Scarlett caminaba por las calles del barrio de Soho en New York, se abrazaba a si misma cubriendose con su costoso abrigo Gucci, ansiosa miraba a todas partes que ningun paparazzi o curioso la estuviera siguiendo; aquel día no estaba disponible para gastar su fortuna comprándole fotografías suyas a los paparazzis; al visualizar el edificio gris donde Chris tenia su apartamento se apresuró entrando al lobby donde abordo el elevador que por fortuna estaba sólo.
Sacó de su bolso la copia de la llave que su amante le había regalado y al salir del elevador caminó hasta la puerta indicada; al entrar fue recibida por un beso fogoso y cargado de necesidad de Chris quien la arrinconó contra la puerta, ella sonrió satisfecha ante tal bienvenida.
— Fueron los diez días más largos sin tí — Chris extasiado por tenerla frente a él se dedicaba a besar su cuello con parsimonia mientras sus manos se deshacian del abrigo el cual terminó en el suelo seguido de su playera y de su pantalón.
La mujer se enredó en las piernas de su amante quien caminó con ella rumbo a su habitación dejándola caer con suavidad, se permitió disfrutar de la vista que tenía frente a él; Scarlett se mordía su labio tentandolo mientras una de sus manos se acariciaba sus senos por arriba de su vestido y su otra mano se tocaba con sensualidad haciendo que la hombría de Chris se moviera inquieto.
— Ven acá cariño — Scarlett se puso de rodillas atrayendolo a ella, besó sus labios con desesperación a la par que Chris se deshacia de su vestido y de su sostén y sin más retraso la penetró de golpe con dos de sus dedos haciéndola gemir con fuerza provocando que las uñas de la mujer fueran enterradas en su pecho.
— Alguien estaba ansioso de verme —Scarlett gimió con fuerza provocando al rubio, sabia que para él era un deleite tenerla jadeando en sus brazos — te extrañe cariño.
Ojos verdes con ojos azules hicieron conexión, Chris parecia no tener ganas de charlas solo quería hacerla suya, borrar cualquier rastro, beso o caricia que de seguro traia marcada de Colin su ahora prometido, pensar aquello le hervía la sangre.
— Chris te necesito — la mujer comenzaba a ser impaciente por lo que decidió tomar el mando iniciando un beso caliente que hizo delirar al hombre quien se abalanzó contra ella apresionandola con su cuerpo y en un segundo logró romper sus bragas ganandose una cachetada por tal desfachatez.
