Scarlett podía sentir sus ojos llenarse de lágrimas, así como náuseas en su estómago, sabía que todo aquello sería difícil.
— Cariño... — la mujer respiró hondo — por el accidente no recuerdas algunas cosas, yo estuve en ese lugar contigo, ibamos rumbo a New York a un compromiso tuyo y a la semana ibamos a casarnos...
Chris, se frustraba al no poder recordar tantas cosas, según su familia el rodaje de Los vengadores había terminado, asi como varios proyectos más, todo era tan confuso pero de lo que si estaba seguro es que Scarlett sólo era su amante.
— No, tú estás divorciandote ahora mismo de Romain, tienes una relación con ese comediante de cuarta y nos hemos visto varias veces, a pesar de que yo estoy con Jenny, deja de querer confundirme.
El hombre frunció el ceño, comenzaba a alterarse y su cabeza comenzaba a doler, era demasiada información que procesar.
— Chris, lo mejor será que descanses - Scarlett lo miró desesperada, le dolía saber que Chris no recordaba nada más que los problemas que en el pasado los habian acechado; se acercó a él para ayudarlo a recostarse, acarició su cabello regalandole una leve sonrisa, suspiró al verlo cerrar los ojos; acercó una silla cerca de la cama para velar sus sueños; aquello parecia una pesadilla de la cual quería despertar.
Chris por más que intentó descansar no lo había logrado, escuchaba voces en el pasillo, abrió sus ojos encontrando a Scarlett dormida de manera incómoda, sonrió de nostalgia al verla ahi con él.
— ¿Es verdad todo lo que me has dicho? — el hombre suspiró — nada me haría mas feliz en el mundo que de verdad fueras mi esposa.
Acarició su cabello rubio disfrutando aquel tacto tan simple, amaba tenerla ahí con él.
El tiempo paso con rapidez, aquella calma se vió interrumpida por unos gritos provenientes del pasillo; Scarlett despertó aturdida, se reincorporó de su asiento notando que Chris seguía dormido, un mareo la atacó así como las náuseas matutinas recordandole que no había almorzado, besó los labios de su amado y se dispuso a salir.
Una sorpresa amarga la esperaba afuera. —- ¿Se puede saber que haces aquí?
Scarlett por instinto se colocó en medio de la puerta de la habitación y de Jenny Slate quien la miraba con desaire.
