Hijo de la luna (En Curso)

20. Perder dos veces

Sin percatarse antes, sintió un suave agarre sobre su cintura y un aliento gélido en el hueco de su cuello que en otro contexto hubiera logrado estremecerla placenteramente, en cambio un temor recalcitrante penetró como pequeñas navajas al sentido auditivo.

-Es un placer conocerte, dulzura. Uchiha Madara-

Toda su existencia se presentaba ante sus ojos, una vez más.  La voz aterciopelada le heló la sangre. Poco pudo hacer para reaccionar ante las manos que exploraban su anatomía sin permiso previo, se sentía vulnerable, cegada por la sorpresa. En cuestión de segundos se preguntó que tanto había subestimado al linaje Uchiha, a su vez evitó pensar en sus seres amados, no era momento para quebrarse.

Trago su temor, empujando su dignidad y orgullo como única defensa, fingiendo que no moría de miedo ante su presencia.

-¿Todos los Uchiha son unos cretinos o es cosa de ustedes? No se van a llevar lo que deseaban, me tienes a mi, mortal e inútil, Itachi se va a sentir muy decepcionado, no voy a darle una batalla interesante por mi vida y ya no es capaz de deshacerse de su hijo, ni siquiera con tu ayuda-

Escupió sus palabras deseando en el fondo decepcionar al enemigo, poco hizo por disimular la sorpresa en sus rasgos cuando Madara parecía más satisfecho que en un comienzo.

-Me parece que tu experiencia con Itachi debió enseñarte que somos egoístas- afianzó su agarre a la cintura de Sakura que ya no pudo contener el temblor de su cuerpo -Vine por ti, mortal o no,  te necesito a ti - respiró cerca de su cuello aspirando su perfume natural -En cuanto Itachi, creo que ya no se va a poder molestar-

Tsunade pudo sentirlos a ambos, no entendía donde estaba Itachi o como es que alguien lo había convencido de cambiar de opinión siendo tan orgulloso y obstinado. A decir verdad prefería encontrarse con él, con la estrategia adecuada era vencible, de Madara no podía decir lo mismo.

-Eres una mortal, puedo escuchar todo lo que estás pensando, no puedo creer que extrañes a ese bastardo, no te preocupes, te estará esperando, con algo debo alimentarte, cariño-

El crujir de la hierba y las hojas secas interrumpía el silencio profundo de aquel bosque. Los sentidos de la pelirosa se alertaron ante la pronta aparición de su única esperanza: una improvisada escuadra de hombres apareció liderada por unos cabellos platinados cubriendo a un licántropo con un hipnótico ojo carmín que ella conocía muy bien, de fondo, la metamorfosis de los aliados fue breve e hipnotizante, convirtiendose en una manada poderosa y temible para cualquier ser humano, pero no para un ser nocturno que de hecho los sintió venir mucho antes de visualizarlos.

-Mira cariño, vinieron a despedirse- dijo tomando sin delicadeza el rostro de Sakura para obligarla a verlos - puedo olerlos en ti, ¿con cuál te estabas revolcando? pensaba en ser cauteloso contigo pero veo que te gusta lo salvaje, nos vamos a entender muy bien, petite-

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POV SAKURA

Sabiéndome ahora mortal, la idea de verme recluída con aquel hombre me heló la sangre. Con Itachi conocía el reto de pies a cabeza, en cambio Madara, es nuevo para mi. Mi mortalidad golpea brutalmente al sentir un hilo de encanto, ¿que diablos me pasa? Se que será una tortura que el acabe conmigo y aún así tiene ese efecto en mi.  Si tan sólo pudiera morir, aquí y ahora, todo habría valido la pena.

Lo veo estirar una sonrisa de medio lado, olvido que él puede leer mis pensamientos y se asegura de rozar mi mejilla con sus pálidos labios, juega en caricias casi inexistentes que logran producir electricidad dentro de mí mientras me odio por tener estas reacciones y el lo sabe, se burla de mi, de mi mundana mortalidad y poca resistencia. Evito pensar en Sasuke, no quiero que me torture con su recuerdo, mi hijo es sagrado y es lo único que evita que pierda la razón en este instante.

Casi olvido que estamos frente a los licántropos, Kakashi esta al frente, como esperando el primer movimiento en falso para atacar, pero no habrá uno, este desgraciado no da pasos improvisados. Algo le ha pasado a Itachi y eso quiere decir que nadie más tiene una oportunidad contra él.

Veo confusión en los ojos de Kakashi, se que puede ver mi lucha entre el deseo de escapar y el de ser tomada por Madara, probablemente se arrepienta de exponer su vida por mi, espero que lo haga y en un ataque de rabia sea él quien acabe con mi vida.... pero no va a suceder, no llegará tan lejos, aunque lo desee.

Esta noche perdí mis poderes y mi voluntad, no hay más nada que hacer, este es el precio por su vida y no hay marcha atrás.

-Me encantaría beber la sangre de cada uno de ustedes, hace siglos que no bebo sangre de lobo, pero tengo mucho que hacer y ustedes ni siquiera me darían una pelea interesante-

Escucho la voz de Madara junto a mi pero es como si estuviera muy lejos, me desvanezco entre sus brazos sin poder reaccionar y lo último que veo es el intento en vano de la manada por salvarme. 

-Madre!-

Escucho a Sasuke pero es muy tarde, solo hay humo negro y un vacío que me envuelve y me desespera, busco algo a que aferrarme como huyendo de la nada y los brazos de Madara me reciben en un tosco apretón que me recuerda que no soy más que el entretenimiento de un monstruo.

Puedo notar que estamos en otro sitio, me lleva entre sus brazos a una inmensa construcción, seguramente algún tipo de castillo excéntrico. El aroma del ambiente es muy agradable y reconfortante, se que he estado aquí antes.

-París, según se, pasaste muy buenos días aquí- 

Noto que mis brazos están alrededor de su cuello y me suelto con rápidez pero no me deja caer, me obliga a reducir la distancia entre nuestros cuerpos y me suelta sobre una cama.

-Descansa, después hablaremos de lo que te espera-

-No quiero descansar!! matame ahora! porque lo estás postergando bastardo!!!

Me percaté de la fina cristaleria en la decoración que rodeaba aquella habitación y una por una las estrelle en las paredes, sabiendo que el no recibiría daño alguno. En algún momento me corté la mano y el líquido rojizo escurrió por todo mi brazo, rendida caí sobre mis rodillas en el piso alfombrado.

El tacto frío de unos guantes de cuero estremeció la piel de mis mejillas mientras Madara se colocaba frente a mi en cuclillas.

-Si continuas haciendo un escándalo me voy a ver en la necesidad de hacerte olvidar, ¿No quieres eso, verdad?-

La posibilidad de olvidar toda mi vida me caló en lo profundo del alma.

-Eso está mucho mejor, aunque creo que quizá serías más feliz si hago que te desprendas de todos tus recuerdos, ahora que eres mortal no los necesitas, solo sufrirás por ellos... déjalo todo en mis manos, en menos de lo que esperas tendrás tus poderes de nuevo y entonces comenzaras a darme hijos tan útiles como Sasuke-

Después de aquel momento debí caer en un sueño profundo porque al abrir los ojos noto el crepúsculo a través de la ventana. Respiro profundamente y buscó algo que hidrate mi garganta. Veo una mano surgir de la oscuridad, pálida, enorme. Es él, me ofrece una copa de vino y en mi desesperación la acepto. 

-Es hora de que hablemos, petite-

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¿Qué pasó con Itachi? ¿Qué pasará con Sakura? leo sus teorías.

He vuelto después de una pausa muy extendida, lamento mucho la tardanza, sin embargo me he encontrado con recientes comentarios en mis historias así como sus votos. Los valoro mucho, y donde quiera que lean mis historias, sepan que deseo que esten bien y que la vida les sonría a cada instante. Te mando un abrazo si como yo te sientes algo roto

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