En la oscuridad

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Claus, Dennis y Evan corrían con desesperación, luego de toparse con la banshee y saber que ya había pérdidas en el grupo no podían permitirse tardar en llegar. Pronto escucharon los alaridos de una bestia mezclado con los gritos de furia de unos hombres, al acercarse descubrieron un cuerpo destrozado, las ropas eran el uniforme que solían usar los cazadores, pero no se detuvieron hasta llegar al sitio donde se desarrollaba la lucha, saliendo de los árboles vieron con horror el monstruo al que se estaban enfrentado sus compañeros, una mantícora revoloteaba entre los árboles visiblemente furiosa, con algunos rasguños pero no habían logrado derribarla.

-¡¡Cuidado que hay otra cerca!! gritó uno de los chicos cuando los vio llegar.

Dennis corrió a auxiliar a sus compañeros mientras Claus y Evan estaban alertas espalda con espalda armados y preparados, el panorama pintaba muy mal con uno de los miembros destrozado, los que encontraron con vida bastante malheridos y cansados, una mantícora resultaba un reto aún mayor que una manada de hombres lobo, de éstos debían cuidarse de los colmillos y las embestidas. La mantícora en cambio vuela, tiene dientes y garras afiladas, es de mayor tamaño que un lobo, encima posee una cola con púas envenenadas y adoran comer carne humana, ¿dos de ellas? esa es la razón por la cual se vieron en tantas dificultades. Evan odiaba admitirlo pero el nivel de la amenaza no era algo para lo que estuvieran preparados, eran puros novatos a los que enviaron por el lobo, no tenían ni la experiencia ni los hombres necesarios para hacerles frente, tenían que escapar si querían advertir al gremio de la amenaza a tiempo.

El monstruo oculto salió de entre la copa de los árboles y les lanzó unas espinas envenenadas intentando inmovilizar a sus posibles presas, Claus advirtió en cuanto vio a la criatura y lograron eludirlas apenas a tiempo, en la oscuridad era muy complicado detectar los movimientos de la criatura. -¡¡Chicos!! ¿traen su equipo de humo?- Les gritó Evan que estaba armando una estrategia para salvar a sus compañeros.

-¡Si jefe! ¿Cuál es el plan?- Gritaron todos al unísono.

-¡Cegar a las bestias lo suficiente para poder salir de aquí con vida! no podemos con ellos, hay que regresar y dar el aviso de ésta amenaza.- Evan ya tenía unas cápsulas en su mano.

Los chicos supieron lo que debía hacer, lanzaron las bombas de humo hacia las mantícoras que quedaron momentáneamente confundidas, aunque poseían un gran olfato, Evan había arrojado también unas cápsulas de pimienta para asegurarse de que no pudieran seguirlos cuando el grupo logró reunirse y salir de la zona de impacto.

Corrieron tan rápido como sus piernas les permitían, los compañeros heridos no aguantarían mucho tiempo pero hicieron todo el esfuerzo para alejarse ayudados por Claus y Dennis mientras Evan vigilaba la retaguardia armado con sus dagas por si las mantícoras habían logrado seguirlos. Rato después en el camino encontraron una cueva dónde poder refugiarse, encendieron fuego y mientras se les daba primeros auxilios a los heridos Evan les preguntaba cómo fue que se toparon con aquellos espantosos monstruos.

-Escuchamos primero un especie de llanto, como de una mujer que estuviera perdida en pleno bosque, no era normal pero no teníamos manera de comprobar que se tratara de un truco, así que nos acercamos con cautela y efectivamente frente a nosotros distinguimos la silueta de una chica joven que lloraba mirando a todas partes desorientada. Alesandro se acercó para preguntar quien era y cómo había llegado ahí... no entiendo cómo fue que de un momento a otro la chica se acercó a él y lo atacó, intentó defenderse pero ella lo mordió en el cuello. Le disparamos a esa cosa intentando que lo soltara, entonces distinguimos las pezuñas en vez de pies...-

-Un necrófago.- Dijo Claus con la cara seria mientras le colocaba un líquido en el hombro a su colega.

-Así es, se trataba de un necrófago y no estaba solo- Dijo el otro chico. -De las sombras salieron las mantícoras, mientras una de ellas nos atacaba la otra ayudaba al necrófago a terminar de matar a Alesandro para poder ocuparse de nosotros y ahí fue cuando disparamos la bengala.-

Una Historia De Caperucita, El Lobo Y El CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora