-(¿¿Por qué??)- Se repetía constantemente Evan, perdido en el fondo de sus pensamientos. -(¿¿Que fué lo que hizo ese maldito perro para poder agradarle tanto??)- No le era posible explicar lo que sentía, estaba echo un caos, una mezcla de decepción, sorpresa e ira. Se quedó parado como una estatua pálida y sin vida un largo rato en el jardín mientras apretaba los puños hasta que le dolieron las manos.Un poco más calmado aunque con el orgullo herido finalmente caminó de regreso a la fiesta, no faltaron las señoritas que al reconocerlo se acercaron encantadas para conocer al guapo descendiente de las leyendas Érebo, su semblante oculto por la máscara pasó desapercibido por la mayoría de los invitados a quienes trató con forzada cortesía.
-Evan, ¿qué ocurrió?- Esa voz, se trataba de su mejor amigo sin duda alguna, de los pocos que sabía cuándo algo andaba mal por mucho que intentara ocultarlo.
-No es nada no te preocupes, vuelve a la fiesta hoy es un día para celebrar.- Su voz era secamente amable y esbozó una fría sonrisa.
Dennis observó detenidamente a su amigo, tenía la mandíbula tensa y le temblaban las manos. -(Buf, así como está será mejor no preguntar nada más.)- Pensó mientras levantaba la vista intentando ubicar a Lexie, ella estaba en el fondo del salón rebuscando discretamente entre toda la gente a la chica de la caperuza roja. Cuando Evan entró ellos aún estaban bailando, hasta que se percataron de su presencia y la ausencia de Amaris, ambos se miraron alarmados, el semblante de su líder no lo podía ocultar, al menos de ellos no, así que mientras Dennis se acercó a su amigo para empezar a tantear el terreno Lexie comenzó la búsqueda de la chica entre el gentío.
Sus miradas se cruzaron, Dennis abrió los ojos como intentando preguntar telepáticamente si la había encontrado, Lexie entendió y negó con la cabeza e hizo un gesto señalando la puerta, Dennis asintió, con los labios sin emitir sonido le dijo: "ve, yo lo distraigo" ella le sonrió afirmativamente y se escabulló por el pasillo.
Dennis regresó a lado de Evan aprovechando que no se había podido mover de su lugar gracias a las fans que revoloteaban a su alrededor. -¡Hey! ¡Vamos por un trago a la fuente que muero de sed!- Lo agarró de los hombros y lo empujó hacia la mesa de manjares, las jóvenes lo miraron con desagrado. -Disculpen señoritas, se los robo por un momento.- Y haciendo caso omiso de los balbuceos y reproches se alejaron.
-Gracias- Dijo con cierto alivio Evan mientras le daba un sorbo a su copa.
-Meh, ni lo menciones ya sabes.- Le guiñó el ojo con complicidad mientras se reía, tenía encima las miradas avinagradas y asesinas de aquellas chicas y eso le resultaba divertido. Evan se rió con él, ¡bingo! ese era un gran punto a su favor, por lo menos ya le había logrado sacar una auténtica sonrisa.
-Hombre qué buen vino sirvieron tus padres, fresco con un toque de frutos y madera.- Giró suavemente su muñeca con elegancia haciendo que el líquido se deslizara por las paredes del cristal mientras acercaba la copa hasta su nariz, luego la bajó de nuevo y le dió un delicado sorbo mientras paladeaba ruidosamente.
-¿Eh? ¿Y tú desde cuándo aprendiste a catar vinos?- Le aventó una mirada extrañada y divertida.
-Uuuuf ¡Qué pregunta! desde que aprendí a leer la etiqueta de la botella me volví todo un experto.- Dijo entre risas mientras señalaba el vino que había puesto uno de los meseros frente a ellos.
Evan soltó la carcajada, su mejor amigo lo conocía como nadie y sabía qué hacer para animarlo.
Evan comenzó a relajarse gracias al alcohol y a la compañía de Dennis que pronto dejó de ser la única, los otros chicos no tardaron en unirse y armar un gran alboroto con sus anécdotas y risas.
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Una Historia De Caperucita, El Lobo Y El Cazador
RomanceCaperucita se dirige por primera vez sola al bosque, su encuentro con un hombre lobo que le salva la vida despliega una serie de eventos y decisiones que pueden cambiarlo todo... Pero un joven cazador la pretende sin saber el creciente afecto que e...