دياز

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El sonido de la puerta de Alfred cerrándose hizo que soltara un suspiro. Me había quedado frente a mi puerta cerrada esperando algo, algo que no merezco esperar.

Mis pasos eran lentos y me dirigían hacia la cocina, buscaba algo para comer ya que no quería bajar al comedor principal. Sera mejor seguir estando en mi apartamento sin darle mas trabajo a Larrosa, por mi culpa ahora esta involucrado con mi familia y por ello no debo darle muchos problemas.

Todo el camino de regreso fue totalmente lo contrario a cuando íbamos, en ese momento se sentía mas dorado y tranquilo como si estuviera con un verdadero amigo. Pero después de que regresábamos todo se volvió mas pesado y sentía una pequeña distancia entre nosotros dos.

-Ya debería saberlo -Dejo escapar un suspiro- sentirme cerca a alguien es malo, podría meterlo en mas problemas si algún enemigo se entera de esto

Al abrir mi nevera pude observar que esta se encontraba casi vacía, solo unos cuantos huevos, leche y frutas se encontraban dentro. Tome el mediano traste de ciruelas y, después de cerrar la nevera, me dirigí hacia el sofá.

Comía una a una y poco a poco. No sentía la prisa de comer rápido aunque mi estomago rugiera con anterioridad por tener algún alimento dentro.

Después de algunos minutos sentía como mis ojos comenzaban a hacerse pesados, sin esfuerzo por mantenerme despierto simplemente me dormí. No tenia nada importante que hacer así que esta era la mejor opción que tenia.

Y así pasaron los días y semanas, hasta que me percate que ya habían transcurrido dos meses después que había ido con Alfred a visitar a... ella.

En este transcurso del tiempo solo bajaba al comedor y volvía a mi departamento, la cafetería se había mantenido suspendida por este mismo tiempo. Algunas veces iba a visitar a mi familia. A pesar de las atrocidades no puedo enojarme con ellos porque es la única familia de sangre que conozco.

En este momento me encuentro al lado de Alfred, ambos en los asientos delanteros de un Aston Martin One-77, con un destino hacia la casa Díaz.

Mi madre me había citado con gran emoción, además de que Carol también quería que fuese y eso al ser algo inusual en decir ella directamente decidí venir. Solo que nadie iba ir a recogernos y Alfred aprovecho su carro para llevarme.

A la lejanía pude notar como a casa comenzaba a hacerse mas grande, hasta que estuvimos en frente de esta.

Cuando el carro ya estaba estacionado me baje y espere a que mi acompañante también lo hiciera. Últimamente lo siento como solo un trabajador, ¿Sera por que no hemos convivido mucho nuevamente? Espero pronto volvamos a ser un poco mas cercano como hace unos meses.

-Guille -Mi madre me recibe, apenas abro la muerta, con aquella sonrisa tan alegre- has llegado... un poco mas temprano de lo que sueles llegar

-Todo se debe a Alfred -Miro a mi izquierda y el solo estaba serio, mirando los alrededores- tiene un carro tan  rápido... quiero que me despidan de un trabajo y también me den un carro

-No digas eso, niño bobo -Pude sentir un leve golpe en mi cabeza- si tienes un trabajo debes mantenerlo bien, nada de que solo por un carro renunciaras, además, ¿A quien le pasaría eso?

-A ese molesto que tengo como guardaespaldas -Digo bromeando y soltando una risa-

-¡Hermanito! -Escuche a mi hermana gritar desde la cocina y de un momento a otro estaba a mi lado- debías llegar mas tarde

-Que inusual es que me digas hermanito -Le pongo mi mano en su cabeza- normalmente me recibes con gritos o cosas no tan lindas, además, ¿Por que ambas se quejan de que llegue temprano?

-Tal vez las sorprendiste con llegar antes, pareces ser alguien que se atrasa -Mire a Alfred- o tal vez querían sacar a tu hermano perdido favorito antes de que llegaras

-Tu... -Di unos pasos hacia el y le di un leve e inofensivo golpe en su brazo-

-Tranquilo Toreto, no seas agresivo -Una sonrisa de burla apareció en su rostro-

-Guillermo Diaz Ibáñez -Me quede estático y sentí un escalofrió por mi cuerpo- no trates mal a las personas, ya te lo he dicho muchas veces

-Lo siento mamá pero -Señale a Alfred- este señor me provoca a golpearlo

-Mejor pasemos al comedor, me alegro que hiciéramos las cosas antes -Carol pasa frente a mi y todos la seguimos-

Mis ojos se concentraron en la meza y se abrieron bastante, no podía creer lo que veía.

Mis manos se fueron a mi boca y sentía un leve picor en mis ojos, la emoción siempre me hacia querer llorar. ¿Cómo no hacerlo cuando vez una comida sorpresa entre las personas que mas quieres?

-Hijo, siéntate -Un abrazo de mi madre me despertó de mi pequeño trance- yo serviré la comida-

-Mamá... Gracias -Respondí a su abrazo- Pero, ¿Por qué lo hicieron?

-Todo fue idea de Alfred -Mire a Carol, quien había hablado, para después mirar al nombrado- Nos llamo hace unos días y entre los tres comenzamos a planear, aunque el casi no contribuyo en la decoración y comida, solo en traer a un gordo para comer

-¡Carolina! -La voz enojada de mi madre también me espanto, así que comencé a reírme-

Extrañaba esta pequeña calidez que mi pequeña familia me ofrecía, me hacia olvidar las malas acciones que hice y las que mi padre hacia. Podía sentirme como una persona normal con una familia normal, aunque mi padre no estuviera aquí.

Todos nos sentamos en nuestros lugares y comenzamos a platicar, mientras mi madre nos daba la comida. La platica era variada, algunas veces Alfred hablaba con mi mama o Carol, otras veces lo hacia conmigo.

Por un momento yo salí a tomar un poco de aire, la comida me había llenado bastante y extrañamente tomar el aire hacia que mi estomago se calmara, junto a mi mente.

Me quede pensando en todo lo que había pasado esta tarde. En lo feliz que se Vian mamá y Carol, tan pocas veces se podían ver así con su total felicidad. Por mi cabeza también paso Alfred, quien soltaba algunas risas y bromas con todos, no parecía ser nadie malo.

-Tu madre me dijo que entraras pronto o podrías resfriarte -La voz de cierto vecino irrumpió mis pensamientos-

-Aunque el invierno trae el frio puedo sentir su calidez en mi corazón -Sonrió mirando a la lejanía-

-Chico, ¿No serás poeta? -Le doy un leve codazo, en forma de juego-

-Solo soy sentimental pero no e digas a nadie o te parto en pedazos -Rio- pero dime algo...

-¿Qué pasa? -Ambos nos mirábamos, con nuestra respectiva distancia-

-¿Por qué llamaste a mi familia? ¿Por qué hacerme esto? -Aun no podía encontrar una razón, apenas si Alfred hablo con mi familia-

-Estabas triste... -Su expresión era seria- Después de aquel día apenas y pasabas mas tiempo, además del que usas para comer, fuera de tu habitación. Eso puede ser algo mal para la salud

-Gracias... Por hacer esto con mi familia -Le sonrió amablemente-

Este hombre me agradaba, era como tener a un gran amigo cerca y pase lo que pase lo protegeré. Esta ocasión daré todo de mi para proteger a quienes aprecio.

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¡Hola!

Espero que tuvieran una cómoda lectura y un buen día.

Lamento traer el capitulo tan tarde, entre una cosa y otro ya era de noche, perdonen a esta frágil y pobre alma Orz. Intentare no actualizar tan tarde las próximas veces.

Orz (Es un "emoji" el cual significa que una persona esta de rodillas y tiene la cabeza en el suelo. La "O" es la cabeza, la "r" el tronco y los brazos y la "z" son las piernas.

Espero que tengan un magnifico día.

Recuerden cuidarse a ustedes y a los que quieren.

Chaco chao.

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