Taehyung y Lucía han sido mejores amigos por años, ambos son estudiantes de intercambio en Estados Unidos y se convirtieron en su hogar fuera de su país, pero ha llegado el momento de que Tae vuelva a Corea y la idea de alejarse lo hará darse cuenta...
El turno de Lucía estaba por terminar, por suerte ese día salía a las 6 pm, así que no estaba tan cansada. En realidad, ella disfrutaba su trabajo, el aroma a café, preparar las bebidas, su descuento de empleada, estaba contenta con lo que hacía y deseaba, algún día, después de graduarse, usar su título de Lic. en Administración para abrir su propio negocio.
De pronto llegó un cliente, era James, el chico que Lucía había conocido hace unos días. Ella había tenido la esperanza de verlo pronto, habían estado hablando por teléfono y mandándose textos todo el tiempo desde que se conocieron esa noche y a Lucía le agradaba la idea de seguir esas conversaciones en persona.
- Hola Lulinda-. La saludó James. Había empezado a llamarla así y, aunque ese no era el verdadero nombre de Lucía, le parecía adorable la forma en que le llama linda de forma no tan discreta. -Quiero un...- Inspeccionaba el menú. -Lo que sea tu especialidad, confío en ti-. Le guiñó el ojo.
Lucía rio. -Yo prefiero el café cargado, no sé si puedas manejar esa cantidad de cafeína-.
- No importa, de cualquier manera, no creo poder dormir-.
- ¿Y eso por qué? - Preguntó Lucía mientras activaba la máquina de expreso.
- Tengo planes para hoy en la noche-.
- Ah, qué bien-. Le sonrió Lucía.
- Planes contigo-. Dijo el chico, conteniendo una sonrisa al ver que Lucía se sonrojaba. – Quiero invitarte a cenar, ¿aceptas? –
- Okay, sí. Claro-. Hace tiempo que a Lucía no la invitaban a salir y se sentía como una adolescente con mariposas en el estómago.
- De acuerdo, paso por ti a las 8-.
- Okay-. Dijo Lucía, entregándole su café, James le guiñó el ojo y se fue. El chico era directo, a Lucía le gustaba eso.
En cuanto él estuvo fuera del establecimiento, Lu emitió un grito de emoción que provocó que todos los clientes la miraran extraño, pero a ella no le importaba, James era guapísimo y ella tenía mucho tiempo sin salir a una cita con alguien que le atrajera tanto.
En cuanto dieron las 6 de la tarde, Lucía entregó el turno a su compañera y corrió a casa. Al llegar, se encontró con Tae recostado en el piso de la sala y con el pequeño Yeontan saltándole encima de un lado a otro.
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(En la foto: Tae y Yeontan)
Taehyung se había convertido en un padre muy responsable, había conseguido de todo para el perrito, le había comprado una cama, juguetes, ropa y un costal de comida tan grande que el cachorro podría nadar en croquetas si así lo deseaba. Le había dado instrucciones a Lucía de cómo cuidarlo y se quedaba en el departamento de Lu cuando ella estaba en el trabajo para que Yeontan no se quedara solo ni un momento.