دياز

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Me quede parado detrás de mi puerta, hasta que escuche a Alfred entrar a su departamento.

Aun no se que hacer. Tenia un par de días libres en la cafetería. Gracias agentes especiales, por su culpa ahora no podre ir a trabajar. Lo malo de ser hijo de un narcotraficante, aparte de que tienes que estar en su negocio, es que si intentas tener una buena vida dentro de las leyes no te dejan, siempre estarás vigilado.

-Pero... -Voy a mi sala y me siento en un pequeño sofá- ¿Por que justo en esa cafetería? ¿Como saben quien era y que trabajaba ahí?

Es difícil tan solo pensarlo. Fui tan estúpido al pensar que podría tener una vida lejos de negocios ilegales. Pero no me rendiré, le mostrare a las leyes y a todo el mundo que no soy como mi padre, que no por ser un Diaz soy de esa manera.

Mis ojos comenzaban a cerrarse. Estaba aburrido, así que eso me provoca el sueño.

Me encontraba en una cabaña en medio de un bosque. Reconozco este lugar, es la cabaña donde mi padre guardaba varios artefactos.

-Guillermo vayámonos, papa tiene que trabajar -La voz de mi madre sonó por todo el lugar-

-Pero yo quiero quedarme aquí mami -Camine por la cabaña buscando de donde provenían esas voces- Trotuguete parece gustarle aquí

-Sabes que no podemos quedarnos mas -Me quede quieto, estaba viendo a mi madre cargar a un niño, mi yo de niño- mejor vamos a comprar dulces y hacemos una pijamada en tu habitación ¿Que te parece?

-¿Trotuguete puede venir? -Mire el peluche que tenia mi yo pequeño- no quiero dejarlo excluido de la diversión

-Claro Guille -Mi madre me bajo de bazos- ve a despedirte de tu padre, esta afuera

Seguí a mi yo pequeño y, cuando salimos de la cabaña, todo comenzó a convertirse en el cuarto de Lanita. Aun recuerdo como era, seguía igual.

-Guille, hoy me siento extraña -Su mirada se dirigía a mi- es como si sintiera que algo malo pasaría, pero hay que ser positivos -Sonríe y viene hacia mi-

Yo estire mis brazos e iba a abrazarla pero me atravesó apenas iba a tocarla. Di un paso atrás aturdido, y después la mire. Estaba abrazando al Guillermo del pasado. Nunca podre olvidar este día.

-Hay que apresurarnos o nos quedaremos sin dulces -Una sonrisa se dibujo en aquel pequeño rostro de ambos infantes del pasado- así que vamos

Comencé a sentir como unas lagrimas bajaban por mis ojos hasta terminar su camino por mi barbilla. Nunca me había puesto a pensar lo que pasaría ese día, el ver como perdía a la única persona que realmente considere una amiga de verdad y todo gracias al negocio de mi padre.

Desperté rápido. Pase mis manos por mi rostro y limpie las pocas lagrimas que quedaban en el. Pase el tiempo que pase nunca podre olvidarme de ella.

Me levante de aquel sofá, que era incomodo para dormir. Me estire, dejando a unos pocos huesos sonar, para después ir a la cocina y servirme un vaso de agua. Mientras vertía el liquido transparente a mi boca mi teléfono comenzó a sonar.

-¿Bueno? -Hable apenas conteste la llamada, sin ver quien era-

-Ven a la cafetería rápido o le diré a tu padre que no están cumpliendo el trato -Aleje mi oreja de la bocina y vi el nombre "Nor" ay no-

-Señor Norfa ¿Como te enteraste del contrato? -Comencé a buscar mis llaves mientras hablaba en el teléfono- si apenas sucedió esta mañana

-La información me llego apenas te retiraste de la casa Diaz -Abrí la puerta, después de encontrar las llaves y salí-

-Debí imaginármelo -cerré con llave y fui lo mas rápido que pude al ascensor- Pero ¿Por que justamente quieres que vaya a la cafetería?

-Porque estoy trabajando y -Se quedo cayado un momento- lo siento debo colgar

Iba a contestar pero solo escuche el pequeño tono cuando la llamada daba por finalizada. Suspire, se supone que no debía de acercarme a la cafetería por unos días y fui citado por Norfa, debió haber sido algo muy importante.

El elevador había llegado a planta baja y fui caminando a paso rápido a Kwuam. No usaba carro ya que me era molesto tener que esperar cuando el trafico se hacia presente, ademas de que caminar es bastante saludable.

Abrí aquella puerta de cristal, desde lejos podía ver que este día la cafetería estaba siendo mas concurrida que otros. Sin tener que esperar a que Norfa o Frank me vieran fui directo al despacho principal. No quería estar cerca de tanta gente.

-Tardaste un poco el llegar -Una voz sonó apenas cerré la puerta- ¿Por que no te esta cuidando Larrosa?

-Le di el día libre hoy -Me senté en el pequeño sofá verde- ademas que quería estar en mi apartamento sin tener que salir

-Para la próxima no debes hacer lo mismo, si fue contratado para cuidarte tiene que estar ahi a todo momento -Norfa elevo un poco la voz, le gustaba que los tratos fueran cumplidos al pie de la letra- solo por esta ocasión no le diré a tu padre, pero no abra segunda vez

-Esta bien -Lo mire por un rato- ¿Por que no podíamos hablar esto mas tarde? cuando hubiera menos gente en la cafetería

-Alfred Larrosa esta aquí con mas personas -Lo mire un poco-

-¿En esta cafetería? que tiene eso de malo -Alce mis hombros sin darle mucha importancia- mientras estén comiendo algo comprado aquí pueden pasarse un tiempo en el establecimiento

-Eso ya lo se, las reglas las puse yo pero -Se levanto y se puso enfrente del escritorio, sentándose en este- una de las 3 personas con las que se reunió aquí me parece un poco familiar

-No importa eso ahora -Sonrió, de alguna manera esta cafetería siempre me ponía de buen humor- aprovechando que estoy aquí me pondré a ayudaros

Sin esperar mas palabras, del hombre de mi padre, me fui a los vestidores y abrí mi casillero. Creo que este lugar me gusta porque me hace sentirme como una persona normal, donde no tengo que ser el hijo de un narcotraficante para poder trabajar.

Me cambie la ropa y guarde la que había traído en el casillero. Escucho la puerta abrirle y veo aquel peinado.

-Hombre Guillermo ¿No se supone que tendrías días de descanso? -Posa una de sus brazos en mis hombros- si no quieres descansar dame esos días a mi

-Pero si es el hombre menos carismático del mundo -Solté una risa y me solté de su brazo- es que tuve que hablar con el jefe y aprovechando me quedo a trabajar

-Soy mas carismático que tu -Soltó un bufido y ambos reímos- me alegra que trabajes hoy, hay demasiada gente que el servicio de Kwuam esta un poco lento

-Tu salvador a llegado chaval -Salimos de los vestidores y me pongo en la barra-

Por este día trabajare en la barra y en las mesas al mismo tiempo. Necesitamos mas personal que nos ayude, pero Norfa no confiaba casi en nadie y no se atrevía a correr tal riesgo.

-Entrega estos pedidos a la mesa 3 -Tome la charola que Frank me había extendido y fui a la mesa correspondiente

Habían cuatro personas hablando amablemente. Y cuando llegue reconocí una de esas caras.

-Aquí están sus pedidos -Sonreí y puse los cafés con rebanadas de pastel en la mesa- espero que o disfruten

-Guillermo ¿Que haces aquí? -La voz de Alfred llamo mi atención y lo mire- me habías dicho que estarías en el departamento

-¿Viven en el mismo departamento? -Mire rápido al chico mas alto de todos- no conocía esos gustos tuyos Alfred

-No es así -Responde rápidamente- es mi vecino, nada mas

-Te vez tierno -Escuche la voz de una chica y la mire-

Mis ojos se abrieron como platos y todo se detuvo por un momento. Ese rostro, esa mirada y esa voz... ¿Lanita?

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