El día aun se mantenía un poco frío, a mis oídos solo llegaban las pisadas de Guillermo y las personas que nos rodeaban. Después de aquellas palabras me abstuve a no decir nada mas ya que podría sospechar de mi por intentar sacarle información y las cosas debo llevarlas con calma y hacerlo todo bien desde un comienzo.
Me inquietaba un poco no poder recibir respuesta del lugar que visitaríamos y aunque no dudaba de mis habilidades de incógnito como agente solo dudaba haber subestimado a este chico por sus torpes acciones y mal temperamento que maneja. Aun así tengo que prepararme para todas las situaciones que puedan suceder.
-Solo no le digas a mi padre al lugar donde vamos -La voz que dijo aquellas palabras era neutra, como normalmente suele hablar- si lo haces me haré cargo de que mi padre te despida y no tengas una descendencia que mantener
-No es necesario que me amenaces con esas cosas, no tengo planeado tener descendencia -Dije cuando el contrario ya no emitía palabra alguna-
Si era agente y me planeaba en mantener una descendencia esta podría estar en peligro y no podría soportar que les pasase algo por el trabajo en el que me mantengo, lo que menos quiero es lastimar a los que quiero por el trabajo en el que mantengo. Esto no podía decirlo al de ojos achinados porque es confidencial y de todas formas no comprendería esta razón.
-Solo no digas nada del lugar -Giramos a la izquierda y nos encontramos con una pequeña floristería- y a donde iremos próximamente
Me abstuve de decir alguna palabra ya que no tenía algo para decir, ¿Por qué tendría prohibido ir a una floristería? ¿A caso eso haría que su estatus bajara? Con esas dudas entramos a el lugar y fuimos recibidos por el leve tintineo de una campana, indicando que clientes habían llegado al local.
Mire al rededor y no vi nada sospechoso, solo flores y sus cientos de aromas diferentes, como si fuera un calmante para la nariz. Mi mirada se poso sobre el rostro que acababa de ingresar al mostrador y pude ver los ojos cafés de alguien que tenia unos cuantos años mas que yo. Después de unos segundos mire el rostro del Diaz y este tenía una sonrisa sobre el.
-¿Pero qué pasa Willyberto? -Las palabras fueron acompañadas por un tono muy alegre-
¿Quién es este chico? ¿Sera alguien de la mafia en cubierto para cuidar al hijo de Robert? ¿Willyberto es su nombre de criminal que tiene Guillermo? Intente recordar todos los nombres de criminales que había leído pero ninguno se asemejaba al que acababa de escuchar.
-Vamos David vengo por las flores de cada mes -Vi como sacaba su billetera y se acercaba alegremente al mostrador- ademas de que podríamos quedar mas al rato de que vaya a visitar a mi amiga
-Hombre, ¿Ahora si quieres quedar después del trabajo? Tu jefe ya te dejo salir temprano por fin o ¿Te despidieron por ese humor de tren que te cargas?
-Te voy a dejar la cara como si un tren te pasara por encima ya veras -Ambos rieron y después los ojos del florista me miraron-
-Vaya vaya si ya te has conseguido un acompañante -Una sonrisa mas grande se hizo en el rostro del amigo de Guillermo y me extendió una mano- Soy David pero no seas como este pesado de acá y dime Fargan
Yo solo mire la mano del chico y desconfiado le di mi mano, no podía ser maleducado cuando alguien no lo había sido conmigo y mucho menos si no conocía exactamente de quien se trataba. Tal vez este chico me ayude a saber mas a profundidad sobre los Díaz.
-Alfred -A pesar de que no quería sonar tan serio mi voz hizo todo lo contrario- un gusto
-Pero que chico mas formal te has conseguido ¿Cómo le hiciste? -Mi mano era agitada de arriba hacía abajo por el mayor- yo también quiero alguien así
-David solo es mi guardaespaldas -Una mano de Guillermo se dirigió a su propia frente y dio un suspiro- solo dame las flores y nos vemos después
-¡Oh las flores! -Apenas dijo aquellas palabras y me soltó las manos para dirigirse dentro de lo que parecía era su bodega-
-Perdón si el te incomodó es solo que le gusta conocer a nuevas personas -Negué tranquilamente ante el chico- no tienes porque responder a todas sus muestras de afecto ni palabras si no quieres
-No debes preocuparte por eso, no creo que me haga daño conocer a la gente de tu alrededor y saber a quien acudir si un día te pasa algo
-¿Estas insinuando que me pasara algo y no podrás protegerme como es debido en tu trabajo? -El rostro de Guillermo parecía serio, creo que la acabo de liar-
-No es eso si no que... -¿Qué debo decir en este momento? ¿Ya me descubrió? Pose una de mis manos detrás de mi nuca y pensaba las palabras para decirlas pero la risa del Diaz hizo que saliera de mis pensamientos-
-Tranquilo solo estaba bromeando, se que eres de esas personas que realizan bien tu trabajo
Solo me quede callado ¿Solo fue una broma? Solo hice un ruido de afirmación y me quede quieto para esperar al chico que traería lo que se le había pedido. Se me hacía extraño que viniéramos a ver a una floristería y, si este chico también pertenecía a la mafia, no le dijera a su papá donde venia.
¿Qué podía hacer en este momento para no sufrir alguna sospecha por parte de los contrarios? Solo necesitaba mantenerme tranquilo y hacer mi trabajo de acatar las ordenes que me de de momento Guillermo, soy su guarda espaldas y es lo que uno hace, ¿No es así?
-Lamento a tardanza chicos -Aquel joven volvió al mostrador con un ramo de flores sencillo, aun así este tenia su belleza- es solo que no encontraba el pedido
-¿Cómo es posible que el organizado David no encuentre las cosas? -Guillermo dijo con una pequeña risa por detrás-
-No seas sarcástico y tacaño diciéndome por mi nombre, ¿Dónde queda nuestra amistad?
-Venga dame esas flores y hablamos sobre amistad después -Una mano del achinado se estiro hacia el florista y le entrego el dinero para después recibir las flores- ya me voy que se me hace tarde
-Alfred cuida muy bien a Willyberto porque es capaz de perderse en un santiamén -Asentí ante aquellas palabras-
-Permiso -Apenas dije aquellas palabras y salí del local con Guillermo enfrente de mi, dirigiéndonos a pie hacia un destino desconocido para mi-
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En cubierto
FanficSamuel De Luque tiene que atrapar al narcotraficante de España, pero para ello necesitara a un peón, él hijo del mismísimo narcotraficante. Guillermo Días Ibáñez es nada más y nada menos que él hijo de Robert Diaz, él mayor narcotraficante de toda E...