من لوكي

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Me encuentro en la oficina del señor Diaz desde hace media hora. Me esta explicando las reglas que debo mantener sobre este trabajo. Básicamente son:

1- No decir a nadie sobre mi trabajo.

2-No deberé estar a mas de 6 metros de distancia de Guillermo, excepto cuando el me pida su privacidad, si es así solo deberé estar a 7 metros de el.

3-Deberé protegerlo a Guillermo ante cualquier situación, aun si eso incluye mi vida.

4-Ante alguna emergencia, solo considerada de vitalidad importancia, llamar al señor Diaz para notificarle.

5-Si el señor Diaz lo pide, se me deberé quedar en casa de los Diaz cuidando a su hijo.

La verdad pensé que serian bastantes reglas las que pondría mas cosas estrictas. Pero no fue así, no da indicios de que trabajan para la mafia, solo son reglas como si fuera un trabajo normal.

-Cariño ya vengan a comer -Una señora entro por la puerta con una gran sonrisa- oh -Me miro a mi y después a su esposo- Tu rostro me parece familiar ¿eres el chico de mi hijo?

Yo solo la mire y examine. Al parecer es la señora Diaz y parece muy amable, si la viera por la calle a ella y a Guillermo solos no pensaría que fueran de la mafia. Se ven tan inocentes.

-No señora -Dije después de unos minutos- yo vengo para ser el guardaespaldas de Guillermo

-Oh que lastima -Sonrió apenada- bueno chicos, la comida ya esta lista vengan de inmediato o si no se enfriaran los dedos de queso

-Si cariño -El señor Diaz se levanto muy rápido- después de comer firmaras el contrato -Me miro serio- porque si dejamos a la señora Diaz esperando no querrás saber que pasara

Yo solo lo mire ¿Que podría hacer una señora tan amable? Pero por no faltar al respeto tuve que ir detrás de el señor Diaz.

-Bueno chicos -La señora se detuvo y volteo a mirarnos- quedaros aquí sentados que ahora les traeremos la comida

Nos sentamos en la gran mesa. Mi lugar estaba a 2 asientos del señor Robert y al contar los platos y utensilios que estaban sobre la mesa eran para 7 personas.

Según teníamos registradas a 4 personas que pertenecían en la familia de los Diaz, por lo que supongo que tendrían que tener el día de hoy un negocio con 3 personas. Espero poder escuchar algo de información importante para ayudar en la investigación.

-Tomen asiento por favor -Guillermo entro al comedor- las personas que faltan  ahora vienen a sentarse -Y se retiro a otro lugar-

-¿Nos sentaremos sin que estén todos los invitados aquí? -El señor Diaz se sentó, mientras yo seguía de pie-

-No es necesario, mi mujer y ambos hijos traerán la comida -Acomodo un poco sus utensilios-

-Esta bien -Tome asiento lejos del señor Robert-

Pensaba que podría obtener mas información si tenían una comida de negocios. Creo que no sera fácil obtener información dentro de esta casa.

-¿Os habéis lavado las manos antes de sentarse para comer? -Una señora entro con dos platos de sopa y los puso en dos de los lugares lugares

-No cariño, pero tampoco hemos tocado nada sucio -Dice el Robert, mientras se acomoda su servilleta-

-No importa -Se cruzo de brazos- ya sabes las reglas para comer, me mira a mi- lo siento querido, mi marido no te habrá dicho que antes de comer deben tener las manos recién lavadas

-Discúlpeme usted a mi -Me levante de mi lugar- ¿Donde puedo ir a lavármelas?

-Por aquí Larrosa -Sentí como el señor Robert pasaba a mi lado-

-¿Larrosa? -La señora Diaz se quedo pensando- ¿No es... -Fue interrumpida-

-No querida, los negocios se recorrieron para dentro de una semana -Suspiro frustrado- al parecer están mas cerca esta vez

No comentaron nada mas y seguí al señor Diaz, pasamos por solo un pasillo y entramos a un comedor pequeño, al parecer tienen otro comedor aparte.

-Lávate y sécate bien las manos, mi hijo te explicara las reglas de esta casa después -Yo solo asentí-

Claramente me lavaría bien las manos, por la salud que debo mantener, porque si me enfermo podría retrasar la misión y perderíamos, probablemente, pistas importantes.

-Por favor -Termine de secarme las manos y mire al señor Diaz- cuida mucho a Guillermo 

Volteo a mirarme y vi su preocupación. También tiene un corazón y sentimientos, sin importar que sea un despiadado narcotraficante.

-No se preocupe señor Diaz, haré mi mejor esfuerzo para mantener al joven Guillermo a salvo -Comente serio, no dejaría que alguien salga herido-

-Gracias Larrosa -Vi como se relajaba-

Salimos del pequeño comedor y regresamos al principal, creo que es ese.

-Padre -La voz de una joven se escucho por todo el comedor- Guillermo no quiere darme de sus rollitos de queso

-Debes respetar que es mi comida -Vi como Guillermo le daba un leve golpe a, quien parece ser, su hermana, Carolina- tu quédate con los tuyos

-Chicos parad por favor -La señora decía apenada- no es lo único que hice, solo es para abrir el apetito

-¿Abrirlo aun mas? -Guillermo comento sorprendido- pero si mi estomago me come a mi mismo de tanta hambre que tengo

Yo solté una leve risa. Este chico come muchísimo mas que Borja, y eso que el come bastante.

Borja es uno de los compañeros de la agencia donde trabajo, a ayudado en algunas misiones relacionadas con el narcotráfico de Robert Diaz, como el secuestro de niños y mujeres. Pero ahora tengo que concentrarme en el presente.

-¿Quien es el? -Mire a la niña, la cual me miraba fijamente- ¿Es un nuevo personal de la casa?

-No Carol -Sentí una mano ponerse en mi hombro- el es el nuevo guardaespaldas de Guillermo, esta aquí en casa porque firmo el contrato oficial

-¿Es guarda espaldas o su nuevo novio? -Yo alce una ceja- porque mi querido hermano e... -Unas manos le taparon rápidamente su boca-

-¿Quieres dos de mis dedos de queso, hermanita? -Guillermo sonrió apenado y ella asintió feliz- pues no digas cosas de los demás por favor

Las manos de Guillermo destaparon lentamente la boca de Carolina y puso lo prometido en el plato de ella. El señor Diaz y yo nos sentamos en nuestros respectivos lugares.

-No señorita Diaz -Dije mientras olía el platillo que tenia enfrente mio- solo soy el guardaespaldas del joven Diaz, nada sentimental hay entre nosotros dos

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