado que le cubrían los ojos e intentó memorizar cada rasgo de su rostro, sus cejas, su nariz, sus pestañas, sus mejillas. Quería memorizarlo todo, tener en su corazón una reserva de recuerdos a los que recurrir cuando extrañara a Tae. Y es que él le transmitía tanta paz, aunque todo estuviera mal, bastaba con mirar a Tae para recuperar la fe en el mundo, en sí misma, en el amor. Lu estaba segura que todo estaría bien en su vida si tenía a Tae a su lado pero, ¿qué pasaría si él no estaba? ¿Quién la haría sonreír? ¿A quién llamaría para contarle las buenas noticias y a quién recurriría cuando todo saliera mal? Al volver a casa ya no vería a Tae tumbado en el suelo jugando con Yeontan. Lu estaba tan acostumbrada a él, Taehyung era parte de su vida tanto como el sol es parte de las mañanas y sin él tendría que replantearselo todo, encontrar nuevas rutinas, conocer nuevas personas e intentar llenar el hueco que dejaría Tae en su corazón, aunque sabía de antemano que jamás lo lograría.

Pensaba mucho en él, en lo mucho que lo extrañaría y buscaba desesperadamente una excusa, una forma de lograr que se quedara y no tuvieran que separarse. Que él tuviera que irse justo ahora que ellos finalmente estaban juntos parecía una mala broma.

Lucía salió de la cama sin despertar a Tae, buscó entre las cosas de él algo que pudiera usar y salió del cuarto.

La casa entera era un desastre. Había basura, botellas, latas y confeti regados en el piso. Lucía caminó a la cocina para servirse un vaso de agua. Ahí estaba Jin haciendo lo mismo que ella.

- ¿No has dormido nada?- Le preguntó Lu sorprendida. Él negó con la cabeza.

- Aún hay gente dormida en los sillones y en la playa, tengo que sacarlos a todos y arreglar este desastre antes de dormir-. Dijo cansado. Se había cambiado a un atuendo más cómodo, traía sus lentes de armazón y el cabello desordenado, pero se le veía contento. Jin amaba ser anfitrión, recibir a sus amigos y asegurarse de que todos pasaran un buen rato. Jin parecía encontrar su propia felicidad haciendo feliz a la gente a su alrededor.


(En la foto: Jin)

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(En la foto: Jin)

- Yo te ayudo para que te puedas ir a dormir pronto-. Se ofreció Lu.

- Nah, no te preocupes-. Respondió Jin. -Me encargaré de eso más tarde, ahora mejor vamos por algo de almorzar-.

- ¿A dónde?-

- No lo sé, solo quiero salir-.

- ¿No vas a dormir?-

Sweet nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora