No lo puedo creer llego tarde a mi trabajo y todo gracias a ese viejo que me dijo que moriría gordo por comer solamente carne. Si no me hubiera obligado a comer esas horribles verduras hubiera llegado temprano al trabajo.
-Hola joven Diaz -Escuche la voz del jefe del restaurante-
-Buenos días señor Norfa -Salude y me fui a cambiar de ropa-
El señor Norfa es el socio y mano derecha de mi padre, es el señor que maneja los problemas que tienen las bandas enemigas.
Mi padre es el famoso narcotraficante Robert Diaz, el mas buscado de Europa y otros continentes, me costo demasiado trabajar en otra cosa que no sean los negocios de mi padre y librarme de la gente que lo rodea. Pero la única condición era trabajar en la cafetería del señor Norfa.
-Sabes que no puedes llegar tarde -Comento al verme entrar al cuarto-
-Enserio lo lamento -Dice apenado- es solo que un viejo me obligo a comer unas asquerosas verduras -Me cruce de brazos- pero no volverá a pasar si no me encuentro a ese señor en las mañanas
Solo escuche las risas de Norfa y yo bufe. Comenzamos a trabajar ya que la gente empezaba a llegar y llenar él local.
La vida como una persona normal es la mejor, no te tratan con respeto por obligación, amenazas o miedo. Este es él lugar donde quiero estar para siempre.
-Hazme caso Diaz -Sentí que me golpearon leve él hombro- atiende las mesas mientras yo lo hago con la barra
Solo asentí y empecé a atender, la gente que venia realmente es muy maja, te tratan tan bien.
-Buenas tardes -Sonreí- ¿Cual es su pedido? -Dije mientras miraba la libreta y tenia pluma en mano-
-Un café por favor -Esa voz-
Mire hacia la mesa donde provenía esa voz al reconocerla, mire ese cabello y aquella barba a medio crecer, pero sin ser la de un vago, aquella quijada fuerte que tenia. Era el maldito que me obligo a comer verduras.
-Oh eres tu -Dijo el con una sonrisa y yo solo hice una mueca- yo creo que deberías comer mas verduras, para que estés saludable y no te de algo por come pura carne
-Y usted debería dejar de meterse en la alimentación de los demás -Dice un poco molesto y me fui a tomar mas ordenes-
Fui a la barra para dejar todo lo que iban pidiendo y el señor Norfa se acerco a mi lentamente.
-¿Te estaba molestando ese chico? -Mi susurro- ¿O te estaba insultando?
-No, solo me estaba dando su orden -Me cruce de brazos y espere a que estuvieran listos los pedidos-
-¿Quieres que lo matemos? -Lo mire rápidamente- solo fue una pregunta, tranquilo
-Tu sabes que no me gusta todo eso de pistolas y tales cosas -Suspire-
Desde pequeño vivo rodeado de narcotraficantes, aunque ya estaba acostumbrado a aquello no me terminaban gustando esos temas, yo prefiero llevar las cosas con el dialogo y no la violencia.
-Lo se -Me da un leve golpe en el brazo- pero algún día tu padre ya no estará y toda la empresa tendrá que estar al nombre de su primogénito y ese eres tu
-Las ordenes ya están listas -Me moví de donde estaba y tome las ordenes-
-Gracias Frank -Puse en una charola las ordenes y comencé a dar cada una a la persona que le indicaba-
-¿A que hora sales? -Me pregunto el señor de barba- para después de que termines tu turno nos vayamos juntos hacia los departamentos
-Discúlpeme, pero no puedo hablar con clientes y menos dar mi horario a desconocidos -Deje su orden en la mesa y me di media vuelta-
-Lo tendré tarde o temprano -Soltó una leve risa y yo me fui rápido de ahí-
Ese tío era realmente raro, no cualquiera, mejor dicho, nadie se a metido en mi forma de comer carne. Si el vive en el mismo edificio que yo creo que me obligara a comer verduras a diario.
Suspire y asi se paso mi jornada de trabajo, pero a cada momento veia al señor obligador de verduras que no se iba de aquella mesa que cualquier otro cliente puede utilizar y el ni siquiera esta comiendo ni una miserable dona. Asi que suspire pesadamente y me acerque a su mesa.
-Disculpe señor pero si no esta comiendo algo de esta instalación le pido de favor que se retire de esta mesa ya que algún otro cliente puede o necesita ocupar este mobiliario -Me puse enfrente de aquel hombre y este me miro con una sonrisa-
-Oh no se preocupe por eso -Tomo la carta del local y la miro rápidamente- justo le iba a llamar para que me de todos los especiales de aqui
Yo solo lo mire sorprendido ya que el menú contaba con 15 especiales que cambiaban cada semana y asi tener variedad.
-Esta bien -Apunte en la pequeña libreta los 15 especiales y me retire de ahí-
Yo suponía que vendría algún amigo o mas de él y por eso pidió demasiado, ya que ese tipo se ve que es una persona saludable y no come mucha azúcar.
-Parece que ese chico quiere algo contigo -Mire a Frank- no deja de mirarte -Yo solo resople-
-Ese imbécil no podrá conseguir nada de mi -Tome la charola- ¿Ya están listo los especiales?
-Faltan dos -Mira el horno y después de unos segundos vuelve con las cosas- listo Guille, ahora ve a trabajar
Acomode bien las ordenes en la charola mediana y fui directo a la mesa del viejo ese. Cuando llegue acomode cada pedido en la mesa y me retire rápido, no quería que él me hablara.
-Señor Morfa -Dije entrando detrás de la barra la cual ya estaba limpiando- ¿Puedo retirarme?
-No joven Diaz, su padre me pidió que saldrá hasta que el local cierre a partir de hoy -Deja él trapo en la barra- y dijo que para la próxima no llegue tarde o ira a trabajar con él
Yo solo bufe muy enojado y mire al culpable de mi tardanza, él me volteo a ver y se veía que le costaba trabajo comer todo lo que pidió. ¡Que se joda!
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En cubierto
FanficSamuel De Luque tiene que atrapar al narcotraficante de España, pero para ello necesitara a un peón, él hijo del mismísimo narcotraficante. Guillermo Días Ibáñez es nada más y nada menos que él hijo de Robert Diaz, él mayor narcotraficante de toda E...